En 2014 llegó a los cines Maléfica, dirigida por Robert Stromberg, una película que recupera uno de los grandes clásicos de Disney, La Bella Durmiente, (1959), pero desde un punto de vista alternativo: el de la villana en la película original, Maléfica, que se convierte en protagonista.
La historia de Maléfica
En la cinta de Stromberg se presenta el universo de Maléfica (Angelina Jolie) como un mundo ficticio en el que se encuentran opuestos el reino de las hadas y el reino de los humanos. Maléfica – presentada con cuernos de cabra y dos grandes alas en la espalda –, que es desde niña el hada más poderosa de su tierra, conoce a un joven campesino llamado Stefan. Pese a la animadversión que se profesan sus especies, los niños se hacen amigos y, finalmente, Maléfica se enamora de él.
Años después, cuando ambos son adultos y la ambición de Stefan lo ha colocado en la corte del rey, el reino de los humanos le declara la guerra al de las hadas, sin éxito. Maléfica no puede ser derrotada por ningún hombre, por lo que el monarca, moribundo, anuncia que aquel que mate al «ser alado», reinará tras su muerte.
En ese momento Stefan decide volver al bosque, reunirse con Maléfica y, sabiéndose la única debilidad del hada, dormirla con una poción para poder matarla. En este momento llega la escena que justifica el comportamiento posterior de Maléfica: Stefan la droga, ella cae dormida y entonces, incapaz de matarla, él le corta las alas, para así poder engañar a los cortesanos, afirmando haberla asesinado.
Metáfora de una agresión sexual
Maléfica despierta al día siguiente, gritando de dolor y de espanto, abandonada en medio del bosque y horriblemente mutilada. Este primer giro de guion de la película nos muestra una situación que, metafóricamente, representa una violación. Tras depositar su confianza en un viejo amigo, este la droga y comete un abuso sobre su cuerpo mientras ella permanece inconsciente.
Además, los signos que presenta Maléfica al despertar, de dolor y desconcierto, dificultad para caminar – en la película queda justificado por los problemas de equilibrio al haber perdido sus alas – corresponden con los de una víctima de agresión sexual. Respecto a la dificultad para caminar, Maléfica se hace con una rama caída que convierte en su bastón, el cual no funciona sólo como una herramienta de apoyo, sino que también consiste en su arma principal desde ese momento.
La tenencia de un arma como mecanismo de seguridad después de haber sufrido una violación es una característica que hemos visto en otras películas donde la agresión sexual es parte fundamental de la trama – Thelma y Louise (Ridley Scott, 1991); ¡Dispara! (Carlos Saura, 1993) –.
Violencia edulcorada
Por otro lado, existe una tendencia narrativa que consiste en presentar a la mujer empoderada como consecuencia de haber sufrido una violación, dándole a la penetración una carga simbólica. De esto hablaba la actriz Jessica Chastain en su cuenta de Twitter, mencionando la polémica destapada sobre Tarantino durante el rodaje de Kill Bill (2003) con Uma Thurman:
When violence against women is used as a plot device to make the characters stronger then we have a problem. It is not empowering to be beaten and raped, yet so many films make it their ‘pheonix’ moment for women. We don’t need abuse in order to be powerful. We already are.
— Jessica Chastain (@jes_chastain) 4 de febrero de 2018
(«Cuando la violencia contra las mujeres es usada como argumento para hacer a los personajes más fuertes, tenemos un problema. No es empoderante ser golpeada y violada, y aún así muchas películas lo convierten en el ‘momento fénix’ para la mujer. No necesitamos el abuso para ser poderosas. Ya lo somos»).
Pues bien, esta idea del empoderamiento a causa de una agresión sexual no se da en Maléfica; las consecuencias en el personaje son las propias de las secuelas de una víctima de estas características: Maléfica se encierra sobre sí misma y rodea su bosque con un muro de espinas, impidiendo así que nadie pueda atacarla o acercarse a ella de nuevo. Los poderes y habilidades de Maléfica existen desde que nace y se manifiestan previamente a la mutilación.
En conclusión, el remake de Maléfica nos trae una nueva propuesta respecto a la historia original, asistiendo al relato desde una perspectiva distinta. La metáfora de la violación en la película es un recurso que nos recuerda que el trasfondo moral de las historias se puede adaptar de diversas formas, enriqueciendo la narrativa y ayudándonos a entender el por qué de los personajes.