Las olas golpean con fuerza, el atardecer es tan bonito como lo recordaba, hacía demasiado tiempo que no venía a distraerme de este mundo… y menos acompañada.
Las olas golpean con fuerza, el atardecer es tan bonito como lo recordaba, hacía demasiado tiempo que no venía a distraerme de este mundo… y menos acompañada.
Recién me había dado su número del móvil. Me encantaba. Fantaseaba con él en cada momento. Una noche completamente borracha, llegué a casa y comencé
No hace falta ser un gran aficionado al arte, al Barroco, a la escultura, a Bernini, a la religión, a la vida y obra de