No es la primera vez que en El Sexo Mandamiento hablamos de Juego de Tronos, la laureada producción de HBO basada en la saga literaria Canción de Fuego y Hielo escrita por George R. R. Martin.
Juego de Tronos (2011 – 2019) narra las luchas de poder acontecidas entre las familias nobles de Poniente, en un ambiente fantástico que nos remite a una ficticia Edad Media.
Sin embargo, parece claro que hay algo que distingue a esta producción de otras obras de corte similar. Una de sus distinciones es, sin duda, su representación sin tapujos del sexo, y es que una cita que podría definir a la perfección la esencia de Juego de Tronos es la siguiente:
“Todo en la vida trata de sexo, excepto el sexo. El sexo trata de poder”. (Oscar Wilde)
En esta entrada, y con motivo de la recta final de la serie, que regresa el 14 de abril para presentar su octava y última temporada, repasaremos algunas de las parejas y momentos de la serie que la señalan como una de las series destinadas al gran público con mayor carga erótica.
No sabes nada, Jon Nieve
Una de las escenas más emblemáticas de la serie es la protagonizada por Jon Nieve (Kit Harington) e Ygritte (Rose Leslie) en la cueva termal situada Más-allá-del-muro.
Esta pareja, de entre las favoritas del público, es un clásico de entre clásicos: el joven Jon, virgen y célibe, rompe sus votos con la Guardia de la Noche al conocer a la indómita y rebelde Ygritte.
Aunque en la ficción estuvieran avocados a la tragedia, a Kit y Rose no les ha ido mal: se casaron en 2018 en el castillo de Wardhill
En cualquier caso, parece que Jon Nieve sí que sabía algo. En la séptima temporada, Jon se acuesta con Daenerys Targaryen (Emilia Clarke), contentando a muchos fans que creían esta relación como necesaria desde el principio.
Cuanto más primo…
La relación Jon-Daenerys nos conduce directamente a otro tema: el incesto. Aunque ellos no lo saben (cuidado, spoiler), Jon es hijo de Rhaegar Targaryen y, por tanto, sobrino de nuestra khaleesi.
Ya hablé de incesto televisivo no hace mucho, y no me quiero repetir, pero no podía escribir esta entrada sin pasar por una de las parejas más importantes, intrincadas y retorcidas de la serie: Jaime y Cersei, los mellizos Lannister, capaces de cualquier cosa con tal de permanecer juntos.
En cualquier caso, los hermanos en Juego de Tronos no siempre son la mejor compañía, y si no que se lo digan a la propia Daenerys: cómo olvidar que su hermano Viserys la vendió en la primera temporada a Khal Drogo, señor de los dothraki, a cambio de un ejército.
¿Amor o Síndrome de Estocolmo?
Y es que otra de las parejas más queridas es la formada por Drogo (Jason Momoa) y Daenerys, pese a durar juntos sólo una temporada. El matrimonio de conveniencia se produce como fruto de una transacción: Drogo compra a Daenerys y la viola repetidas veces.
Aunque, en principio, ella termina enamorándose de él y haciendo de su unión de una de las más recordadas, no hay que olvidar la forma en que se casan y lo ésto que supone. La relación Drogo-Daenerys es una de las más problematizadas precisamente por la forma en que se representa.
De todos modos, la representación de la violación le ha valido duras críticas a la serie. Los abusos sexuales a menudo se han mostrado romantizados o sexualizados, lo que, según una parte del público y de los académicos, podría suponer un problema.
Violencia y sexo de la mano
Una de las escenas de abusos más controvertidas es la protagonizada por el rey Joffrey (Jack Gleeson) y dos prostitutas de Desembarco del Rey. Joffrey, un violento y demente, obliga a una de ellas a azotar a la otra utilizando un cetro metálico que le profiere graves heridas.
Esta escena planteaba uno de los conflictos que acarrea la representación del sexo en la ficción: ¿representación de la violencia sexual, o erotización de la misma?
Del mismo modo ocurría con la escena de la violación de Sansa Stark (Sophie Turner) a manos de Ramsay Bolton (Iwan Rheon), o con las – arriba mencionadas – escenas de sexo entre Daenerys y Drogo.
Bisexualidad y relaciones abiertas
Breve pero intensa fue la aparición de Oberyn Martell (Pedro Pascal) en la serie. También conocido como La Víbora, este noble dorniense es famoso por ser uno de los mejores asesinos del mundo, pero también uno de los mejores amantes.
Su relación con Ellaria Arena (Indira Varma) no es exclusiva, hecho que ambos afrontan y celebran con naturalidad, así como la abierta bisexualidad de Oberyn.
La vida sexual de estos dos sorprendía incluso al libertino Tyrion (Peter Dinklage), obligado a ejercer como diplomático del reino y a tratar con los sureños. En fin, todo un ejemplo del espíritu de Juego de Tronos.
Mi pequeño león
Y hablando de Tyrion, otra de las grandes parejas del show es la que forman él y Shae (Sibel Kekilli). El menor de los hermanos Lannister se enamora por segunda vez en su vida, y de nuevo de una prostituta.
Pese a que nada parece preocupar a Tyrion por encima de sí mismo, resulta que, al enamorarse de la extranjera Shae, su cinismo y desparpajo se ven transformados en amor y preocupación. Quizás esta transformación fuera el motivo por el que todos esperábamos que lo suyo terminase bien.
En resumen, parece difícil determinar cuál es nuestro momento o pareja favoritos, sobre todo por lo prolífico de la serie en materia sexual y por la gran cantidad de escenas que no he mencionado aún.
La inolvidable conversación en las termas entre Jaime y Brienne (Gwendoline Christie), la aparición de Pod (Daniel Portman) en el prostíbulo de Meñique, la pasión entre Robb (Richard Madden) y Talisa (Oona Chaplin), la incestuosa y abusiva relación de Craster (Robert Pugh) con sus hijas… son sólo algunos de los episodios que podemos enumerar previamente al regreso de la serie.