El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de las mujeres. Se trata de una fecha clave para remarcar las reivindicaciones femeninas, que alcanzan todos los ámbitos de la sociedad. La vida social, laboral, familiar y estructural sigue requiriendo más feminismo y mayor igualdad hacia la mujer. Lo mismo ocurre en el sexo. Abundan conductas que priman al hombre sobre la mujer y tres de nuestras compañeras han querido contar brevemente por qué creen que el feminismo aún tiene que entrar en nuestras camas y mentes.
Elena Cañada
El 8 de marzo demuestra que nos queda mucho que cambiar en nuestra sociedad. El machismo es una realidad que se manifiesta en todos los ámbitos de la vida y, por supuesto, también en el sexual.
Una de las situaciones más injustas y que más me molestan es toda la fase previa al sexo, el ligar. Todavía está muy asentada en muchos la idea de que la mujer es un objeto al que alcanzar, y que ellas deben tener el papel pasivo de ser alcanzadas por alguien. Esta queja puede parecer repetitiva, pero desde luego más repetitivo es vivirlo y que no cambie. Con estas personas ligar no sé si se liga, pero desde luego estamos jodidas.
Si te topas con alguien de ese pensamiento machista rancio, todos tus comportamientos pueden ser y serán utilizados en tu contra, porque lo ideal es que en realidad no hagas nada. Pero si, temeraria de ti, tienes algo de iniciativa y eres simpática porque quieres ligar, eres una golfa (porque las buenas señoritas no pueden tener ganas de acostarse con nadie). Si eres simpática y no quieres ligar eres una chica microondas: calientas pero no cocinas.
Podría quedarte la opción de no ser simpática, pero por ahí tampoco te puedes librar, porque entonces eres o una flipada o una frígida. Así que, resumiendo, la solución es no querer sexo más que cuando te lo piden, no ser simpática, ni dejar de serlo.
La Ninfa
En esto de las relaciones personales y sexuales hay dos puntos en los que aún no somos capaces de evolucionar. Cuando hay una pareja y un pacto de fidelidad establecido, la infidelidad irrumpe como un huracán que se lo lleva todo. La mujer en cualquiera de los casos acaba con la etiqueta de «puta». Tanto si es la otra, como si es la de los cuernos.
Ni qué decir tiene si es ella la que pone los cuernos. En cualquier caso, la culpa es SIEMPRE de la persona que tiene pareja. No de terceros. No caigamos en el insulto fácil. Si él te ha puesto los cuernos, cúlpalo a él; la otra no tiene culpa de nada.
Señorita Periquita
En cuanto a lo sexual, es evidente que aún estamos en una sociedad «coitocentrista». El placer sexual de la mujer reside casi en su totalidad en el clítoris. Si nos centramos solo en el mete-saca es muy probable que la chica no llegue al orgasmo. Sé generoso, esto no es sólo de tu placer sino también el de ella. Es muy frustrante sentir que eres incapaz de llegar al orgasmo solo porque no te tocan como deben hacerlo, ni siquiera se molestan en ello.
Y siguiendo con lo sexual, ¿cuántas de nosotras hemos tenido que ver como nuestro compañero de cama ha eyaculado y después de eso haya dicho que resulta que estaba muy cansado?, ¿cuántas veces un chico te ha dejado a medias, amiga mía? Chicos, el sexo no termina cuando os corréis, sed más considerados que vuestra pareja se ha pasado diez minutos comiéndoos la polla y vosotros no podéis aguantar ni medio minuto sin bajar al pilón y preguntar si nos hemos corrido ya. La respuesta es NO, y si tienes que preguntar para quedarte satisfecho con tu trabajo es que no tienes ni idea de cómo hacer que se corra.