¿Qué hacemos las próximas vacaciones? II

Viajemos, una vez más,  por los límites de los sentidos. En esta ocasión trataremos de experimentar algo nuevo y divertido que añadir al repertorio. La diversión es excitante y sexy (y esa felicidad produce una descarga de endorfinas que relajan y estimulan). El placer llama al placer, y así…

El sensual Oriente

Un día despejado, perfecto para dejarnos llevar y deslizarnos por los senderos de Jeju Loveland en Corea del Sur. Un sensual y didáctico parque habitado por esculturas de formas varias, entre otras, de amantes en diferentes posiciones y actividades sexuales. ¿Cuál es nuestra motivación de partida: curiosidad, entretenimiento, lujuria o experimentación posterior? No en vano parece ser un jardín en el que amor, erotismo y sugestión se fusionan.

https://youtu.be/3EY7VP2rqNY

Contextualicemos brevemente el origen del lugar.

Guerra de Corea. El clima cálido de la isla de Jeju la convierte en destino de parejas (establecidas en matrimonios concertados) de luna de miel. ¿Pueden llegar a una conexión amorosa dos desconocidos? El lugar es inicialmente un centro de educación sexual reformulado en complejo turístico. Entorno, calor y el trato cálido del personal del hotel, facilitando la intimidad conyugal, convierten la isla en un punto de partida más que prometedor, ¿o qué?

Sabemos que hay culturas sexualmente represivas para la mujer, sin embargo siempre hay algún reducto escondido para expandirse. Si la visita nos ha dejado con ganas de más y queremos beber algo, relajarnos,  hablar de sexo sin interferencias masculinas, sin tapujos ni pudor con otras mujeres, o incluso experimentar el placer de la masturbación teórica y/o práctica (es una cuestión tabú para las féminas orientales), en Tokio, el Love Joule es lo que buscábamos, damas y caballeros acompañados.

¿Qué hacer en la vieja Europa?

A veces, como grandes amantes y expertos sexógrafos de la vida que nos consideramos, pensamos que antes (de nosotros) el encuentro sexual tenía pocos fines más allá de los reproductivos y que nuestros ancestros desconocían el ámbito de la lujuria, pero no. Demos un paseo al caer el sol por Praga, en un lugar como este hallaremos objetos, aparatos y películas que nos harían enrojecer y pensar: “vaya con los abuelos…”

Donna o erotismo sacro, vía FlickrSe intentó en 2011 instaurar la primera escuela de sexo teórico y práctico (Aisos) con habitaciones compartidas en las que repasar día a día lo aprendido y abandonar la academia, al final del semestre, diplomado/as como versátiles amantes. Tal fue el revuelo que el sector más conservador de la sociedad austriaca presionó para eliminar la emisión del anuncio televisivo de la institución. Cómo acariciar o qué posturas pueden ser más placenteras eran puntos básicos en el programa de aprendizaje. Si nuestra fantasía es un viaje en el tiempo y el espacio para explorar en una terapia privada los deseos más recónditos, este podría ser un buen destino

Si no podemos ir tan lejos visitemos Barcelona, el MEB también es un lugar inspirador al que acudir en busca de pistas a la hora de reavivar nuestra pasión. O París, la eterna ciudad del amor, que busca desafiar a nuestra imaginación con ingentes dosis de picardía y erotismo.

Y por soñar que no quede, New York, New York

El MoSex sacia, desde 2002, la curiosidad de neoyorquinos y foráneos acerca de casi cualquier duda sobre el sexo, sus variantes y curiosidades, colectivas e individuales con material permanente y exposiciones temporales. En su página se puede realizar un test  con el que averiguar si eres tan fiera como realmente te crees. Interpreta el resultado como una forma de poner a prueba tu creatividad.

Museum_of_Sex,_New_York_City,_USA vía Wikipedia

Vayamos de un extremo a otro. San Francisco y sus instituciones eróticas nos esperan. Lugares como el teatro O´Farrell nos templarán con sus espectáculos públicos o bailes privados factibles de emular en el previo de la alcoba.

En Bogotá podemos seguir recreando los sentidos en Apolo´s Men, en este caso con una función más bien enfocada al disfrute de las damas, aunque seguro que no solo se calentarán ellas. Se nos ocurre al menos una pregunta al respecto (hay más, pero…) ¿Por qué no ir (en alguna ocasión) juntos a ambas sesiones? ¿Vergüenza, pudor?

Y aquí acaba nuestra excursión por el mundo. ¿Os ha servido de algo?, ¿inspiración, placer, tentación?  Eso sí, también se puede practicar en el sofá, entre las sábanas, en plan acuático o de cualquier otro modo que os plazca.

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