La sexualidad es un concepto muy amplio que abarca el modo en el que nos relacionamos con los demás, pero también con nosotros mismos. Cada persona la construye, a lo largo de su vida, de acuerdo a sus experiencias sociales, culturales, religiosas, etc., creando una actitud propia que la facilita o la inhibe. Esto incluye la parte del deseo sexual y el sexo. De acuerdo con el psicoanálisis, es un tema clave en la personalidad e influye en nuestras decisiones.
Desde la infancia vivimos nuestras primeras actitudes hacia el sexo a través de las satisfacciones o frustraciones de la sexualidad que se traducirán en las relaciones con el placer o displacer. Algo así de lo que hablaba, Sigmund Freud, neurólogo austriaco considerado el padre del psicoanálisis quien desarrolló conceptos controversiales pero que continúan hasta nuestros días. Gracias a él, surgieron sabemos lo que es el «yo, super yo y el ello», el inconsciente, la represión y la interpretación de los sueños, entre muchos otros.
La serie de Netflix
Netflix en co-producción con la productora austriaca, ORF, apostaron por esta figura tan emblemática para crear la serie, “Freud”, protagonizada por Robert Finster y estrenada a finales de febrero de 2020 en la plataforma; justo para disfrutar en plena cuarentena. Desde sus primeras semanas fue una de las series mejor acogidas por la audiencia.
Hecha como una especie de thriller criminal con un aire sombrío y túneles oscuros que bien podrían asemejarse a lo profundo de nuestro inconsciente donde se alojan nuestros deseos reprimidos, lo oculto, la serie recrea momentos de la vida de Freud en forma de ficción con algunos tintes de realidad, esto debido a la apuesta por un público joven atraído hacia una trama lúgubre pero emocionante.
Durante los ocho capítulos de la primera temporada, muestra la evolución del neurólogo mientras intenta hacerse un nombre dentro de su profesión y, a la vez, una vida que le permita continuar con sus investigaciones. Acompañado de un detective con carga del pasado y una médium con la que tendrá cierta tensión sexual, buscará resolver algunos misterios que envuelven una serie de crímenes. Además, se enfrenta a las críticas de sus colegas por sus teorías sobre el inconsciente a través de la hipnosis y de la sexualidad. En principio, la hipnosis era un método que el psicoanalista quería lograr pero tenía dudas al respecto pero, gracias a sus experiencias y a los personajes que se cruzan por su camino, descubre los efectos y beneficios de ella, aún cuando en aquella época era un método no muy bien recibido.
La trama se centra en su juventud y en su propio descubrimiento como psicoanalista para llegar a ser quien es hasta nuestros días. Sigmund Freud era un neurótico, adicto al trabajo y al control, un genio en busca de una explicación para los actos del ser humano que, en principio, creía en el uso terapéutico de la cocaína como estimulante y analgésico.
Era un personaje curioso, que iba más allá de cualquier teoría del momento. Decía que las primeras impresiones sexuales en nuestra infancia dejan una huella e influyen en nuestro desarrollo sexual posterior. Por eso mismo, hablaba de la represión como un proceso en el cual dos fuerzas opuestas se contraponen, el consciente y el inconsciente, dificultando la expresión de un deseo a través de nuestra conciencia y a la vez, la fuerza del inconsciente atrae cada vez más ese deseo que no puede expresarse.
Esta represión causa un conflicto en la psique de la persona que la puede llevar a tener muchos problemas en la etapa adulta. Pinceladas sobre este proceso se muestran en la serie, además, sin entrar en detalles por aquello del spoiler, nos damos cuenta que para él era esencial adentrarse en todas sus investigaciones al punto de participar en ellas, algo que lo acerca a la médium, Fleur. ¡Qué mejor que la observación de primera mano para entender la psique!
Es importante recalcar que en todos sus años de trabajo, Freud nunca se dedicó a resolver crímenes, aunque sus teorías sirven como referente para la criminología.
Con la serie nos damos cuenta que ningún concepto de Freud nació de la nada, todo conlleva sus propias experiencias y dificultades de la vida, su propia percepción del mundo y su lucha por ser alguien. Éste es un Freud nunca antes visto, un personaje mostrado en una realidad alterna, su parte humana, su parte instintiva y su vulnerabilidad.