Esto pasó hace mucho tiempo, creo que este hecho que voy a relatar a continuación marcó mi personalidad. El guapísimo Sergio es rubio con ojos azules claros, alto y delgado, sí, para quedarse con la boca abierta… se hacía diferentes peinados, melena, rapado, mohicana… y todo le queda bien, cada verano que pasaba le veía más y más sexy. Y eso sin contar con su sonrisa, que el chico estaba de diez, joder. Y yo soy… bueno, realmente da igual como seas físicamente para un desesperado.

Quedábamos para ir a la piscina, tomábamos algo, fumábamos unos petas, escuchábamos música…, y un día de repente estaba viendo porno con él, riéndonos de lo fingido que sonaban los gemidos de mujer implantados por encima del vídeo, de tal manera que no quedaba real porque no encajaba en la imagen de ninguna forma. Y tuvo que pasar, se puso cachondo. Y él a mí, supongo. Estábamos colocados… No me acuerdo de nada. Laguna mental.

«Quédabamos para ir a la piscina». | Fuente: freestockphotos.biz.

Hubo algunos whatsapp después, hasta que le dije que no quería que nadie lo supiera y, claro, ya la había cagado, se lo había contado a algunos amigos. Entonces me llegaron proposiciones de todo tipo. Tuve que aclarar la situación, me dejaba de puta barata. Hasta mi hermana se reía en mi cara por lo que había oído que pasó. Expliqué a cada uno de los que se cachondeaban que no pasó nada del otro mundo, que no me acuerdo de nada y por eso probablemente se lo había inventado todo, que quedábamos a veces pero no pasaba nada sexual, literalmente venía como un perrito abandonado, temblando, me invitaba a un porro o dos.

Me acuerdo de cómo miraba fijamente a un punto invisible, como buscando palabras para decirme, y al final siempre se volvía a su casa para la hora de cenar. Daba pena el tío evitando tocarme ni para los dos besos de un saludo cordial. Parecía que estaba deseando que me quedara en bragas, fumando despacio como para alargar el tiempo y yo buscando temas de conversación. Desde entonces en mi urbanización llaman «hacer un Sergio» a dejar a una tía con las ganas.

Y eso que mi mejor amigo decía que con los que tienen poca experiencia es mejor, porque son más manejables. Una vez le llamó a él porque le dije que yo estaba ocupada… Bueno, cosas de desesperados, al final hacía lo que yo quería y me pareció bien porque se había portado como un cabrón. Pero eso sí, no me pienso perder cuando el chico tenga un poco de experiencia.

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