En muchas ocasiones puede encontrarse uno ante las típicas conversaciones que debaten la importancia o no del tamaño del pene a la hora de tener relaciones sexuales. ¿Un pene demasiado pequeño puede resultar insatisfactorio? ¿Uno demasiado ancho es doloroso?
Estas discusiones se producen evidentemente cuando hay un miembro viril de por medio. Pero, ¿podría un hombre mantener relaciones sexuales sin su pene? No es necesario plantear una hipótesis porque existen casos reales como el de Andrew Wardle. Lo que para muchos supondría un drama que limitaría nuestras experiencias sexuales para Andrew se ha convertido en una forma de vida plena y satisfactoria.
Andrew, natural de Manchester (Inglaterra), es un hombre que ronda los cuarenta años que nació con un problema de vejiga que obligó a realizar una intervención quirúrjica para solucionar dicho problema. La consecuencia de este problema fue que Andrew no llegó a desarrollar su pene ni durante la gestación ni una vez nacido.
Aunque su historia pueda parecer triste y desalentadora, la verdad es que Andrew lleva hasta el momento una vida plena y satisfactoria aunque no por ello haya sido fácil. Una vez más, el instinto de superación y la forma de ser de este ciudadano británico ha demostrado que a pesar de las patadas que da la vida siempre se puede ir hacia adelante.
¿Y cómo es la vida sexual de Andrew?
Obviamente, lo que más llama la atención es la vida sexual que puede llevar este hombre sin su pene. El diario The Independent o Bustle son algunos ejemplos de medios de comunicación que se han hecho eco de la sorprendente historia de Andrew Wardle. Pero sin duda alguna, su historia ha dado un giro mediático gracias al documental del Canal Discovery que narra su vida y cómo afronta sus relaciones de cara a intimar en la cama. ¿Cómo es posible?
Según el propio Andrew, él ha mantenido relaciones sexuales con más de un centenar de mujeres. En estos actos, Andrew se centró en practicar el sexo oral a sus acompañantes para satisfacer a la otra persona sin necesidad de una penetración genital. En muchos de estos encuentros la otra persona desconocía que Andrew estaba desprovisto de pene.
El diario Bustle entra en el debate moral de si la otra persona debe o no estar al tanto de la situación de Andrew. Respetable. No obstante, cualquier ser humano, cuando mantiene relaciones sexuales con una persona a la que es probable que no vuelva a ver, no está obligado a abrirse y a contar todo de uno mismo. Todos guardamos secretos que no revelamos a la primera de cambio. Si Andrew consigue satisfacer a la otra persona sin necesidad de utilizar su órgano reproductor, ¿es necesario informar de que no existe?
Si la otra persona tampoco ‘inspecciona’ a Andrew no parece necesario un motivo para explicar nada. La situación cambia en una relación a largo plazo. Actualmente, Andrew mantiene una relación seria con su novia, la cual sí está al tanto de su condición física. Del mismo modo, Andrew se está sometiendo a un experimento médico para construirse un pene a partir de tejidos de otras partes de su cuerpo (como piel de su brazo).
Este puede ser, sin duda alguna, el caso más significativo de que los genitales (en este caso un pene o la ausencia del mismo) no son trascendentales a la hora de tener una actividad sexual plena y satisfactoria. El sexo oral, lo juguetes eróticos… son incontables las variables que pueden equipararse y superar al coito más tradicional. ¿Qué harías tú sin tus órganos sexuales?