Desde las entrañas de la Ciudad de México surge una enredadera de 226 kilómetros de túneles que guardan oscuros secretos en cada estación. El Sistema de Transporte Colectivo Metro brinda servicio a más de cinco millones de usuarios al día, por lo que no es difícil de imaginar las cientos de historias que surgen aquí.
Peleas, ventas, encuentros, asaltos, accidentes, balaceras, música en vivo, todo puede ocurrir en el metro, hasta sexo. Resulta interesante la forma en la que surgen conductas sexuales en lugares públicos como éste, sin embargo vale la pena mencionar cada una.
Acoso en el metro
Fue en el año 2000 cuando se implementó el uso de al menos dos vagones del convoy exclusivamente para mujeres, esto debido al gran índice de denuncias por acoso de hombres hacia mujeres. Las horas pico eran aprovechadas por algunos sujetos que disfrutaban de agredir sexualmente a mujeres de todas las edades, desde miradas, frotes, tocamientos hasta insinuaciones. Aunque en un principio la norma se usaba para horarios de mayor afluencia, perduró en horario completo.
En el mundo hay más ciudades que usan el mismo sistema de división en transporte como medida de prevención al acoso como el caso de Río de Janeiro, Tokio, Tailandia, Malasia e India, por mencionar algunas. Al respecto, Larousse lanzó en 2017 una compaña contra el acoso en el metro de la CDMX que resultó muy ingeniosa y que a la fecha perdura en carteles dentro de cada vagón con mensajes como estos.
El último vagón
Se habla de esto como una leyenda, pues se dice que en el último vagón del convoy, los hombres de ‘ambiente’ pueden subir y echar a volar su imaginación y fantasías. Aquel que tiene suerte durante una insinuación, puede besar, magrear e incluso dar o recibir sexo oral durante el trayecto de una estación a otra. Mientras tanto, algún otro puede grabarlo en vídeo o participar.
Al ser esta una actividad prohibida en el Sistema de Transporte Colectivo, la travesía comienza principalmente en horarios nocturnos y en días y rutas poco frecuentados. Esta conducta genera un ambiente cómplice entre los usuarios, pues es un secreto que se sabe entre los usuarios y participantes, así que no te caiga de sorpresa presenciar alguna de estas aventuras.
Metrear
No sólo la comunidad gay encontró la forma de divertirse durante un trayecto en el metro. Actualmente existen grupos en redes sociales que arreglan encuentros con personas conocidas o desconocidas para “jugar” dentro de los vagones, aprovechando la multitud o la ausencia de gente. Aunque en un principio la comunidad gay masculina se apropió del término, puede ser referida como una actividad meramente sexual que ocurre en este medio de transporte.
Prostitución
Las líneas de metro se conectan unas a otras. Los transbordes ofrecen un sin número de espacios para la venta de distintas cosas: comida, accesorios, ropa, etc. Sin embargo, existen estaciones en las que se tienen identificadas a mujeres que ofrecen, ya de paso, servicios sexuales.
El sexo público es una fantasía recurrente entre las personas pero hay que tener en cuenta que es una práctica fuera de la normatividad moral y legal, de ahí la adrenalina de buscar acción en puntos donde alguien te puede descubrir o simplemente por el deseo ser visto.
Por último, la Ciudad de México adoptó al igual que otras ciudades, el Día sin pantalón para usuarios del Metro. Esta fue una iniciativa que surgió en Nueva York y aunque la actividad no tiene destinado un día en específico, es de los días más esperados para aquellos con alma exhibicionista.
Twitter: @karlagore