Las copas menstruales tienen innumerables beneficios respecto a los tampones y las compresas. Son más baratas porque una copa vale unos 20 o 30 euros y duran 10 años. Según las usuarias, no se notan en absoluto al llevarlas puestas y se pueden usar hasta 12 horas (también durante la noche). Y pese a este uso continuado no absorbe olores.
Además, son mejores para la salud vaginal, porque a diferencia de los tampones no dejan residuos en la extracción. Y, según explica Iris Martínez, psicóloga, terapeuta de pareja y experta en sexología, la copa es muy amable con la lubricación natural de la vagina. “Los métodos tradicionales son de absorción, y absorben el flujo, pero la copa no y esto favorece una correcta lubricación”, afirma.
Las diez preocupaciones de las copas menstruales
Sin embargo no son el método más usado. Según un estudio de la Universidad de Beira en 111 mujeres en edad fértil, solo la usan un 1,8 %. ¿A qué se debe? Muchas mujeres tienen algunas dudas y preocupaciones sobre este artilugio, y algunas incluso han tenido malas experiencias tras un uso y se dan por vencidas.
- “Me cuesta mucho ponérmela, incluso me duele”
La base para la utilización de la copa es el conocimiento de la propia vagina. Usar este aparato anima a conocerse por dentro. En el primer uso hay que tener mucha paciencia y calma, pues requiere tiempo y estar relajada. El método habitual recomendado de copas es doblarla e introducirla poco a poco, y una vez que esté dentro, comprobar que se ha abierto. Desde INTIMINA, fabricante de copas menstruales, diferencian tres formas de doblarlas: en modo tampón (enrolladas), con forma de V, con forma de C.
“Es recomendable, sobre todo las primeras veces, usar un lubricante para introducirla, o incluso agua”, recomienda Martínez. Además, también añade que como las primeras veces cuesta más colocarla, ella propone intentarlo varios días, aun sin la regla, porque como no absorbe no va a resecar aunque no estemos produciendo sangre.
Si aún así lo que frena a algunas a usar la copa es el miedo a introducirla, la marca Enna ha creado las copas menstruales con aplicador.
- “Una vez puesta la noto dentro y me incomoda”
La copas menstruales están pensadas para que no se noten una vez colocada en el interior. Por eso la directora de comunicación de INTIMINA, Pilar Ruiz, explica que lo más probable es que no se haya colocado correctamente: “si está bien colocada no debería notarse que está puesta”.
Aunque otra posibilidad es que, por la costumbre de usar tampones, las primeras veces que se prueba una copa menstrual, la punta que tiene se quede asomando fuera de nuestro cuerpo. Esta posición no es la adecuada ya que la copa debe estar alojada completamente en el interior, de otro modo esa punta puede molestar y pellizcar.
“Debe intentar colocarse dentro, pero si asoma una pequeña parte de la punta, se puede cortar para que se adecue mejor a nuestro cuerpo”, relata Iris Martínez. Si aún así sigue molestando porque la copa una vez bien colocada en el interior baja, puede ser que no se haya acertado con la talla.
- “No sé cómo acertar con mi talla”
Las copas menstruales tienen la talla en función de si se tiene mucho flujo o poco, si se ha dado a luz o no. En el caso de INTIMINA, la Lily Cup A es para mujeres con flujo ligero a abundante que no han dado a luz por la vagina; la B para las que sí han parido. La Lily Cup Compact es para flujo de ligero a medio, A si se ha dado a luz; B, si no. Y por último la Lily Cup ONE es más pequeña, sirve para comenzar y se puede usar siendo virgen.
Para la especialista consultada lo ideal es, además de seguir las indicaciones de las cajas de las copas, consultarlo con un ginecólogo o con un experto en suelo pélvico para saber las particularidades de cada mujer: “Las indicaciones de los fabricantes de copas menstruales son generales, es más fácil acertar si se conoce la opinión de un experto”.
