‘Dharma’, ‘Artha’ y ‘Kama’ son las tres herramientas que dan felicidad a un hombre, según dicta la antigua sabiduría hindú. ‘Dharma’ busca la veneración hacia la sagrada escritura de este primigeneo pueblo (el mandato de los ‘shastras’); ‘Artha’ recoge el conjunto de saberes que permiten el crecimiento económico de un individuo y ‘Kama’, tal vez la materia más amada por El Sexo Mandamiento y cada uno de sus lectores, resume ese proceso de goce en el que todos los órganos se mueven al son de un mismo baile con el objetivo de culminar en un sonoro y delicioso orgasmo. En la época el hombre perfecto era aquel que cumplía estos tres requisitos.
A pesar de lo que muchos piensen el «kamasutra» no es un libro que tiene el único cometido de recoger las tan conocidas ilustraciones que rondan por la red. Bien es cierto que si tecleas en tu buscador dichas palabras, la mayoría de entradas que te encontrarás son una selección resumida de la gran variedad de posiciones hechas y por hacer. Ilustraciones en versión moderna. Porque las que se realizaron durante el periodo Gupta (apróximadamente entre el 200 a.C. y el 500 a.C.) eran dibujos alzados a mano. Primero la imprenta y hoy Internet son las herramientas que ayudaron a la difusión masiva de las conocidas posturas del kamasutra.
Dejando a un lado la finura de manual de la cual se podría dotar a este texto: ¿nunca os habéis preguntado por qué hay gente que folla y gente que no?
Las claves para entender el presente siempre están en el pasado. El BSDM, el Bondage, la práctica oral, el anal o griego y cualquier fetiche que te puedas imaginar no son nada nuevo. El último párrafo del auténtico y anónimo KamaSutra dicta: “una persona inteligente y prudente, que se ocupe de Dharma y de Artha, así como de Kama, sin convertirse en esclavo de sus pasiones tendrá éxito en cualquier cosa que emprenda”.
Una persona inteligente y prudente, que se ocupe de Dharma y de Artha, así como de Kama, sin convertirse en esclavo de sus pasiones tendrá éxito en cualquier cosa que emprenda (Kamasutra).
El Kamasutra puede percibirse contemporáneamente como una narración machista de la sociedad de aquel entonces. También se puede comprender desde una vertiente más igualitaria, también es cierto. Muestra de esta tajante afirmación es que se dedican algunos capítulos a como debe ser la trata de una mujer. Algunos de esos ejemplos podrían ser: del mordisco y medios a emplear con mujeres de diferentes países, de los medios para abordar a una mujer o de los esfuerzos a realizar para conquistarla. Aunque cada caso merecería un detallado análisis.
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Resumir la biblia del sexo en un escrito de una extensión más o menos razonable sería sintetizar la realidad tanto que no llegaríamos a comprenderla. Está dividida en 7 partes y un total de 36 capítulos. Por ello, simplemente la utilizaré como una mera excusa para desarrollar ciertas ideas por las cuales, como nuevo integrante de El Sexo Mandamiento, apuesto como quien se juega todos sus ahorros en una mano de póquer. ¿Jugamos con esa mano?
La canción de los amores de Ramón y Pepita
¿Qué es el sexo si no ese proceso de preparación e intromisión en la mente del otro? La afinidad es una palabra clave. Es ese proceso complejo en el que el hombre y la mujer, el hombre y el hombre o la mujer y la mujer intentan conectar a través de la palabra. Tal vez, si la conexión resulte provechosa, esa proximidad derive en una noche de ensueño. Hablamos del romántico e idílico pensamiento de ser capaz de secuestrar un cerebro para hacerlo tuyo. Proceso en el que dejando a un lado las creencias espirituales (Dharma), ‘Artha’ y todas las experiencias que hacen de tí alguien totalmente único son un factor sin el cuál, en situaciones normales, no podrías llegar a intimar bajo las sábanas (‘kama’)
Pongamos banda sonora a este artículo con un célebre texto del siglo XIX: canción de los amores de Ramón y Pepita; el cual comienza versando: “A las doce de la noche un joven de robusto talle y hermosa planta saltando por las paredes del jardín, por una ventana se introduce en el dormitorio de su hermosa enamorada. Los dos eran jóvenes, los dos se amaban…”. Hablamos de Ramón y de Pepita como podemos hablar de cualquier pareja con indiferencia de sus preferencias sexuales. Este texto contiene un lujo de detalles al cual se le pueden acoplar múltiples interpretaciones de lo que es el amor y el sexo. Maravilloso.
Ramón trepa al balcón con intenciones pecaminosas. Sin embargo Pepita le rechaza su propuesta y le invita a irse por donde ha venido. Ramón insiste en que no debe camuflar sus sentimientos y debe entregarse a él. Ella responde diciendo: “Diga caballero yo que sacaría si desde este día empezase a amar”.
Buena pregunta. Un dilema que ronda la mente de muchas personas. Trás varias insistencias, sin mucho éxito, Ramón acomete sin pavor. “Es posible hermosa que en tales momentos desoigas acentos de tan fuerte amor. Si yo en este instante no he de poseerte causará mi muerte tu injusto rigor”. Parece que sus bellas palabras calan en la decisión de la joven que ya no se resiste tanto. Y comienzan a intercambiar una serie de mensajes cada vez más ardientes:
-“Calma mis ardores con tus besos…”, dice Ramón
-“Querido a mi pecho tienes hechizado…, conozco que el niño Cúpido es dios atrevido que nos da el placer”, responde su amada.
La historia está totalmente sacada de contexto para crear una nueva escena, sin embargo prueben a leerla entera y comparen con esta trama de citas que he escogido con toda la malicia. ¿Se quedan con ‘kama’ simplemente o apuestan por que el amor es algo más? Como diría Eusebio Poncela: “Me seducen las mentes. Me seduce la inteligencia. Me seduce una cara y cuerpo cuando veo que hay una mente que los mueve que vale la pena conocer”.
Sexo, sí. Pero antes de dejarte ir para no pensar, piensa bien con quien quieres no pensar.