El tabaco provoca anualmente la muerte de unos siete millones de personas, de las cuales hay 600.000 que fallecen como fumadores pasados. Si algo está claro es que esta droga es fatal para la salud, pero tal es su poder de adicción que millones de hombres y mujeres siguen pegados día tras día a un cigarrillo, un pitillo que lentamente quita minutos de vida. Quizá si leen esto se replanteen intentar abandonar esta adicción.
Cánceres de pulmón, faringe, laringe e incluso bucales van de la mano de las cajetillas que, cómo no, también afectan negativamente a la sexualidad. En ambos sexos, la nicotina castiga especialmente las funciones genitales, que dependen notoriamente de la vitamina E, ya que ayuda al desarrollo testicular, la formación de la placenta femenina y la estimulación de las funciones de los ovarios.
Los fumadores y fumadoras, por lo tanto, reciben una merma en sus capacidades y funciones sexuales. Además, si se sigue fumando tras varios años, se da una degeneración en el epitelio germinal de los testículos, en el caso masculino, hogar de nacimiento de los espermatozoides.
Problemas de erección
En cuanto a las relaciones como tal, en el momento del culmen, el pene también sufre las consecuencias de estos malos humos. La nicotina es una toxina que daña los centros nerviosos del sistema parasimpático, encargado de las erecciones. A ello se une el monóxido de carbono que exhalan los cigarrillos, que ralentizan la producción de testosterona, hormona encargada de potenciar la sexualidad varonil.
Las disfunciones eréctiles son más comunes en los hombres que fuman, según un estudio de la Universidad de Nueva Orleans. Los datos reflejaron que aquellos que consumen más de 20 cigarros cada día tienen un 60% más de posibilidades de sufrir problemas de erección, lo cual obedece a que en las arterias se producen unas placas que obstruyen el flujo sanguíneo hacia los genitales cuando estos tienen trabajo por delante. Mientras que para ellos los efectos se asocian más a la impotencia, ya que el pene no logra oxigenarse y se percibe en las erecciones, las féminas pierden capacidad fértil con cada pitillo consumido.
Pecados de juventud
Los últimos datos revelan que los jóvenes españoles prueban el tabaco a los 13,5 años, un registro muy poco beneficioso para su salud. Según los expertos, las presiones sociales que reciben, desde su entorno hasta las figuras masculinas de televisión y cine, hacen que chavales y chavalas crean que un cigarrillo los hará más populares ante los demás.
Lo que no saben es que el tabaco provoca impotencia. Las escenas de cama de Hollywood suelen concluir con un cigarrillo entre las sábanas, pero lo que no se dice es que podría ser su última relación sexual. «A más tabaco, menos capacidad para el sexo» es un lema que se debería enseñar en las escuelas, ya que si algo puede espantar del tabaquismo es que otro pilar de la juventud, la iniciación sexual, pueda verse comprometida.
A nivel de tiempo, se estima que cada cigarro quita once minutos de vida. «De algo hay que morir», dicen los más nihilistas, pero a ellos se les debe dar la siguiente respuesta: ¿sabes cuántos coitos te puedes perder solo por el vicio de fumar? Además, los humos nocivos afectan a las personas con quienes se está, por lo que, ya no solo por la salud sexual sino por solidaridad con el de al lado, tirad la cajetilla y vivid una vida sin tabaco.