Hoy en El Sexo Mandamiento hablamos de la sexualización y censura de cuerpos desnudos o semi-desnudos en las redes sociales. No quiero entrar en que existe la libertad de expresión para manifestar la opinión que se tenga sobre este tipo de imágenes, sin embargo, ha influido notablemente la idea del cuerpo, en este caso sobre todo el de las mujeres, como un bien que no puede ser mostrado en público porque ha de guardarse para “quien se lo merezca”. Por tanto, enseñar tu cuerpo tanto en redes sociales como saliendo a la calle con escotes, pantalones muy cortos, etc. está mal visto por la sociedad en general.
Por esto hoy, he decidido dar voz a las minorías, a todos esos colectivos que se dedican a propagar ideas “poco comunes” en la sociedad pero que realmente –según mi punto de vista- son mucho más igualitarias y respetuosas que la visión general de la sociedad respecto a estas actitudes.
Según la RAE, la libertad de expresión es el “derecho a manifestar y difundir libremente ideas, opiniones o informaciones”. Por tanto, cada individuo tiene la libertad de mostrar ideas y, en este caso, fotografías y salir a la calle cómo le apetezca. El resto de individuos que no lo comparten, a su vez, tienen el pleno derecho de opinar lo que quieran sobre estas actividades siempre que exista el respeto. Sin embargo, el respeto a la hora de criticar a una mujer por subir a las redes sociales una determinada foto, suele brillar por su ausencia y esto es lo que no podemos permitir.
Habría que centrarse en las mujeres porque son el objetivo del 90% de las críticas machistas y “conservadoras” en estos casos, no sólo por parte de hombres sino en su mayoría, por parte de mujeres.
La sociedad ha expandido ciertas ideas machistas que fomentan la crítica a las actividades de libre expresión a las que me refiero y dan una imagen equivocada de la mujer que muestra su cuerpo ya sea por Internet o en la calle:
Hablo de la idea de que enseñar un cuerpo desnudo es sinónimo de que “van a perderte el respeto” o “no te respetas” cuando no es así ya que deberían respetarte por el simple hecho de ser persona, sin juzgar lo que hagas o dejes de hacer con tu cuerpo porque, al fin y al cabo, es tuyo y de nadie más.
Hablo de ser “una facilona” si te acuestas con un tío cualquiera una noche cualquiera cuando es tu vida, tu actividad sexual y tus apetencias, por lo que nadie debe considerarte menos por hacer lo que quieres con quien quieres, nadie va a vivir por ti.
Hablo de considerar el cuerpo femenino un trofeo al que sólo unos pocos privilegiados pueden optar, de manera que “no salgas así a la calle porque qué van a pensar de ti” o “si subes esas fotos todo el mundo va a saber lo que tienes y no dejas nada a la imaginación” cuando el hecho de considerar el cuerpo algo privado es según la concepción y los principios de cada persona, de manera que entender la muestra de un desnudo o semi-desnudo femenino en público no debería estar sujeto a la idea de “guardarte algo para la intimidad” porque los límites no están establecidos sino que los determina cada uno.
Hablo de que mostrar un cuerpo, tanto en la calle como en redes sociales, no debe estar sujeto a crítica porque la libertad de expresión permite eso, la expresión de cualquier parte de nosotros sin que sea juzgado ni degradado, ni mucho menos considerar irrespetuosa consigo misma a la persona que lo sube o perderle el respeto.
Todas estas ideas han calado en todos nosotros de una manera u otra, la cuestión está en descubrir por qué e intentar evitarlo de todos los modos posibles porque el hecho de mostrar su cuerpo no es justificación para menospreciar a nadie. Cada uno es dueño de su cuerpo, de lo que hace con él, de todas sus actividades y ninguno somos quién para juzgarlo.