Sexo y machismo: La agresión sexual de una menor en Aranda de Duero (I)

Estos días la sociedad española está conmocionada por las reacciones habidas hacia la sentencia de la Audiencia Provincial de Burgos contra los tres exfutbolistas del Arandina en la que se les condena a 38 años de prisión por agresión sexual a una menor, cometida en 2017. Las redes sociales y los medios de comunicación son un hervidero de opiniones encontradas sobre la condena, que contempla algunas novedades en este tipo de delitos: el delito de agresión cometido por cada uno y, a la vez, el delito de cooperador necesario de los otros dos.

Hemos visto incluso -hecho insólito en este tipo de acontecimientos- que 500 vecinos de esa localidad salieron a la calle manifestándose en defensa de los jóvenes sentenciados, por considerar excesiva la sentencia. Esperamos otra a favor de la víctima y sus familiares cuyo dolor se acrecienta en las ciudades pequeñas.

Que quede claro que ella era una menor y los agresores no. Por tanto, en lugar de que los tres le dijeran: mira niña, vete para tu casa o a jugar con tus amigas, se aprovecharon de su superioridad y la agredieron sexualmente. Eso es lo que, en esencia, pasó. Y la ley, que otrora disculpaba a los agresores y responsabilizaba a la víctima, ahora, probablemente por una mayor sensibilización social ha actuado con una contundencia desconocida.

En esas circunstancias, hablar de consentimiento de ella y de una decisión consciente de con quién sale, tener o no relaciones sexuales y de qué manera, está fuera de lugar. Sin entrar en el debate de la sentencia, que hay que acatar, y dado que desde diferentes sectores se ha responsabilizado a la menor de lo ocurrido, tildándola entre otras perlas, de guarra, fácil y frívola, quisiéramos hacer una reflexión sobre la preparación en sexualidad que tienen chicos y chicas a esas edades.

Aranda de Duero
Manifestación en Madrid contra La Manada.

Sabemos que, a los 15 años, un grupo importante de chicos y chicas tienen relaciones sexuales. Sin embargo, a esa edad, pocos chicos y chicas tienen las ideas claras respecto de esas relaciones. Otra cosa es lo que les parezca a ellos/as. Cada cual ha aprendido como buenamente ha podido, porque es un tema que les interesa sobremanera, tanto o más como ser reconocidos por el grupo. Las redes sociales están presionando de tal manera a estos jóvenes que, con frecuencia, caen en el engaño de confundir reconocimiento personal con varias decenas de likes más en su cuenta de Instagram. Quieren ser populares, guapos y felices, como los que aparecen en esas redes, siempre sonrientes.  Y destacar como ellos.

En esta etapa, se necesita algo de seguridad, algo donde agarrarse, y si un chico (o dos) joven y guapo, mayor que tú, encima famoso y del que todo el mundo habla, te tira la caña y te promete el oro y el moro, bueno, pues te vas a dar una vuelta con él, incluso ir a una fiesta a su casa con unos amigos, tambien jóvenes, guapos y famosos. ¿Cuántas irían?

Y ya en la fiesta, tu sola, con esos tres tíos estupendos, -una fiesta un poco rara, la verdad- hay algo de alcohol y mucho ji ji y ja ja… y sobre todo mucha presión psicológica, TRES a UNA, sin tiempo de analizar donde se ha metido, de a ver quién se vuelve atrás… y a lo mejor en ese momento de descoloque, cerrar los ojos y tirar pa lante y hacer lo que le pidan. ¿Cuántas chicas han pasado por esto? Incluso, tal vez, pensando la manera de contar la hazaña de lo ocurrido. De hacer cosas de mayores, cosas muy flipantes como sexo en grupo y provocar la admiración de los iguales. Con todo, hay que destacar la evidente intimidación de ellos y, con toda seguridad, el miedo de ella.

Los afectos son unos aliados, y a su vez una trampa, para quienes urden objetivos oscuros: Si tu novio del que estas locamente enamorada te pide no usar condón, tú a lo mejor le haces caso, si te pide esnifarte una raya o un tripi, a lo mejor te lo tomas. Si te pide que le hagas una felación a un amigo, se la haces porque te lo pide él. PORQUE TE LO PIDE ÉL. Algunas chicas enamoradas están como abducidas y no ven sino por los ojos de su enamorado.

José Luis García es Dr. en Psicología, especialista en Sexología, y autor del libro “Sexo, poder, religión y política” en Navarra, editado por Amazon.

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