Toda relación sentimental es bonita durante un tiempo, pero en muchas ocasiones, las cosas buenas no duran para siempre y es necesario despegarse del otro. Obviamente, no es tan fácil decirlo como llevarlo a la práctica cara a cara.
Y es que siempre hay apego por la otra persona por mucho o poco que le hayas querido, y dar el paso de dejar de veros con tanta frecuencia pasa factura. Para bien o para mal. La conversación que tiene lugar después del “tenemos que hablar” es todo un ‘topicazo’ del final de las relaciones. De esta forma, el arte de dejar al otro sin tener que vivir una tragedia griega se pone cuesta arriba. Un mal trago que se quiere pasar cuanto antes si eres el que abandona a la otra persona o una auténtica pesadilla si eres el que desea perpetuar esa relación.
No obstante, si eres de los que suele dejar a la gente porque no aguantas las largas relaciones o quieres estar preparad@ y prevenid@ por si te intentan dejar a ti, El Sexo Mandamiento te recoge las frases más típicas a la hora de terminar una relación, sean ellos o ellas quienes quieran cortar.
Una de las tretas más comunes a la hora de terminar con alguien es simular una confusión que te obliga a buscar algo que te centre. Su frase asociada es: «estoy en un momento complicado y necesito tiempo para pensar”. La verdad es que una conversación que toca este palo es porque se te han agotado las ideas. ¿Qué ha podido cambiar? Que ya no te gusta… pues afronta la verdad.
Luego está la táctica de la autoestima. Ésta consiste en levantar la autoestima de la otra persona para hacerle pasar el mal trago como mejor sabes o, más fácil, bajar la tuya por debajo de la del otro hasta niveles inalcanzables. Sus frases asociadas serían aquellas relacionadas con el: “te mereces algo más”. Igual la otra persona considera que ‘algo más’ eres tú. Pero claro, eso a ti ya no te importa.
Las frases más disparatadas
El perfil filosófico es solo para aquellos que sepan aguantar el tipo. Solo los que sepan mantener un aura de misterio a su alrededor en cada frase que digan pueden adoptar algo del estilo de: “ahora no es nuestro momento, puede que ya haya sido o que esté por venir, pero es mejor que nunca lo sepamos”. Olé tú, campeón.
En ocasiones, es necesario poner tierra de por medio, aunque eso signifique fantasear un poco con la despedida. Así, siempre puedes aludir la ruptura a un cambio en el espacio. Tendrás que recurrir a frases del tipo: “voy a irme lejos y las relaciones a distancia no funcionan”. Si estás demasiado desesperado (o ves que la otra persona te seguiría al fin del mundo) puedes jugártela con un “me voy a la guerra” o “me voy a Afganistán”, por ejemplo. Algo que suponga un peligro como para que la otra persona no te acompañe por miedo a perder la vida. También puedes elegir como destino Murcia.
Si eres un poco ‘timidill@’ o con tendencia a la hipertensión la siguiente frase es la tuya: «eres demasiado perfect@, no te encuentro ningún fallo, y eso me asusta”. Es cierto, siempre se puede alegar que lo desconocido asusta. Ahora, como excusa es bastante mala teniendo en cuenta que buscas la imperfección de una persona con la que has compartido un tiempo.
Al final, para dejarte llevar en una ruptura amorosa siempre puedes ser egoísta y centrarte en uno mismo. A veces, decir la verdad (aunque duela), es lo más sano para los dos aunque pueda sentar como un jarro de agua fría. “No quiero estar más contigo” valdría para este caso, que se dice de una forma suave. Puedes ser más tosco y soltar un “es que a pajas me mantengo bien”.
Las drogas nunca son la solución. No obstante, es posible que algunos necesiten tomarse una cerveza o fumarse algo para llegar con un estado anímico que les permita hablar sin tapujos ya que estás viviendo un momento ‘happy flower’ y lo que ocurre a tu alrededor te da igual. Aun así, procura tener cuidado de no soltar frases como: “nunca habrá límites, el cielo es infinito”. Puede que no quede demasiado claro que quieres romper con el otro.
«Te tengo cariño, pero nunca te he querido«. Esta tiene trampa ya que lo que estás buscando es mantener la relación pero no con la misma intensidad. Es decir, quieres cierto grado de libertinaje asociado al “necesito aire” pero quiero seguir siendo tu amigo. Sexo pero sin sentimiento, vaya. Solo apto para pill@s.
Y para cerrar, todo un clásico: «No es por ti, es por mí». Esta frase hecha es sin duda la más recurrida y, probablemente, la menos creíble. Basar una ruptura en que tú eres el responsable es asequible ya que eres tú el que deja a la otra persona porque te has cansado de ella. Su equivalente menos maquillado se acerca a un ‘el problema es mío porque ya no te quiero’.
Ya lo sabes, puedes utilizar alguna de éstas o mezclarlas y hacer la tuya propia. Pero no te engañes. Por mucho que quieras pasar el mal trago, si lo pasas es porque algo ha quedado en lo más recóndito de tu pecho. Y recuerda, siempre es mejor decirlo a la cara que por WhatsApp o por las redes sociales… o quizá no.