En relación al sexo suelen existir muchos mitos y creencias falsas que pueden perjudicar la seguridad de las personas. En cuanto a los hombres, tienen diversas preocupaciones que los hacen temer por el tamaño de su pene, por eyacular antes de tiempo o por perder la erección y, lo cierto es que no siempre es positivo tener una erección prolongada pues puede deberse a un problema. Es el turno del priapismo.
Una erección se produce cuando los cuerpos cavernosos se llenan de sangre ocasionando que los músculos y los nervios del pene se tensen, con un flujo regular de sangre. Las erecciones, normalmente, se producen por la excitación sexual, aunque pueden ocurrir en distintos momentos, como las llamadas erecciones matutinas. Sin embargo, el mínimo problema nervioso o vascular, puede afectarlas. Y es que todo está conectado y debe estar en perfecto funcionamiento: el sistema neurológico, el vascular, el hormonal.
De acuerdo a especialistas, la erección de un hombre dura aproximadamente entre 8 y 40 minutos, con un promedio de 14 minutos si hay estimulación. La duración varía por diversos factores como la edad, sedentarismo, enfermedades crónicas, estimulación sexual, etc. Sin embargo, cuando la erección dura más de lo habitual y, además, duele, puede deberse a lo que se conoce como priapismo.
El priapismo, cuyo término proviene de Príapo, dios de la mitología griega y símbolo de la fecundidad nacido con un miembro viril desmesurado, es una patología que causa una erección completa y rígida con duración mayor de 4 horas sin, necesariamente, tener alguna estimulación o deseo sexual. Es una erección no deseada que no debe tomarse a la ligera pues puede obstruir o dificultar el flujo de la sangre al pene, causando que no le llegue suficiente oxígeno y que la sangre se vuelva tóxica.
No se tiene que confundir con eyaculación retrógrada o retardada, que es cuando los hombres tienen una erección no dolorosa y no logran eyacular, eso se conoce como anorgasmia masculina. En este caso, la erección es dolorosa y sostenida y puede suceder de manera espontánea.
Es una situación independiente de la edad causada por coágulos en los vasos sanguíneos del pene, problemas circulatorios, lesiones en la columna vertebral, uso de medicamentos o drogas, etc. Es como si el sistema se atorara y toda esa acumulación de sangre genera una sensación inusual de inflación y dolor en el pene.
Hay dos tipos de erección prolongada: el isquémico (bajo flujo), el más habitual que ocurre cuando la sangre no vuelve correctamente desde el pene al resto del cuerpo, una situación de urgencia que debe ser atendida por un profesional médico; y el no isquémico (alto flujo), cuando hay una ruptura de una arteria o una lesión en el pene y fluye demasiada sangre hacia él, generalmente desaparece sin necesidad de tratamiento o colocando hielo, pero es siempre recomendable acudir al médico para evitar cualquier daño futuro.
El riesgo de sufrirla no es frecuente pero hay algunos grupos vulnerables como aquellos que consumen medicamentos para disfunción eréctil, antidepresivos o medicamentos para controlar la ansiedad y anticoagulantes, o como consecuencia de una enfermedad o lesión traumática de la médula espinal o de los centros nerviosos, entre otros.
Las mujeres también pueden sufrir de esta patología. Al igual que los hombres, sufren una erección poco común y dolorosa del clítoris que se conoce como priapismo clitoriano. Sucede porque el clítoris tiene una erección y se llena de sangre por un período largo de tiempo causando que los labios y el glande del clítoris estén muy sensibles, hinchados y doloridos. Si permanece así por más de 4 horas, se debe buscar atención médica
Cualquier situación fuera de lo común que sufra nuestro organismo es una señal que debemos acudir con un especialista para prevenir alguna eventualidad. A veces, nos sentimos avergonzados por sufrir ciertas dolencias, pero es importante saber que son cosas que pueden pasarle a todos y no hay por qué sentirse apenado. La salud es primero para así poder llevar una vida sexual sana y satisfactoria.