El sexo, ese momento de la vida lleno de placer, fantasía, deseo, posturas, atracción, y un largo etc. de cosas buenas, pero que también, por desgracia, puede llegar a tener su parte de riesgo. Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) son un hecho, ahí están esas bacterias, esos virus, aunque no se vean.  Una de estas ETS es el herpes.

Concretamente estamos hablando del virus  herpes simple, del que se puede encontrar dos tipos, el VHS-1 y el VHS-2. Puñeteros ambos, eso es innegable. El primero de ellos muestra sus efectos en la zona bucal: labios, boca y cara. El segundo, por su parte, se extiende por la zona genital. Sin embargo, ello no quiere decir que si, por un casual, una persona con el VHS-1 practica sexo oral a su pareja, este virus no vaya a colarse en la fiesta y acabar en las zonas íntimas del amante. Y viceversa, porque al VHS-2 también le gusta explorar la zona bucal.

Hoy en día prácticamente ya no se hace distinción entre los dos. La creciente sexualidad en la sociedad, ha convertido a este virus en una especie de remix, de boca a genitales, de genitales a boca y vuelta a empezar. Es por ello que el herpes ya no suele separarse diferenciarse en el VHS-1 y VHS-2, sino que acaba siendo un herpes buco-genital.

Dada la temática de este medio, toca centrarse en la zona genital. Afortunadamente para los hombres, el VHS-2 apenas provoca molestias, de hecho incluso hay quien lo padece o lo ha padecido sin haberse dado cuenta. Suertudo, como se diría por ahí. Sin embargo, las mujeres se llevan la peor parte. La mucosidad que se encuentra en la zona genital femenina es diferente, más sensible que la de los hombres, además que las vesículas, los herpes, durante las relaciones sexuales se rompen, formando así pequeñas úlcera y por ello algo más de dolor. Autch!

aciclovil flickr
Aciclovil, principal tratamiento para herpes | Fuente: Flickr.com.

 

¿Cómo evitar tenerlos? Muchas personas pensarán que al tratarse de una ETS, con el condón ya basta, pero en este caso no. Por desgracia, los herpes genitales no sólo se encuentran en el pene o la vagina, sino que también pueden aflorar en los alrededores, como el pubis. Es por ello por lo que el preservativo no es al cien por cien eficaz, pero sí que ayuda a reducir las probabilidades de tener un nuevo huésped. Entonces, retomando la pregunta inicial, lo más fácil, y seguro, sería mantener relaciones sexuales con aquellas personas de mayor confianza y, sobre todo, que sean higiénicas.

Nueva pregunta, ¿cómo acabar con ellos? Lo primero es ir al médico, como siempre, y que verifique que efectivamente se trata del VHS-2. Por lo general, se suele recetar Aciclovir, pero no os fieis, ya que no es un medicamento que realmente cure, sino que más bien alivia. Se trata de una pomada que cuya función es la chaleco antibalas, es decir, funciona como una película protectora que evitará que el herpes se roce con otras cosas, evitando así las molestias.

El que consejo que aportamos que si usted, querido lector, padece de este ‘amiguito’, sería apropiado que pidiese también un análisis de serología para descartar otras ETS, ya que es probable que la persona que le haya contagiado el herpes, le haya pasado alguna enfermedad más. Esto es debido a que al estar con este virus, el sistema inmunológico está más sensibles ante nuevas infecciones, por lo que es probable haber ‘acogido’ otra enfermedad. Así que ya saben, ante la aparición de un herpes, análisis total.

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