La sensualidad del cine de terror

Ya lo decía Randy en Scream (Wes Craven, 1996): «Ciertas reglas deben cumplirse para sobrevivir con éxito en una buena película de terror. Por ejemplo, número uno: no practicar el sexo«.

Aunque esta máxima le valía el abucheo de sus amigos, es cierto se cumple, por lo general, en el cine de terror, uno de los primigenios del cine. Sin embargo, en la propia Scream  se la saltan; parece que algunas reglas están echas para romperlas.

Truco o trato 

Desde la peligrosidad de las femme fatale – que en su más pura Serie B se volvían aterradoras (ejemplo de ello es La mujer pantera, Jacques Tourneur, 1942) -, hasta la sanguinolenta promiscuidad de películas modernas como Jennifer’s Body (Karyn Kusama, 2009), el cine ha demostrado (con creces) que lo terrorífico y lo erótico pueden ir de la mano.

El cine de terror ha pecado a menudo de cierta tendencia misógina, cargándose a la chica que ha tenido muchas relaciones sexuales – y que, además, las celebra – y salvando a la que es virgen, de una manera algo moralista.

De ahí surge la primera regla expuesta por Randy en Scream, y, de hecho, poco después – atención spoiler  – Tatum Riley, que encarnaría dicho personaje, muere de manera casi cómica en el garaje.

El subgénero vampirístico

Dentro del gran contenedor que es el cine de terror, surge en los setenta -producto de la revolución por la liberación sexual – un tipo de películas llamadas de vampiresas, con escenas de sexo lésbico tan explícitas que son prácticamente cintas pornográficas: Las amantes del vampiro (Roy Ward Baker, 1970); Las Vampiras (Jesús Franco, 1974); Las hijas de Drácula (José Ramón Larraz, 1974), etc. 

Terror Cine Vampiros
Póster de Las Hijas de Drácula | Fuente: FilmAffinity

Además, el cine de vampiros siempre ha generado un universo sexualizado, donde el éxtasis por la sangre que se une al sexual. Jugando con esto, películas como Drácula (F.F.Coppola, 1992) creaban un escenario de erotismo en torno al Conde y a sus lamias, haciendo de la conversión de Lucy un auténtico ritual orgásmico.

Lucy mordida por Drácula por segunda vez.

Así que ya sabéis: si queréis disfrutar de un Halloween al más puro estilo El Sexo Mandamiento, que sepáis que es perfectamente compatible. Y si no, que se lo digan a Las Divinas de Chicas Malas (Mark Waters, 2004). ¡Feliz Halloween!

Chicas Malas
Rachel McAdams como Regina George disfrazada de Halloween en Chicas Malas | Fuente: Giphy

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