Denzel Michael es a ‘El sexo mandamiento’ lo que Edie Sedgwick a Andy Warhol: un ídolo. El chico, como cualquier hijo de vecino, se dio un festival ante la pantalla del ordenador. ¿Quién no ha convertido su herramienta de trabajo en una herramienta de placer? Denzel Michael no es de piedra, amigos. A nadie le amarga un dulce, y si es procedente del sitio web Porn Hub, ese dulce será la mejor golosina.
En torno a los 11 años la chavalada empieza a ver porno, como decíamos hace semanas en nuestro programa de radio. Abrimos el ordenador, hacemos búsquedas incestuosas con el Ventana de Incógnito (en el pleistoceno virtual se borraba el historial del Explorer) y damos rienda suelta a nuestros placeres ocultos reflejados en la luz azul. Una historia que se puede ver interrumpida por la santidad de una madre. Da igual si es liberal y progre o, por el contrario, católica, apostólica y romana: tu madre se va a escandalizar. Denzel es uno di noi. Denzel también se masturba y cuida de oír las zapatillas de fieltro de su madre acercarse a territorio hostil: «Mamá estaba subiendo las escaleras y Pornhub había decidido congelarse, así que no tuve otra opción».
La tecnología a veces falla y el HP de Denzel, en el momento más crítico, falló. Con Porn Hub funcionando y seguramente el puntero marcando insidiosamente la X de ‘cerrar página’, su madre se acercaba a la zona prohibida. Ante una pillada monumental, a Denzel no le quedó otra opción que adelantar el Mayweather vs Paquiao y propinar un buen derechazo a su pantalla. Para mayor mofa, nuestro ídolo onanista, colgó el desastre en Twitter, generando la risa de todo el planeta. Los retweets y los favoritos volaron a las pocas horas e incluso Porn Hub se hizo eco del hecho.
La página, famosa por ser una de las más carismáticas del mundo del porno web, quiso premiar su fidelidad. Denzel recibió un Toshiba nuevecito; una camiseta publicitaria y la suscripción ‘Premium’ que da acceso a contenidos especiales de pago. Finalmente, la historia de Denzel y sus normales e incestuosas pasiones llegó a buen puerto gracias al portal más grande de pornografía. Happy fapping! (¡feliz masturbación!), rezaba la carta que Porn Hub adjuntó con los regalos. Porque sí, lectores, ¡feliz masturbación!