Esa primera noche, reunidos en torno a la mesa del club swinger en el que nos habíamos conocido, mi miembro, erecto como una viga y húmedo hasta lo incómodo, a punto estuvo de reventar el pantalón, una vez el matrimonio hubo terminado el relato del primero de sus tres acuerdos. Y no sabría decir si […]
Dos entre la multitud (I)
Conocí a Óscar y a Mabel hará ya dos años, más o menos por estas fechas, en uno de los varios clubes swingers que Asturias alberga. Y, antes de que el lector se cree falsas expectativas, diré que no hubo nada de especial en ese primer encuentro. Aquella noche, el local en cuestión no ofrecía […]
Follar en abril
Fuga
Miro a un lado, miro al otro. Trago saliva. Miro al reloj. «Vamos, vamos», musito. Enésimo vistazo a los retrovisores. Nadie. Todo según lo previsto pero mis nervios no parecen haberse dado cuenta. Mi espalda está empapada. Me aferro al volante del coche apagado con una fuerza que pone blancas las palmas de mi mano. […]
Quédate en casa
Quédate en casa para no volver a sentirme solo. Hace ya días que ni me atrevo a salir por la puerta para impedir que el virus entre conmigo. La nostalgia se ha adueñado de cada pared y recorro las habitaciones como un alma el pena con el recuerdo de tu aroma impregnado en el sofá. […]
A través del ojo del cuervo (V)
La respuesta fue el sofocante silencio por parte de Kraka. Forzando a las rodillas y la espalda, Viggo se encorvó empujando a la mujer hacia atrás para adherir una barbuda mejilla contra la de ella. Apretó el bajo vientre y pujó, enterrándose en su interior hasta los mismísimos testículos. Silencio, silencio, silencio, nada más iba […]
A través del ojo del cuervo (IV)
Chs, chss, chsss… chisporroteaba el hogar a causa de las gotitas de aguanieve que se colaban por la claraboya e iban directas al fuego que, en respuesta, protestaba enrojeciendo las ascuas. Chs, chss, chsss… El humo denso que se generaba gota a gota parecía cubrirlo todo mientras que la oscura cabellera de Kraka, desparramada sobre […]
A través del ojo del cuervo (III)
Con el dedo anular descendió por el pómulo, rozó la puntita de la nariz hasta los labios entornados. —Tuyo es —asintió Kraka, y para reafirmar lo dicho tomó la larga trenza de Viggo y la giró en la mano de modo que creó un nudo[1] . Un tenaz latido le nació en lo hondo de […]