Soñé con él y no me acuerdo de qué pasaba en el sueño, no he querido aceptar todo esto hasta hoy. Todo lo que estoy haciendo y todo lo que estoy dejando pasar. Le vi como en su foto de Whats App, alto como es aunque en otras fotos le cambia la cara. Hace poco dije su nombre inconscientemente cuando dormía, así que no me extraño de nada.
Suelo pensar unas treinta veces al día si me conviene, si me gustaría de otra forma… Me duelen las piernas pasadas varias horas, se por qué, es de abrirlas como nunca había hecho. Recuerdo la tensión y el dolor posterior en el vientre bajo, reprimiéndome… Acabamos como siempre, intento no caerme de la cama a la vez que controlo mi respiración entrecortada porque él me oye. Seguidamente pienso lo que me gusta oírle a él sin ninguna vergüenza, y me dejo llevar.
Me dice que le gusta, aunque ¿a quién no? Acabo siempre dada la vuelta de los movimientos involuntarios que me provoca, y ni siquiera le imagino conmigo en la cama, ni en la habitación, solo disfruto con él. Me relaja y me excita su voz como nadie, ni siquiera la música me tranquiliza después, y de dormir ya ni hablamos.
Creo que intenta darme envidia con otras chicas y, si no fuera porque es él quien me busca muchas veces, me enfadaría mucho y seguro que hasta me sentiría decepcionada si me sustituyera. Me cuenta cosas que contaría a una amiga, como debe ser. Me lo pone difícil, pero no demasiado, y a veces tengo miedo de que me vea dudar de él, porque lo relacionaría con mis problemas. —»No tienes que cambiar nada para contentarme, ni nada parecido».
Pueden pasar dos o tres días que no sepa nada de él, me lo tomo como unas vacaciones para salir, estar con amigos, estudiar o hacer deporte. Y estoy pensando lo bien que lo está haciendo, que nadie ha conseguido lo que él y espero que esté orgulloso y lo valore. Me doy cuenta de que las casualidades no existen.
Me pongo nerviosa. Me ha conocido bien en tan poco tiempo que daña mi orgullo. No me gusta perder el tiempo y al final siempre freno estas actitudes pero realmente espero que aún nos quede mucho para ese día. «Que conste que pararás ésto tú, yo no lo voy a hacer, porque no puedo»— le dije una vez.
Le molestan los demás hombres con las mismas intenciones que él tiene, creo, y me deja ver sin decírmelo eso que no quiero escuchar sobre sentimientos, es bastante tóxico, ¿verdad? No me importa.
Autora: @50lahora.