Mia Khalifa es una de las actrices porno más reputadas de la actualidad de este tipo de cine. Su nombre es el más buscado en el archiconocido espacio para mayores de 18 años Pornhub, ya que además de por sus artes en el ámbito X, Khalifa ha revolucionado a los países islámicos, de donde procede, a raíz de las libertades que se toma en sus vídeos pornográficos.
La polémica estalló, sobre todo en los sectores más conservadores de la ya de por sí cerrada sociedad árabe, cuando esta actriz, de apenas 22 años, apareció en una de sus intervenciones con un hiyab, ese velo que utilizan las mujeres árabes. Sin cortarse un solo pelo, esta joven de origen libanés ha rodado otras escenas haciendo un trío con otra chica, que según las siempre complicadas tramas de las pelis de mayores, hacía el papel de su madre, también con el velo islámico. El escándalo estaba garantizado.
Las redes sociales, en las que Mia muestra tanto sus atributos operados como su opinión sobre el mundo que la rodea, han hecho llegar a esta pornstar opiniones de lo más salvajes, que no entiendan que pueda mostrar su opinión política.»Ellos se avergüenzan de lo que estoy diciendo, como si tuviera una elección. Yo nací allí. Nací y crecí allí, y tengo derecho a dar una opinión sobre la política como todos los demás», se explica la actriz de películas para adultos.
Blanco de amenazas en Twitter
Las amenazas de muerte no han amedrentado a esta norteamericana de origen libanés, donde se crió hasta los siete años, que ha llegado a responder a quienes rogaban que los combatientes del Estado Islámico actuasen contra ella. Tal vez a causa de sus controversias, o quizá solamente debido a su desempeño en su profesión, es el nombre del momento en el mundo del porno. Su espaldarazo, mediáticamente hablando, fue fruto de una foto en la que su cabeza aparece, decapitada, de la mano de un miembro del ISIS, imitando los terribles actos cometidos hacia periodistas secuestrados por estos terroristas.
Una de las polémicas más recientes en las que Khalifa se ha visto implicada en las últimas semanas fue en otro vídeo que protagoniza. En él, la actriz aparece teniendo sexo con varios hombres de Estados Unidos, pero de pronto entra en escena un hombre israelí. Dentro del avispero que es actualmente Oriente Próximo, Líbano e Israel están en guerra, de ahí que la comunidad libanesa pidiera explicaciones a esta estrella del porno. «Sinceramente no tenía ni idea, estaba teniendo sexo con un grupo de hombres de Estados Unidos y de repente otro hombre entró en escena», se explicaba esta licenciada en Historia.
De polémica en polémica
«¿En Medio Oriente no tienen cosas más importantes de qué preocuparse además de mí? ¿Cómo sobre la búsqueda de un presidente? ¿O que contener a ISIS?». Así de directa se mostró en su Twitter (@miakhalifa) cuando varios twitteros se indignaron cuando leyeron las críticas hacia el sistema político que vertía Mia, que se mostró indignada, ya que independientemente de su oficio, cualquier persona es libre de mostrar su parecer, más aún con la libertad que conceden las redes sociales.
Su cuerpo también ha molestado a los islámicos, ya que por su piel tiene repartidos varios tatuajes de lo más controvertidos. En su brazo izquierdo tiene escrito en tinta la primera estrofa del himno nacional del Líbano, mientras que en la muñeca tiene grabada una cruz-emblema de las Fuerzas Armadas de su país.
¿Y qué dirán sus padres? Su familia está asentada en el estado de Maryland, y a pesar de que Líbano no es de los países más restrictivos de Oriente Medio, se han escandalizado con cómo les ha salido su hija. «No refleja las creencias familiares, su educación ni sus raíces. Esperamos que vuelva a la razón porque su imagen no honra a la familia ni a su patria».
Mia Khalifa no se achanta, y dice que sus escenas con hiyab fueron «satíricas», y de defiende atacando a otro gigante norteamericano: la industria cinematográfica «tradicional» y no en la que ella triunfa: «Hay películas de Hollywood que describen a los musulmanes de manera mucho peor». Según parece, la libanesa no va a dejar tirado a su fiel público pornográfico y va a hacer caso omiso a las amenazas y críticas que le llegan desde todos los frentes, sobre todo desde su país natal. El porno, con ella, no tiene mordaza ni fronteras.
Imágenes: Twitter | Instagram.