El siglo XXI está lleno de cambios. Estamos consiguiendo poco a poco explorar y diversificar en nuestra vida sexual a base de romper tabús como el de los juguetes sexuales, y se nota con bombazos como el del succionador de clítoris. Al mismo tiempo y de forma independiente, poco a poco también se va desarrollando algo de conciencia medioambiental, lo que choca mucho con la falta de información y disponibilidad que existe sobre el punto en el que estos dos temas colisionan frontalmente: dónde se tiran los vibradores rotos.

Es hora de que afrontemos la verdad, la vida de nuestro juguete favorito llegará a su fin tarde o temprano. Y una vez el motor de nuestro juguete de confianza se apaga para siempre, ¿qué podemos hacer con él? No es plan de dejarlo en el cajón con los trastos viejos, pero de momento aún no existe el contenedor de juguetes sexuales entre el del papel y el vidrio, y es perfectamente lícito cuestionarse cuál es el mejor lugar para dejar nuestro juguete favorito cuando haya pasado a mejor vida.

Vibrador negro
Vibrador

No sorprende a nadie que un juguete sexual cualquiera seguramente contenga algún material plástico y en otros muchos casos puede tener también elementos electrónicos como cables o baterías que si se depositan en el contenedor de restos, pueden ser dañinos para el medio ambiente. Os adelantamos que con o sin motor e independientemente de su forma o tamaño, los juguetes sexuales no van al contenedor amarillo.

Evidentemente el futuro de un vibrador estropeado o un plug anal que ya no usemos no es wallapop. La teoría dice que cuando se trata de aparatos motorizados, se pueden depositar como pequeños electrodomésticos en algún punto limpio. Pero seamos sinceros, puede ser un tanto embarazoso ir a un centro de reciclaje a darle a una persona desconocida un juguete que nos ha dado tantos orgasmos y deshacernos de ello como si fuese una batidora cualquiera. Que quizás pudiera ser lo suyo en un mundo ideal en que todo lo relacionado con el sexo estuviese perfectamente normalizado, que no es el caso, pero también hay que tener en cuenta que estos aparatos pueden tener inevitablemente algunos de nuestros restos biológicos.

Afortunadamente algunas tiendas eróticas como Lys Erotic Store o diversual  son conscientes del problema y se ofrecen a gestionar este tipo de residuos. Una vez entregados o enviados a sus tiendas ofrecen un pequeño descuento para poder encontrar un sustituto idóneo a nuestro compañero de juegos. Evidentemente antes de entregar estos juguetes en algún sitio que se pueda hacer cargo, es importantísimo limpiarlo correctamente y si nos es posible, desmontarlo.

Aunque la idea de estas iniciativas es reciclar nuestro juguete sexual, por acaso se te ha pasado por la cabeza, hay que aclarar que ningún juguete sexual sirve para hacer otro, sino que sus componentes se separarían de tal manera que podrían llegar a formar parte de algún otro electrodoméstico que necesitase de alguna pieza que fuese compatible.

Resulta curioso que a pesar de que las ventas de juguetes eróticos poco a poco se está extendiendo y normalizando, su reciclaje aún sigue siendo un misterio, y precisamente por esto es importante hablar del tema y demandar una iniciativa a nivel de empresas de reciclaje que den indicaciones adecuadas sobre qué hacer con nuestros juguetes sexuales rotos. Hasta entonces, tendremos que seguir confiando en que las sex shops y proveedores de este tipo de juguetes mantengan iniciativas como las que hemos mencionado. 

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