Estamos de acuerdo en que el sexo es lo más natural del mundo, principalmente, porque es la forma en la que se reproducen la gran mayoría de especies animales en nuestro planeta, incluyendo los seres humanos. Esto es: necesitamos el sexo para existir.

Ahora bien, con el tiempo hemos aprendido, tanto animales como personas (sobre todo los segundos), a usar el sexo con otros fines aparte del reproductivo: para comunicarnos, para obtener placer, para mostrarnos afecto, etc. Es normal, por ello, que hayamos desarrollado técnicas que no impliquen necesariamente la función básica de reproducción. Ya sabéis: lo de la semillita dentro del óvulo. 

De todas esas técnicas, hay muchas que tenemos perfectamente normalizadas en nuestra sociedad y por tanto no nos sorprenden ni escandalizan, como sería el caso del sexo oral. Pero si uno se pone a darle vueltas, la cosa tiene tela. Al fin y al cabo… La boca y la lengua sirven para alimentarse, ¿no? ¿Cómo llegamos a usarla para fines eróticos? Si nos «comemos» los unos a los otros… ¿Eso no se considera canibalismo?

Bueno, por partes. La lengua tiene varios fines en los animales: alimentación e higiene fundamentalmente. Los mamíferos la usan de cachorros para alimentarse, amamantando de su madre. Muchos seres humanos, como mamíferos, lamemos tetas sin fines sexuales, al menos durante los primeros meses de vida. Hasta aquí todo normal, nadie se escandaliza.

Se ha demostrado que algunos animales buscan el placer propio, masturbándose o practicando sexo oral, las personas no se quedan atrás. Sea como fuere, la costumbre de usar la lengua viene de muy atrás en el tiempo: sabemos que en las primeras civilizaciones como el Antiguo Egipto y la Antigua Grecia lo hacían y probablemente no fueron los primeros. Lo curioso es que en algunas culturas actuales aún se considere tabú.

Sí, habéis leído bien: Hay países que no ven bien el sexo oral, e incluso sus leyes lo prohíben. Ocurre también con otras prácticas «no reproductivas» como el sexo anal. Hace solo unos meses, el presidente de Uganda protagonizaba una polémica por mostrarse dispuesto a prohibir el sexo oral, ya que según sus palabras: «La boca es para comer». Algunos dirán que lo que pasa es que este señor no ha recibido una felación decente en su vida, pero tampoco debemos especular.

Uno pensaría que Estados Unidos tiene una visión más parecida a la nuestra que los países africanos. ¡Error! Varios estados de allí lo prohíben. ¿Y cómo se asegura el cuerpo de la ley de que no se cometen delitos de este tipo? Ah, esa es una buena pregunta, señoría.

Está bastante claro que hay que librarse del concepto absurdo que dice que el sexo solo sirve para reproducirse, porque está demostrado que ni siquiera los animales son tan mojigatos. Hagamos lo que nos pida el cuerpo, siempre con consentimiento y respeto hacia los demás. Y recordad siempre que el sexo oral también tiene sus riesgos, la protección nunca está de más. ¡Haced las cosas con lengua y con cabeza!

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