Es por todos conocida la famosa trilogía de 50 Sombras de Grey que explica, de una manera bastante errónea, la subcultura BDSM. Tanto es así que las personas nuevas que entran piensan que el BDSM todos firmamos un contrato, es algo romántico (que lo es, desde una perspectiva diferente) y no va más allá de atarnos a la cama con los ojos vendados y estar indefensos mientras hacemos sexo oral, darnos cinco azotes (ahora con una fusta en vez de con la mano) y ponernos bajo las órdenes de alguien por simple diversión. Aparte de que todo es súper pasteloso y hay velitas que huelen a vainilla y fresa.
Pero la realidad a veces supera la ficción: nos atamos a la cama, sí, pero con cadenas, cuerdas y unas esposas que no son precisamente de terciopelo. Si queremos irnos a lo barato las bridas que hay en un chino también sirven pero en ningún caso se queda solo en tener los ojos vendados y nada más. Es posible que te azoten con la fusta hasta dejarte el culo morado, que te aten de una forma en la que no estés tan cómodo como pensabas o que te derramen la cera de las velitas que habías imaginado servirían para darle un aire romántico al asunto.
Y, sí, en cualquier momento todo puede irse de las manos, con lo cual debemos tener unas medidas de seguridad apropiadas más allá de tener nociones básicas de primeros auxilios (algo importante pero en algunos juegos bastante imprescindible) y estas pasan por un sistema de acuerdos tácitos que se dan entre la persona sometida y la persona que somete. Si hace un mes os hablaba de la palabra de seguridad y sus alternativas esta vez os traigo los cuatro tipos de sistemas de consenso dentro del BDSM, ordenados de menor a mayor transferencia de poder: SSC, RASCA, PRICK y metaconsenso.
SSC: sensato, seguro y consensuado
Se basa principalmente en el consentimiento de la persona que es dominada y se vela en todo momento por su seguridad. Existen unos límites claros marcados por la persona sometida que es quien decide en qué grado compromete su seguridad y nunca se sale de lo consensuado. Es recomendable para los novatos que se introducen en el BDSM aunque es algo que quien domina no desea porque no existe realmente un intercambio de poder entre dominante y sumiso.
RACSA (RACK): riesgo asumido y consensuado
Este sistema es un paso más evolucionado del SSC, se basa en que las partes asuman que las prácticas no son seguras al cien por cien, los participantes conocen los riesgos de las prácticas antes de seguir adelante con ellas y teniendo el consentimiento claro (True Consent) como condición imprescindible. La persona que se somete sigue teniendo más poder ya que las prácticas se basan en sus necesidades y se anteponen a las de quien domina.
Fuera de la comunidad BDSM el sistema más conocido es el SSC pero dentro de la comunidad cada vez más personas asumen que sus sistema de prácticas se basa en el RACSA.
PRICK: Personal-Responsibility Informed Consensual Kink
En español se traduciría por prácticas BDSM consensuadas e informadas basadas en la propia responsabilidad. Este tipo de consenso es una ampliación del RACSA, en el que se incluye que las dos partes son responsables de sus acciones. Implica conferirle más poder y permitirle más riesgo a la parte que domina, ya que una vez que la parte sometida da consentimiento para hacer una práctica recae en ella la responsabilidad de esa dinámica y no en la parte que somete por lo que resulta más satisfactorio a la hora de llevar a cabo una práctica.
En lenguaje coloquial la persona que somete puede subir el nivel de una práctica y es responsabilidad de la parte sometida decidir hasta dónde llega, por ejemplo, en el caso de que se esté subiendo la intensidad de unos azotes.
Metaconsenso (CCC)
El metaconsenso es también es denominado Committed Compassionate Consensual o CCC por los anglosajones. Este tipo de consenso es técnicamente el máximo intercambio de poder entre Top y bottom, un intercambio de poder total (Total Power Exchange) y normalmente se da en las relaciones 24/7 y no en sesiones puntuales, pues requiere depositar una confianza absoluta en la persona que domina y eso requiere tiempo.
El único acuerdo que se da es hablar de los hard limits de la persona que se somete y a partir de ahí es el dominante quien decide todo lo demás, incluso plantear a la persona sometida probar sus límites si lo considera oportuno, siempre informando de lo que se va a hacer, es por ello que la confianza entre ambas partes es fundamental para utilizar este sistema.
Este intercambio total de poder es deseado por mucha gente, pero los riesgos son muchos debido entre otras cosas a que no se emplea la palabra de seguridad. El metaconsenso parece algo sencillo y deseable por la satisfacción que genera y el bienestar que supondría al Top tener vía libre de acción, pero pocas personas son capaces de llevarlo a cabo tan pronto como se dan cuenta de los riesgos asociados y la dificultad de manejar adecuadamente esas situaciones.