Miss Tuppersex o por qué la educación sexual entra mejor con humor

«A las chicas jóvenes que decís que los preámbulos sexuales os dan un poco igual yo os digo que no os han comido bien el coño en la vida». Miss Tuppersex no tiene reparos en hablar de sexo con la naturalidad que le corresponde al tema a pesar de subirse sola durante casi dos horas a un escenario desde donde la observan decenas de personas que, eso sí, no se escandalizan sino que acompañan con su risa el monólogo de Pilar Ordoñez.

La polifacética actriz vuelve a dar caña en Madrid tras una exitosa temporada en Barcelona. El teatro Arlequín acoge cuatro funciones en las que Pilar y su «Manolo» hacen un recorrido por las relaciones sexuales mientras hacen el humor a los espectadores. A través de la diversión, Ordóñez relata cómo combatir la monotonía en pareja, los distintos códigos de cada modalidad sexual y brinda una educación sexual mucho más comprensible que la que se explica(ba) en los colegios.

Miss Tuppersex

«Van ya más de cuatro años, empecé el 27 de mayo de 2014 en Nueva York y he estado en Madrid y en Barcelona con un monólogo de unos 50 minutos; no sé ni cuantas funciones llevo ya», detalla Miss Tuppersex. La obra actual se extiende hasta más de hora y media de muchas risas y alguna cara sonrojada a medida que la monologuista habla del clítoris, el punto G, el sexo anal o el fisting, bien acompañada de juguetes sexuales oportunos para cada tema.

«El sexo es un lenguaje universal y de todas las generaciones, he tenido salas con padres, hijos y abuelos. Una abuela vino con un chico de 13 años porque lo había pillado viendo porno y lo llevó al teatro para que aprendiera mientras se reía», relata Ordóñez. No son de extrañar, visto el amplio público de Miss Tuppersex, las referencias a Bob Esponja para abordar el sexo durante la menstruación o a Isabel Preysler durante la presentación de las bolas chinas.

El sexo es un lenguaje universal, sin generaciones

La protagonista se encuentra únicamente acompañada de un par de sillas, un sillón, dos mesitas, una lámpara, un maniquí y una maleta de donde extrae toda clase de artículo sexual. Todo ello con un curioso toque a lo Ágatha Ruiz de la Prada que, junto a la música, la iluminación y una sugerente voz masculina crean un ambiente ideal para el tema que ocupa. ¿Para cuándo el reconocimiento que merecen los que trabajan más allá de los focos?

Miss Tuppersex

«El objetivo es divulgación sexual a través del humor. Falta mucha educación sexual porque nadie nos enseña nada, yo se lo recriminaba a mi madre hasta que me di cuenta de que ella no sabía». Pilar trata de suplir las carencias de sus espectadores presentando las glándulas de Skene o la episiotomía para explicar sobre la marcha, a base de gracias y chistes, algo tan importante para la sexualidad femenina.

Miss Tuppersex: «el sexo nos libera»

Un recorrido por las butacas muestra que son muchas las parejas maduras que disfrutan del espectáculo con sonrisas cómplices y carcajadas culpables. «Recomiendo a los Manolos y Manolas que lean, que vayan al teatro y sepan disfrutar del sexo mientras aprenden tanto juntos como separados porque el sexo nos libera como seres humanos», sostiene Miss Tuppersex mientras invita a ampliar las miras sexuales de cada persona.

Pilar Ordoñez le otorga a la educación sexual un papel clave para el desarrollo de la sociedad. De hecho, inicia su obra matizando que «Manolo» para ella es un hombre, pero que puede adoptar la identidad que cada espectador considere oportuna. Es por ello que el teatro y las artes deben ser el caudal por el que construir una sociedad que evolucione sexualmente.

«La cultura es lo único que prevalece cuando pasan las civilizaciones, eso cambia el mundo. A través de ella hay que manifestar la filosofía feminista y de género, feminismo somos todos buscando la igualdad entre hombres y mujeres. Los comunicadores tenemos una responsabilidad», defiende Miss Tuppersex, autora de un libro homónimo para seguir profundizando en conocimiento sexual.

Un elemento clave de su representación es el consenso. Desde el BDSM hasta la estimulación del punto P masculino o el sexo en el agua, es imprescindible que los participantes estén de acuerdo: «Necesitamos que la sociedad sepa que no es no, si no eres mujer no sabes lo que es tener miedo llegando a casa porque no hay metro. Vas con la llave en la mano, alerta. Para que los tíos lo entiendan yo les digo que las mujeres somos como los porteros de fútbol, no podemos bajar la guardia porque nos la pueden colar».

Con ejemplos como este, algunos más básicos y otros más explícitos, Miss Tuppersex y su vestido de colores muestran que la sexualidad es tan amplia como el arcoiris que la viste. Eso sí, nada mejor que disfrutar de ella que a través del humor, el teatro y alguna sorpresa que prácticamente obliga a poner en práctica lo aprendido en la función nada más llegar a casa.

*Miss Tuppersex se representará en el Teatro Arlequín de la Gran Vía de Madrid el viernes 24, el jueves 30 y viernes 31 de agosto a las 20:00 a un precio de 10 euros. A partir del 15 de septiembre vuelve al Teatro Capitol de Barcelona.

 

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