La oxitocina es una de las hormonas de las que más has oído hablar. Puedes imaginarte sus efectos o tener conocimientos acerca de lo que produce en el organismo aunque no te hayas parado a investigarla de forma detenida.
Sin embargo, su fama se debe a su «pseudónimo»: la hormona del amor. Su aparición suele deberse a distintos factores. Uno de estos momentos en donde se segrega de manera latente es cuando una persona está comenzando una relación.
A su vez, la liberación de la oxitocina da lugar a otras hormonas secundarias. La unión de todas producen un cóctel, que es al que realmente debe llamarse como enamoramiento. Para esto, le acompañan la serotonina, dopamina, noradrenalina y feniletilamina.
Un dato curioso: estoy casi segura de que alguna vez has oído hablar de que el amor es una reacción química que dura, como mucho, cuatro años, ¿verdad? Esto es debido a la producción de la última de las hormonas mencionadas.
Ahora bien, a lo que quiero llegar, es que esta producción química es inevitable para casi cualquier persona. Existen casos en los que puede existir un déficit de oxitocina que debiliten estos resultados. Sin embargo, lo más probable es que hayas experimentado esto en algún momento de tu vida.
Por ello mismo, es importante que sepas que la segregación de este elemento no solo aporta beneficios positivos. También tiene una parte un tanto nociva que tienes que tener en cuenta para no cometer errores que afecten al resto de tu vida.
La oxitocina en la intimidad
Como ya hemos dicho, son muchos los momentos en los que la oxitocina puede aumentar en nuestro organismo pero, como aquí hablamos de sexo, nos vamos a centrar en esa parte.
Su aparición va ligada con el coito, pudiendo aparecer de forma notoria en mitad de la relación e, incluso, con el orgasmo. La estimulación genital suele ser una de las acciones que facilitan su llegada.
Si a esto le sumamos que, gestos, como una caricia, un abrazo o un beso también son estimuladores directos de esta molécula, no nos extrañaría esta relación directa con lo que llamamos amor, dado que, si una cita sale bien, es posible que cuente con estos factores.
Dando un paso más hacia adelante, en donde ya hablamos no de una cita sin más, sino de la sucesión de varias de ellas, en donde ha sido posible crear una intimidad con otra persona con la que ha habido química, esta hormona va a seguir apareciendo y aumentando, consiguiendo que aportemos la versión más cándida, atenta y amable de nosotros mismos. Es más, está fuertemente ligada con la monogamia. Esto se debe a que la oxitocina nos hace creer que una persona es única y especial.
¿Tiene efectos negativos la oxitocina?
Esta es la verdadera pregunta que debes hacerte y la respuesta es sí.
Esta hormona trae consigo una serie de efectos negativos si, únicamente, decides dejarte llevar por ella. A veces, es necesario pararte a pensar y a analizar tus propias sensaciones.
En ningún momento estoy diciendo que no disfrutes de lo que te produce y vives la experiencia, ni mucho menos. Pero la información es un aspecto muy necesario para poder vivir tu sexualidad de una manera responsable. Es una de las premisas por las que más abogamos desde El Sexo Mandamiento.
En el caso de la segregación de esta sustancia y basándonos en unos resultados expuestos por la revista Neuroscience and Biobehavioral Reviews, nos encontramos ante una serie de efectos negativos que pueden producirse. Personalmente, ninguno de ellos me sorprende.
Los científicos afirman que tiene efectos semejantes a los producidos por el alcohol en el organismo, debido a como inciden en la transmisión GABA (un neurotransmisor inhibitorio que se encuentra en el sistema nervioso). Ambos elementos te alejan del estrés y te permiten estar más relajados.
Sin embargo, ambas sustancias debilitan el estado de alerta en el cerebro. Esto permite que nos pongamos ante situaciones de riesgo sin ser conscientes de lo que estamos haciendo.
Encontrarte en un estado de no consciencia, en donde te encuentras relajado puede ser muy tentador y conseguir que te despistes y acabes perdiendo el norte. Al igual que, un aumento de la oxitocina en sangre de manera puntual ya sea mediante un abrazo, el llorar o el reír, puede suponernos una liberación necesaria para continuar, mantenerte en ese estado de forma excesiva, suele ser lo que genera una actitud codependiente con tu pareja.
Es decir, si tu pareja consigue producirte todo este tipo de estimulaciones que podrían compararse a estar todo el día borracho. Esto va a conseguir que descuides otros aspectos de tu vida. Estos pueden ser el trabajo, los proyectos personales o los amigos.
Si encima, hemos «perdido» la capacidad de ver el peligro y podemos estar en una situación nociva, no vamos a alertarnos, Esto puede conseguir que no seamos capaces de saber si la relación va por buen camino o no y, al final, acabas en una espiral tóxica y, en mayor o menor medida, autodestructiva.
Dejarse llevar pero con cabeza
Ya estemos hablando de una relación consolidada de varios años, un amor veraniego o simplemente sexo ocasional, es muy importante que tengas en cuenta que la química es muy importante. Esta se convierte casi en una de las protagonistas de, no solo nuestro organismo, sino de nuestras decisiones.
Por ello, disfrútalo e intenta sacar la mejor experiencia de ello. Pero recuerda que para que algo pueda desarrollarse de forma sana es necesario, de vez en cuando, tomar algo de distancia y poner los pies en la tierra. Te aseguro que esos pequeños momentos de reflexión serán uno de los factores que mejoren la calidad de tu vida afectivo-sexual.