La relación entre lo que comemos y cómo nos sentimos es innegable. Lo que ingieres puede influir en tu humor, tu percepción física, tu salud y, como no, en tu libido. En la época de las dietas milagro, el veganismo, los productos exóticos y los complementos alimenticios, ¿estamos alimentando bien nuestro deseo? A El Sexo Mandamiento no hay nada que le guste más que una buena comida, por eso os traemos ideas para complementar vuestro menú.
Vitaminas por aquí, vitaminas por allá
No solo una mala dieta puede provocar un descenso en la libido o en la calidad del sexo, muchas veces los cambios personales o incluso estacionales pueden afectar a la actividad en la alcoba. Una de las vitaminas más importantes es la A, encargada de la producción espermática y de regular los ciclos menstruales. Para los más golosos se puede encontrar en frutas como el pomelo, el albaricoque, la sandía o el melón. Dado que son frutas estacionales y no siempre se pueden encontrar en tu supermercado de confianza, también se pueden sustituir por tomate, lechuga, pimiento o espinaca.
Precisamente en este vegetal (y en otros como las acelgas) se encuentra el hierro. Para ser un auténtico Popeye en la cama hay que combinar estos elementos junto con hojas de remolacha y de nabo, ya que contienen también vitamina C, responsable de mejorar la absorción de hierro, disminuir el estrés y mejorar la síntesis de las hormonas responsables de la fertilidad. Esta simbiosis alimenticia combate la fatiga en el día a día y aporta una energía extra a la hora de un buen revolcón.
Independientemente de lo que dure el sexo, conlleva un gasto energético muy grande y es aquí donde entra nuestra amiga la vitamina B3. Aparte de ser excelente para piel y nervios, también mejora el rubor sexual, es decir, el flujo sanguíneo hacia los genitales. Si un buen orgasmo quieres tener, arroz, pan integral, anchoas, pollo, pavo y ternera has de comer.
Su prima-hermana, la vitamina B6, aumenta la libido, mejora el recuento de espermatozoides, y contribuye a la producción de estrógenos, testosterona, dopamina y serotonina (ah, el neurotransmisor de la felicidad). Puede encontrarse en las coles de Bruselas, las patatas, el tomate y en el alimento favorito de los millennials, el aguacate.
Y llega ella, la niña bonita, la vitamina sexual, la E. Además de ser la protagonista de los productos cosméticos por sus propiedades antioxidantes es prioritaria en la producción de hormonas sexuales. En cuanto a sus propiedades, también aumenta el flujo sanguíneo y de oxígeno hacia las joyas de la corona. A parte de las ya citadas espinacas o el tomate, se encuentra en los espárragos, el salmón ahumado y los panes multicereales.
Cerramos esta sección con el terror de los veganos, la vitamina B12. Ayuda a tener mejores erecciones y a segregar histaminas, necesarias durante el orgasmo, pero solo se halla en productos de origen animal. Algunos de ellos son ostras, mejillones, caviar, pulpo, salmón y atún, así como la carne de res y los huevos.
Alimentos menos comunes para tu libido
Si hablamos de anís lo primero que viene a la mente es esa funesta cena de Navidad en la que algún familiar alcoholizado acaba cantando jotas al dulce compás de un tenedor golpeando contra una botella. Pero no, aunque el alcohol nunca es el mejor compañero de cama, el anís sí es un potente aliado. Estas semillas solían emplearse en la antigüedad para combatir la impotencia y aún se utiliza en algunas regiones de Oriente.
Durante el siglo XIX se elaboró el pernod a base de semillas de anís, una bebida francesa muy afrodisíaca. Si no entra en tus planes pegarle un lingotazo a la botella, siempre puedes pedirle la receta de las rosquillas a tu abuela alegando “motivos científicos”.
Otra de esas maravillas de la naturaleza es el jengibre. Lo mismo cura catarros que mejora la impotencia masculina y la libido femenina. También es un antidepresivo natural y ayuda con los problemas digestivos. Aunque no es el alimento más sabroso puede utilizarse en sopas, infusiones o como aderezo. De las profundidades de la tierra también viene el regaliz (el que compras en una tienda de chucherías no, el otro). Estimula los estrógenos femeninos, ayuda a conseguir erecciones con mayor facilidad y está muy rico.
Y, para terminar, un postre a base de miel. Aparte de contener vitaminas B y C, mezclado con el ya citado jengibre forma un cóctel indicado para la fatiga sexual. Puede consumirse directamente, en bebidas, postres o del cuerpo de tu pareja para ir calentando motores. Aunque en el mercado existen multitud de suplementos artificiales, siempre es mejor recurrir a la naturaleza y consumirlos de la fuente original. Un buen batido de estos nutrientes mejorará no solo tu salud sexual sino tu salud en general. Saca tus dotes de chef y ¡lánzate a la parrilla!