A ti que miras atrás por si has hecho algo malo.
A ti que vigilas que nadie te toque, ni te mire, ni te respire.
A ti que todo lo consientes para no pelear.
A ti que lloras a escondidas sin saber qué pasa o por qué te ocurre esto.
A ti que te asustas cuando te gritan la primera vez. A ti que ya no te asustas, porque lo ves normal.
A ti que borras todo del móvil, vaya ser que se moleste porque tengas amigos o familia.
A ti que te empiezas a creer que realmente él es lo mejor que te ha pasado… siendo lo peor. Y crees que no eres nada, que no vales lo suficiente, que no vendrá nadie más, porque eso es lo que él quiere que pienses.
A ti que aguantas que te humille públicamente. Y en privado. Porque no eres nada. Porque debes estar abajo, para poder estar él arriba.
A ti que tienes sexo solo porque quiere él. Renuncias a tu propio placer solo porque el acto se hace por y para él. Aunque no quieras, aunque te niegues, aunque te duela.
A ti que sientes miedo. Miedo de su reacción, de sus gritos, de sus insultos, de sus golpes en las puertas…
A ti que recibes el insulto como un cuchillo.
A ti que te crees ese insulto.
A ti que dejaste de hacer cosas que tanto te gustaban para evitar pelea.
A ti que te arrinconan contra una pared para gritarte. Para decirte que no te aguanta, que eres despreciable, que eres la más puta de todas por la ropa que te pones, que te gusta que te miren…
A ti que lloras de miedo cuando él empieza a golpear la pared al lado de tu cara. Cuando rompe las puertas. Cuando te tira cosas. Cuando no puedes decir nada porque sabes que su respuesta puede ser peor.
A ti que tienes que soportar borracheras, limpiar vómitos y que te lo paguen con desprecio.
A ti que te castigan con el silencio. Que te chantajea y terminas pidiendo perdón hasta por existir.
A ti que no puedes huir porque sino él hará una tontería. Porque solo te tiene a ti, y tú a él.
A ti que te han dicho que tu familia y amigos son malos. Que te ponen en su contra. Que él es el único que te quiere.
A ti que te golpearon y prometieron no hacerlo más… pero lo volvieron a hacer. Que te amenazaron. Que tapaste los golpes.
A ti que te empujaron y tiraron al suelo diciéndote que eras basura.
A ti que te golpearon hasta caer inconsciente. Hasta creer que realmente lo merecías, que era por tu bien, que te quería.
A ti que te anuló como persona. Te privó de libertad. No eras nada, no eras nadie.
A ti… que te mató.
Hoy te hablo a ti. Te has sentido idenficada con algo de este texto. Hay salida, compañera. La luz está lejos pero se llega. Yo salí, ella salió y tú saldrás.
El amor no duele. No coarta. No priva. No prohíbe. No compite. No insulta. No controla. No menosprecia. No grita. No chantajea. No te hunde. No te anula. No resta. No golpea. No mata.
El amor son dos personas que aún siendo libres deciden compartir parte del camino. El amor es admiración, no es miedo. Es tener amigos, familia. Salir sola o acompañada. Que te apoye en tus sueños y no te los arranque. Es cariño, caricias y plenitud.
Compañera, no estás sola, alza tu mano y nosotras tiraremos de ti. Como tiramos por las que no pudieron gritar. Por ti, por mi, por todas. Ni una menos.