La transexualidad daría para programas enteros. El cambio físico es secundario, lo importante de la transexualidad es todo lo relacionado con lo mental. Muchos hombres a lo largo de la historia se sintieron mujeres ya desde temprana edad, otros se percataron de su verdadera identidad más tarde y ahora son señoritas que caminan levantando las miradas de hombres que nunca dirían que estas féminas nacieron siendo varones.
Hace meses se hizo viral el vídeo de la actriz porno transexual Bailey Jay cepillándose los dientes. La llamada ‘Harley Quinn’ videaba la escena, enseñando el busto y descendiendo peligrosamente hasta donde los más crédulos pensarían que habría una bonita vagina, pero no, debajo de un tatuaje de un lacito muy modoso, colgaba algo que los espectadores no esperaban: un pene.
Las reacciones fueron variopintas, pero en casi todas se repite un: ¡Qué asco! ¿Por qué va a ser asco? Seis segundos antes de la sorpresa y 16 centímetros más arriba, cualquier hombre heterosexual saldría con ese pibón. Ahí está la esencia, en que nuestra mente está cerrada y la suya, afortunadamente, abierta. Siguiendo con el ejemplo de la bromista Bailey, les propongo jugar a un juego. ¿Es o no es?
Ahí va mi primer reto. Eso sí, no lean la explicación de abajo antes del dictamen o le quitarán la gracia a este pequeño test. Si se equivocan, por favor, no se sientan menos masculinos, en caso de que el lector sea varón. Con semejantes bellezones, lo normal sería errar en la respuesta.
Caroline Cossey
¡Mujer! Caroline Cossey es una modelo inglesa, que cuenta ya con 60 años y fue una de las pioneras en el reconocimiento del matrimonio homosexual. La nacida en Norfolk no siempre fue mujer. Nació siendo hombre, aunque desde muy temprana edad se percató de que aquel no era su género. Con hormonas se fue estilizando, se sometió a una mamoplastia hasta que en el 81 decide hacer el cambio definitivo que la convertiría en una bonita mujer. Se operó los genitales en Londres y fue una de las más reconocidas bailarinas y strippers del continente europeo. Hay que decir a su favor que el hecho de sufrir el Síndrome de Klinefelter jugó un papel vital en su conversión. Este síndrome, relacionado con la alteración genética y separación incorrecta de los cromosomas, hace que los varones tengan características femeninas y las mujeres, características masculinas. ¡Hasta Carlos II padeció esta enfermedad!
Christine Jorgensen
¡Mujer! La historia de Christine es, cuanto menos, rocambolesca. Nació como George W. Jorgensen en el Bronx, hace ya 89 años y es considerada como la reina madre de las transexuales, con el beneplácito de Lili Elbe, el primer hombre en someterse a una vaginoplastia. George se enroló en el ejército estadounidense que participaría en la Segunda Guerra Mundial. En el 51 volvió al ‘país del tío Sam’ y continuó con sus estudios básicos, llegando a especializarse en odontología. Más tarde trabajó en American Pathé, que por aquel entonces se llamaba Warner-Pathe News, un noticiario y productor cinematográfico inglés.
Su deseo por cambiar de sexo seguía latente y tras recibir tratamiento hormonal decidió volver a Europa, ésta vez sin casco y uniforme militar, para ser operado en Suecia por el equipo médico del esposo de una amiga. Durante una pequeña estancia en Copenhague (Dinamarca) conoció al endocrino al que, finalmente, confió su cambio de gónada. Tras el ‘ok’ del Ministerio de Justicia danés, la operación fue llevada a cabo con éxito.
Ahora convertida definitivamente en mujer, Christine pudo casarse en dos ocasiones, pero los prejuicios y las abrumadoras barreras legales impidieron su emparejamiento. Fue bailarina, actriz y cantante nocturna en los teatros más singulares de Manhattan y Hollywood hasta que a los 62 años, en 1989, aquejada de un cáncer, murió. Con las botas puestas.
Yasmin Lee
¡Transexual! ¿No os suena esta preciosa chica tailandesa? Bradley Cooper sucumbía a sus encantos en ‘Resacón en Tailandia’. Tailandia es conocida, además de por su relieve montañoso y playas paradisiacas, por ser el país asiático más abierto de cara a la cultura homosexual y transgénero. Bangkok es la capital del travestismo y ha visto nacer a grandes actrices transexuales como Long Mint o la propia Yasmin Lee.
Como ocurría con Christine Jorgensen, Yasmin se alistó en el Ejército estadounidense, en Marina, pero por su condición sexual y por miedo a ser denigrada, decidió desertar y dedicarse a tareas secundarias entre los bastidores hollywoodianos. De maquillar a actrices pasó a ser actriz de Cine X, granjeándose millones de seguidores alrededor del mundo por ser una de las profesionales pornográficas más picantes de la escena ‘shemale’, siendo nominada en dos ocasiones en los AVN Awards que reconocen a las mejores actrices de cine adulto del año.
Renée Richards
¡Mujer! Esta polifacética neoyorquina fue uno de los 20 mejores tenistas de la nación. En masculino, porque durante la mayor parte de su vida fue un hombre y no fue hasta bien entrada la edad adulta cuando resolvió sus problemas de identidad. Llegó a entrar en la prestigiosa Universidad de Yale para cursar en otro centro unos estudios de oftalmología. Se alistó en la marina estadounidense (la relación entre la transexualidad y el ejército será futuro objeto de estudio por El Sexo Mandamiento). Allí hizo las prácticas posteriores a los conocimientos teóricos y formó parte del equipo de tenis, continuando con una carrera tenística que dio su pistoletazo de salida años atrás.
Tres años antes de producirse su cambio de sexo (1975), tuvo un hijo que pronto pasaría a tener dos madres. Pasadas todas dudas, la operación fue satisfactoria y la tenista se afincó en California. Allí jugó numerosos campeonatos de tenis bajo el nombre de Renée, sin que nadie conociera su pasado como varón y alcanzando lides tan altas como la de ser entrenadora de la tenista número 1 en 1984, Martina Navratilova. Un periodista especializado en tenis se fijó en sus movimientos, muy parecidos a los de Richard Raskind, y esclareció la nueva identidad femenina del ex jugador, soldado y oftalmólogo, profesión que desempeñaría a partir de su retiro del mundo de las raquetas. De no haber sido por él, la historia de esta transexual hubiese quedado sepultada por los secretos.
¿Cuántas han acertado? Como ven, a veces las apariencias engañan. Las transexuales son mujeres bonitas. Algunos dirán que no son mujeres, que pertenecen al oscuro mundo del ‘tercer sexo’, que vira entre la pornografía y la prostitución. Hombres o mujeres, nunca dejarán de ser personas. Porque quizá algún día, amigo lector, giró el cuello para deleitarse con un magnífico trasero que, sin usted saberlo, era de una chica ‘trans’.
No se sienta culpable, no es raro. Hay más transexuales por la calle de lo que piensa. No diga: ¡Qué asco!, porque los estereotipos son odiosos, al contrario que las transexuales, que son bien bellas.