Desde que el hombre es hombre y la mujer es mujer se han buscado posturas sexuales que o bien mejoren y faciliten la fecundación o bien satisfagan mejor las sensaciones experimentadas durante el coito.
Pocas cosas faltarán por descubrir en lo que se refiere a la mecánica del sexo. Ya sabemos que existen libros y manuales que enseñan y guían a las parejas a mantener relaciones sexuales que se salgan de la rutina o que saquen el máximo partido a cada segundo durante el encuentro sexual.
Pero para llegar a esas conclusiones alguien tubo que utilizar la fórmula más básica de aprendizaje: el método del ensayo y error. El escritor del Kamasutra, por ejemplo, antes de plasmar todas esas posturas inimaginables a primera vista tuvo que llevarlas a cabo físicamente. Es decir, experimentó. Y donde se experimenta, se cometen errores. Y donde hay errores puede haber lesiones.
Lo que no se podría sospechar es que una de las posturas más básicas que se puede practicar es también la más propensa a provocar una fractura de pene. Además de ser la más básica y sencilla, es una de las más utilizadas por su comodidad y es casi siempre la alternativa directa del afamado misionero.
Los lectores más avispados sabrán que nos referimos a la posición de Andrómeca: aquella en el que la mujer es la que cabalga al hombre, sexualmente hablando, por lo que domina y lleva el ritmo del encuentro sexual como si de un director de orquesta se tratara.
Un estudio brasileño recogido en el diario ‘The Independent‘ asegura que todas aquellas posturas en las que la mujer orquesta la penetración desde arriba son las más proclives a producir fracturas en el pene.
Como es sabido, según la postura o posición el hombre y la mujer, en este caso, tienen diferentes sensaciones y grados de placer. Es decir, que en algunas posturas los hombres sienten más que las mujeres mientras que en otras son ellas las que alcanzan mejores orgasmos, como norma general.
Esto lleva a que, en ocasiones, uno se centre en explotar al máximo el placer de uno mismo sin pensar en qué estará experimentando el otro. Es comprensible, el sexo tampoco está hecho para pensar aunque hay que tener en cuenta que suele ser cosa de dos.
No obstante, este estudio brasileño solo recoge los datos de la población de dicho país. Según los datos recopilados, la mitad de las fracturas de pene computadas en Brasil responden a prácticas sexuales en las que la mujer estaba en una posición dominante.
Por último, el estudio concluye que la postura del misionero es la más segura para evitar dolencias en el hombre ya que es este el que controla la penetración y, por tanto, la potestad de parar en el acto en caso de sentir un pinchazo de dolor. ¿Acaso las mujeres no pueden tener dolores derivados de la actividad sexual?