- “No puedo lavarla en todos los baños”
Las copas menstruales tienen una capacidad de 12 horas de retención, lo que permite mucho margen para encontrar un baño en el que sentirse cómoda. En el caso de que no se pudiera ir a casa en ese espacio de tiempo, un truco es llevar una botella de agua pequeña en el bolso los días de regla con la que poder enjuagarla y volverla a colocar.
En cualquier caso esto último no es necesario. “Se puede vaciar y limpiar con papel, o una vez vacía volverla a poner directamente y esperar a limpiarla en casa”, explica Martínez.
- “No sé como limpiarla”
Antes y después de la menstruación INTIMINA recomienda hervir la copa unos minutos para esterilizarla. Ambas expertas coinciden en que durante la menstruación para el cuidado diario del utensilio, se limpie con papel, o se enjuague con agua y, si se usa jabón, que este sea con PH neutro.
- “Me preocupa tener pérdidas”
Una copa de la talla adecuada no debe producir pérdidas, salvo que esté mal colocada. Las copas tienen un sistema de vacío por el que al introducirlas se sellan a las paredes vaginales y no cae sangre fuera. Es recomendable una vez colocada, especialmente las primeras veces, recorrer con el dedo el borde de la copa, para comprobar que se ha abierto en el interior.
- «Me preocupa el shock tóxico»
El shock tóxico está vinculado al uso de tampones, por lo que una forma de evitarlo es el uso de la copa menstrual, explica Martínez. “Los primeros casos de síndrome de shock tóxico afectaron a mujeres que usaron tampones, las copas son una buena alternativa”, cuentan desde INTIMINA.
- «Me cuesta mucho quitármela»
Para quitarla hay que tener paciencia hasta encontrar el propio método. Hay tres claves: estar relajada, quitar el vacío de la copa y evitar que se derrame. Las primeras veces puede que cueste porque con los nervios la vagina se contrae, así que es importante respirar profundo y tener calma.
Lo primero que hay que hacer es empujar la copa hacia fuera con los músculos de la vagina, después se tira un poco del tallo con dos dedos. Y entonces, cuando se llega con el dedo hay que quitar el vacío de la copa. “Esto es muy importante, porque si tiras mucho de la copa, puedes dañar tu suelo pélvico” resalta la experta en sexología. Y por último se saca y se vuelca el contenido en el inodoro.
Martínez añade que es importante saber que, por los tampones, se acostumbran a sacarlos de lado, como en horizontal, pero la copa hay que quitarla hacia abajo para no mancharse con el líquido que tiene en su interior.
- “Tengo que introducir dedos y tocar mi vagina mucho más que con otros métodos”
“Todavía a algunas mujeres la sangre de la regla les produce rechazo porque creen que es un desecho, como la orina o las heces, pero no es así”, explica la psicóloga. Por su parte Ruiz cuenta que un estudio de INTIMINA demuestra que el uso de la copa conlleva una normalización del periodo. Un 60% de las encuestadas aseguraba no sentir vergüenza porque las vean con productos para la regla.
- “Mi copa tiene un color raro”
Con el uso, un problema que tienen algunas copas de color claro es que cambian de color. “Para quitar ese color feo que coge la copa basta con ponerla en un vaso con mitad agua y mitad agua oxigenada durante 12 horas”, propone la experta en sexología.
La copa menstrual y el sexo
La copa menstrual es compatible con métodos anticonceptivos alojados en la vagina como el diu y el aro. Y aunque la mayoría hay que extraerlas para poder mantener sexo con penetración, la Ziggy Cup de INTIMINA es compatible con las relaciones sexuales. Además por ser respetuosas con el flujo, no ser un método absorbente, permiten lubricar mejor (esto a partir de cierta edad es muy necesario). “A mucha gente desde que usan la copa menstrual, sus relaciones son más placenteras, no se necesita tanta lubricación extra”, señala Iris Martínez.