La evolución de la sexualidad ha abierto nuevos debates. Los lingüísticos y terminológicos son especialmente potentes porque los cambios exigen nuevos conceptos y definiciones. Así, surgen distintos puntos de vista que se resuelven por matices, como en el caso de la pansexualidad y la bisexualidad, en los que también prima la libertad personal para decidir bajo qué paraguas nominal acogerse.
Noelia Mellado, coordinadora de Políticas Bisexuales de la Federación Española de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) recalca que las definiciones originales son simples: «Bisexualidad: atracción hacia más de un género; pansexualidad, atracción independientemente del género de la persona». La especialista precisa que son conceptos que utilizan activistas por todo el mundo pero que el punto de partida es «una cuestión personal» porque «igual que no se exige una definición de heterosexual, ni una única definición de gay o lesbiana, no se puede exigir una única definición de bisexualidad o pansexualidad».
La pansexualidad incluye el prefijo pan, que en griego significa todo. Uno de los debates al respecto que plantean sexólogos es que este término no puede considerarse como orientación sexual porque «es más cómo se percibe a una persona, una tendencia del deseo». Una de las críticas desde el entorno bisexual es que «se invisibiliza esta orientación sexual, es como decir que eres bisexual pero sin decirlo. No se asume con naturalidad».
Mellado, en cambio, cree que son «debates innecesarios» porque cada individuo se identifica como quiere. «No se puede debatir internamente sobre definiciones ya construidas», sostiene, a su entender, sobre definiciones que «pueden sinónimas» según la interpretación de cada cual. «Hay gente que quiere estar tanto en el paraguas bisexual como pansexual y gente que no quiere estarlo y dice que es diferente», indica, y recuerda que el colectivo, sea cual. sea la definición bajo la que se acoja, sufre una opresión que cabe denunciar. La clave, afirma, es respetar que son cuestiones personales y hasta sinónimas.
La indiferencia del género es la misma en ambos, indica esta experta en pansexualidad. «La persona bi puede sentir atracción afectiva/emocional, romántica y sexual por más de un género sea el suyo propio o diferente. La persona pansexual lo mismo porque si lees la definición, una persona pansexual puede sentir atracción afectiva/emocional, romántica y sexual con independencia del género (que es prácticamente lo mismo que una persona Bi)», añade.
Pansexualidad en Sex Education
Este debate cuenta con estímulos que lo resucitan de cuando en cuando. La serie de Netflix Sex Education presume de abordar la sexualidad desde todos los prismas, si bien uno de sus capítulos recuperó el malestar bisexual por el uso de la bisexualidad. Un personaje, en el capítulo cinco, se declara pansexual aunque le gustan chicos y chicas. El episodio no desarrolla esta diferencia entre lo emocional y lo puramente sexual, una apreciación que impide aclarar este conflicto que pervive por la escasez de claridad.
La serie pretende mostrar múltiples aspectos de la sexualidad, pero carece de la profundidad suficiente como para incluir este abanico tan amplio. De hecho, no hay personajes transexuales. Esta clase de contenidos, siempre útiles para desarrollar los conocimientos del espectador, deben entenderse como una pequeña parte del amplísimo mundo del sexo y de sus debates.