Antonio Marcos, quien se define en Twitter como «Cuasi Cura, Director Porno, Productor de Películas X, Presidente de APEOGA, Fundador de Intimcoach, creador de los Premios Bonobo«, ha conversado con nosotros luego de la presentación de los Premios Bonobo en Sala Equis de Madrid el pasado 21 de enero.
Aquí, la primera parte de la entrevista.
¿Cómo te iniciaste en las películas eróticas?
A ver, yo me inicié en el mundo de las películas pornográficas, eróticas, cachondas o simpáticas, como quieras definirlas, más que nada porque fui exseminarista y me llamaba muchísimo la atención el mundo del sexo. Que fuese tan denostado… cuando es tan importante para los seres humanos. Entonces, bueno, siempre he tenido mi empresa que es una productora audiovisual y en el año 90 pues me animaron.
Yo anteriormente también llevaba distribución de películas convencionales, entre multinacionales, etc. Muy aburrido, la verdad. Era una distribución bastante aséptica, nos mandaban las películas y las teníamos que distribuir por los videoclubs antiguos y tal. Entonces no hacíamos nada de creatividad.
Y allí fue cuando alguien me propuso ¿por qué no empezamos a producir películas X en España? Lógicamente, mi primera premisa era ¿cómo vamos a producir si no tenemos actores ni actrices? Entonces esta persona fue el que se encargó de iniciar a los primeros. La primera película fue con su mujer. Ella empezaba la película jugando con fuego, teniendo escarceos con juguetería erótica. La segunda fue con su mujer y una amiga de su mujer y ahí fuimos creciendo. En los años 80, 90, producir películas significaba que serían muy rudimentarias. Era muy aficionado en aquellos años.
Luego, muchos de los “poderosos” nos han permitido grabar en sus instalaciones utilizando sus equipos sin poner ni un duro. Simple y llanamente por el deleite de estar presentes en un rodaje de una película porno. Y ese es el principal objetivo que conseguí: hacer algo que a todo el mundo le gustaba pero que no se atrevía a hacer.
Como productor de películas para adultos y presidente de APEOGA y el creador de los Premios Bonobo, ¿Tu trabajo es activismo?
A ver, este trabajo y dentro del mundo del sexo, cada vez la censura es más dominante. Por supuesto si no lleva un ingrediente de activismo, lo abandonas. Por ejemplo, como has dicho, soy el presidente de la asociación de productores legales, porque en nuestras filas no damos pie a que pueda entrar absolutamente nadie de los que no dan de alta las películas en el Ministerio de Cultura como obliga la ley. Hay quienes utilizan la pornografía para otros medios, como la piratería o la introducción de cookies para vender los derechos de los datos, etc.
Entonces, lógicamente, soy activista porque siempre he confiado en la unión de los distintos sectores, pero como ya estaba dentro del mundo de las películas de adultos, pues, por eso fui el que inicié y creé, junto con todos los productores que había en aquellos años, la asociación. Hoy día llevamos 16 años. Por otro lado, Premios Bonobo viene en cierta medida de la actividad de reflexión.
Como antes te decía, como ex seminarista he reflexionado mucho sobre lo importante que es el mundo del sexo, que está siempre atacado por los poderes.
Después, por otro lado, siempre me han gustado muchísimo los animales, la naturaleza y descubrí hace muchísimos años que había una serie de individuos que vivían en una sociedad matriarcal: los bonobos. Con lo cual dije: ¡Joder! Si existen en la selva estos individuos y nosotros nos creemos que estamos avanzados, entonces estamos equivocados. Pero, claro, aquellos no eran personas humanas. Y entonces empecé a leer. Me di cuenta de que estaban en peligro de extinción, por desgracia, por vivir en una zona muy preciosa en la selva donde se ha descubierto el coltán, en República Democrática del Congo.
Y así, volviendo al activismo dentro del mundo de la película de adultos, veía que tenía que cambiar un poco todo. Tiene que evolucionar, a ver, el Kamasutra evolucionó a las películas porno. Si hubiese habido en aquellos momentos cámaras, en vez de hacer un libro como el Kamasutra, éste hubiera sido una película porno posiblemente. Entonces, consideraba que las películas como tal ya tenían que cambiar y adecuarse un poco a los gustos actuales.
Y decir, coño, ¿cómo podría participar también todo el mundo? Porque siempre lo estamos viendo como industria… Pero la industria necesita mucho dinero, cuando hoy día hay unos equipos y herramientas como son los teléfonos y las tablets que son importantísimas. Sobre todo porque dan la facilidad para que la gente exprese su creatividad de la forma más divertida y con una calidad impresionante. Entonces, por eso dije, joder, vamos a ver si creando cortometrajes, fotografías, relatos e incluso pintura e ilustración digital o audiorelatos, todos creados con móviles, los chavales de 18, 25 para arriba puedan expresarse y no se tengan que gastar un pastizal en equipo. Como siempre ha pasado cuando quería hacer cortometrajes o algún largo.
¿Cuál es la mayor diferencia entre el porno mainstream y el cine erótico al que buscas otorgarle visibilidad con los Premios Bonobo?
Creo que hoy el cine porno se puede dividir en tres grandes facetas. En el cine mainstream podemos incluir películas de 90 minutos o 100 minutos o ciento y pico, largometrajes. Esto es lo que siempre ha sido para mí la pornografía, un género cinematográfico que va dirigido a una forma de comercialización distinta que las cadenas de televisión de pago.
Después existe una pornografía a través de Internet que está siendo muy agresiva y muy violenta. Su base son simplemente escenas que cuanto más violentas, mejor. Así atraen al público, porque este tipo de cine pornográfico, que yo lo llamo principalmente “cine violento” está empleado principalmente para poder para meter cookies en los equipos de la gente. Realizan una investigación de por dónde entran en internet y después venden sus datos.
Existe por suerte también el cine, por así decirlo, “de aficionados”, de la gente que utiliza sus móviles. Entonces fue cuando dije, vamos a introducirnos en ese gusto de la gente por expresar su fantasías. Para mí es muchísimo más rico que el resto. El violento no lo quiero ni tocar. Yo lo odio, sinceramente.