Los símbolos clave del BDSM

Identidad cultural ecléctica, el BDSM gana cada vez más adeptos. Amantes del placer, del poder y de la sumisión practican rituales ancestrales con el único objetivo de disfrutar del sexo y del cuerpo humano en su máxima expresión. El BDSM es una sigla de una práctica sexual que recoge varias vertientes relacionadas con la sumisión (Bondage o arte de la cuerda, dominación, sumisión/sado, masoquismo).

Si bien es cierto que el nombre tiene su origen unas décadas atrás, estas prácticas se conocen desde hace siglos. Con el paso del tiempo, la práctica sexual del BDSM se ha convertido en una cultura que, como cualquier otra, posee una simbología no siempre conocida, ni siquiera entre los mismos jugadores. Dibujos, banderas y objetos que cobran una especial relevancia y componen un lenguaje propio y único.  A continuación, se explican algunos de los símbolos más importantes dentro de este mundo:

Triskel

Su origen se encuentra en cultura celta. Este símbolo se tomó de la novela erótica “Historia de O”, escrita por Pauline Reáge, en la que este dibujo aparece en el anillo que elige el hombre protagonista de la obra. Este triskel era muy semejante al que los celtas utilizaban como símbolo del sol, por lo que, a lo largo del tiempo, ha sufrido modificaciones hasta llegar al que hoy se conoce como “círculo del BDSM”. Su origen es desconocido, pero se sabe que se fijó hace cientos de años con el carácter que hoy se le da.

Triskel BDSM
Variante más conocida del trikel de BDSM. / Fuente: calabozo.com.mx

El significado de este triskel tiene múltiples lecturas y atribuciones, que son: la simbolización de las tres partes del ser (cuerpo, alma y mente); representación de la divinidad, del principio y el fin, de la eterna evolución, del movimiento, la vibración y el aprendizaje continuo; los tres bordes curvos representan las subculturas: el metal, que simboliza el servicio y la posesión; los tres círculos simbolizan el control sobre el lado oscuro de la sexualidad; y la escenificación del aspa representan los azotes eróticos. Todo ello se reúne bajo el amparo y la protección del círculo externo.

Bandera

Bandera BDSM
Bandera del orgullo BDSM. / Fuente: calabozo.com.mx

Basada en la “Bandera del Orgullo del Cuero”, creada en 1989, la bandera BDSM nace como propia de este colectivo en el año 2005 de la mano de Tanos. Con ella se pretende, como con otras banderas de colectivos sexuales, reivindicar los derechos de la comunidad BDSM. Estos derechos se basan en la creencia de que las personas cuya sexualidad y/o relación incluyen el bondage, la disciplina, la dominación y la sumisión, el sadismo y el masoquismo no deben ser objeto de discriminación para la consecución de BDSM con otros adultos.

Collares

Este símbolo tiene su origen en la época de la esclavitud, en la que los collares representaban la privación de las libertades a la persona que lo llevaba puesto y lo hacían propiedad de su dueño. En el BDSM, este símbolo es el más universal y utilizado por los iniciados en esta práctica. El compromiso que el collar conlleva en una relación entre sumiso/a y amo/a es equivalente al de la alianza matrimonial.

Son múltiples los collares que se utilizan en la práctica del BDSM, dependiendo del nivel en el que se encuentre la relación. Algunos de ellos son: el collar de adiestramiento (acompañado de una correa), el collar de bondage, el collar de castigo, el collar de inmovilización, el collar de juego, el collar de paseo, el collar de protección, el collar de propiedad, el collar de prueba, el collar de quitaipón, el collar virtual, y el collar ambivalente.

Anillo

Con origen también en la película que se realizó basada en el libro anteriormente citado, se introdujo el anillo como parte de la simbología BDSM. Este elemento se utiliza en las relaciones dominación-sumisión, en la que el amo se lo impone a la esclava o sumisa en una ceremonia ritual.  Este anillo, a diferencia de como de describe en la novela, es plano, con el símbolo del triskel.

Rituales y ceremonias

Son acciones y actos, públicos o privados, realizados por las parejas, normalmente, que llevan en relación varios años o que poseen una confianza sólida. Así como en una religión, los rituales se realizan para alabar y adorar a un amo y llegan a convertirse en un acto sistemático en la relación. Un ejemplo es el ritual del afeitado, en el que la sumisa se afeita, de manera impositiva, una parte de su cuerpo, siendo normalmente esa parte la zona genital.

Como parte de cualquier otra práctica sexual, el BDSM, aunque no se rige por unas reglas establecidas, sí que exige del respeto entre los practicantes para conseguir el disfrute máximo del sexo.

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