Informar, formar y entretener sobre sexo. El Sexo Mandamiento nació hace ya casi seis años en las aulas de Periodismo de la Universidad de Valladolid. En este tiempo hemos escrito, hablado y opinado sobre multitud de temas que conciernen a la sexualidad: educación, cultura, salud, novedades o juguetes eróticos. Y también sobre prostitución, desde varios puntos de vista y siempre con el afán periodístico por bandera mediante unos valores que queremos aplicar a todos los ámbitos. Por eso hemos rechazado un patrocinio de una plataforma de prostitución. Concretamente, de escorts –conocidas tradicionalmente como prostitutas de lujo-.
En primer lugar queremos manifestar nuestro máximo respeto a las trabajadoras sexuales y a las personas que ejercen la prostitución. Hemos intentado mostrarlo en nuestros textos e incidimos en ello para evitar comentarios fáciles; pero no queremos huir de las críticas. Aceptaremos, entenderemos y aprenderemos de cualquier objeción que nuestra comunidad nos realice. Pero la decisión está tomada tras consensuarlo y votarlo entre el equipo de El Sexo Mandamiento.
Los posibles anunciantes nos proporcionaron toda la información que les pedimos acerca de su funcionamiento: con qué casas de escorts operaban, las condiciones y la seguridad de las mujeres en el ejercicio de su trabajo. Parecen serios y comprometidos con el bienestar de estas personas, lo cual celebramos. Sin embargo, el porqué de rechazar su oferta radica en las múltiples dudas que en ese debate interino nos surgieron sobre la prostitución. No vamos a descubrir ahora la controversia del tema pero sí las vueltas que le dimos al respecto, ya que hay posiciones muy diversas. Tampoco tenemos la absoluta seguridad, algo muy difícil de comprobar incluso para los clubes, de si esas personas ejercen libremente. En periodismo, ante la ausencia de certezas, el tema no sale adelante. Lo mismo pensamos sobre los patrocinios.
Los medios de comunicación han progresado mucho en los últimos tiempos en cuanto a la publicidad de prostitución. Las páginas en papel ya no están inundadas de estos anuncios, que a su vez generaban unos elevados ingresos a estos periódicos, así que queremos incorporarnos a esta tendencia. Nuestra finalidad es ese “informar, formar y entretener sobre sexo”. Por tanto, en este lema encaja la publicidad de juguetes eróticos, locales, literatura, especialistas en sexualidad o aplicaciones de contactos, pero no la prostitución.
La capacidad económica de El Sexo Mandamiento es innegablemente escasa y cualquier refuerzo en patrocinios es bienvenido, aunque no a cualquier precio. Tampoco este anuncio nos iba a sacar de pobres. Preferimos tener la conciencia tranquila, aunque nos cueste definir con precisión cómo es esa conciencia, antes de comprometer uno de nuestros principales valores y discursos: el bienestar sexual, que va mucho más allá de lo genital. Lamentamos si esta decisión hiere alguna sensibilidad, algo probable dado el calibre del asunto. Pero si algo nos ha mantenido vivos estos años no ha sido el dinero, sino la fidelidad a nuestros sexos mandamientos.