La gastronomía está de moda, y en El Sexo Mandamiento somos de renovarnos o morir. Así que en la entrada de hoy hablaremos de los afrodisíacos, o alimentos que potencian el deseo y la sexualidad.
El término «afrodisíaco» deriva del griego afrodisiakós, procedente del nombre Afrodita, la diosa griega del Amor. El prefijo «aphrós» (en griego ἀφρός) significa «espuma», y es que, según el mito, Cronos castró a su padre, Urano, y lanzó sus testículos al mar. El océano se fecundó, y de la espuma generada nació la diosa Afrodita (Venus en la nomenclatura latina).
Afrodita, conocida en la mitología griega por sus escarceos sexuales, infidelidades (engaña a su marido, el dios Hefesto, con el dios Ares) y debilidad por los mortales atractivos (como ocurre con Paris, príncipe de Troya), da origen así al término afrodisíaco/a. Por lo afrodisíaco se entiende aquello «que excita o estimula el apetito sexual» (definición de la RAE).
La cesta de la compra
Desde las míticas fresas con nata hasta el champán, pasando por el chocolate, la canela o las ostras, la lista de alimentos afrodisíacos con que disfrutar aún más de tus relaciones es larguísima.
Un estudio de la Universidad Queen Margaret de Edimburgo corrobora la creencia de que el zumo de granada provoca un efecto parecido al de la viagra, mientras que los higos se han relacionado con las gónadas en la Biblia – sirviendo para tapar los genitales de Adán y Eva – y con el amor y el sexo en la Antigua Grecia.
El cardamomo, los jalapeños, la miel, la trufa, la nuez moscada, el agua de coco o el vino son otros de los alimentos que se suman al repertorio de afrodisíacos. Ahora, ya sabéis: sólo hay que aprender a cocinar.