Hace mucho tiempo en una galaxia muy, muy lejana, yo conocí a un señor de Donostia. Entró en mi vida por la puerta de la habitación de un hotel y salió dos años después, por la misma puerta de la habitación del mismo hotel. Esta es su historia. Y la mía. O lo que yo creía que era nuestra historia.
El señor de Donostia me quiso desde la primera vez que me vio, eso dice él. Eso, y los cuatro polvazos que pegamos la misma tarde/noche que nos conocimos. Sinceridad ante todo. Creo que le gustó esa mezcla de ternura y brutalidad sexual desmedida tan propia de mí, mi mirada miope, mi ironía y mi forma de sonreír de frente. A mí me gustó su barbilla cuadrada, sus orejas y esa forma de tartamudear que me llegó al corazón.
El señor de Donostia vivía y vive con su ex pareja, con el cual ha compartido 15 años de su vida. Según él eran como hermanos y mejores amigos.
El señor de Donostia y yo iniciamos una relación que duró poco más de año y medio. Los primeros meses fueron de vino y rosas, luego me dejó por mail porque no sabía que le pasaba conmigo, ni quería sentirse mal porque, según él, se tenía que ocupar del futuro de su ex y yo podría llegar a ser un problema. Nada más lejos de la realidad. Yo nunca le pedía nada, excepto que me quisiera. #Historiasdemaricones.
El señor de Donostia y yo viajamos mucho, y a mí me hizo formar parte de su familia. Yo me lo creí, que para algo soy rubio, blondie en inglés, e intelectualmente inquieto. Recuerdo un viaje a Barcelona. Nunca fuimos más felices. Al menos yo. En aquel hotel me tuvo abrazado durante más de cuatro horas en la cama. Como si quisiera guardar ese recuerdo para siempre. En aquel viaje comenzó a llamarme “Koalita” #Recuerdosdementira.
Durante seis meses continuamos siendo felices, y un mes de octubre después de un fin de semana perfecto, recibí un mail suyo diciéndome que no podía ser su pareja porque tiene 20 años más que yo, pero que siempre iba a ser mi amigo. #Muertamedejaslucas. En diciembre reapareció, y me pidió pasar las Navidades en familia. Lo hicimos. Seguimos viéndonos. En marzo yo comencé a trabajar en Madrid. Y fue el principio del fin. #AdiósKoalita.
Hasta mayo no pudimos vernos, él tampoco lo intentó. Ya tenía otras cosas en las que entretenerse. Según no encontramos, me metió en cama y después de correrse, no permitió ni que le abrazara. Él ya había ido a trabajar cuando me marché de Donostia. Estaba muy tenso y preocupado por cosas del trabajo. #Mesentícomounamierda.
Un 29 de mayo recibí un mail suyo con buenas nuevas. Se había casado el 8 de mayo con su ex, pero decía que me quería. Quería ser mi amigo, me deseaba como el primer día, pero que yo tenía que hacer mi vida en Madrid, y que era mejor que cuando nos viéramos no tuviéramos sexo. #NoEresTúSoyYo. Semanas después me enteré, por una red social, que tenía una relación con otra persona. Según él, se habían conocido en el trabajo y todo tomo derroteros extraños. Vamos, que le habían comido la polla y él no se había dado cuenta hasta que se corrió. #MentirasPiadosas.
Nunca más se supo del señor de Donostia. Por más que intenté hablar con él. Nunca más se supo. Se negaba a hablar conmigo. Al cabo de tres meses vino a Madrid.
Tres meses de silencio administrativo. Tres infiernos.
El señor de Donostia vino a decirme que lo nuestro no podía ser porque si seguía conmigo se jodía la vida. Demasiado alto, demasiado guapo y follaba demasiado bien. Él había decidido tener una relación con un hombre casado y padre de familia porque, según él, eso no le complicaba la vida y él, no quería compromiso ninguno. El señor de Donostia quería que fuéramos amigos y que le ayudara en su nueva situación. Quería tener a su marido en casa, follar con el casado y que yo fuera uno de sus mejores amigos. El señor de Donostia es la polla. Tal cual. #Hayqueserhijodeputa.
No le día una hostia porque le hubiera matado, y yo lo que quería era dejarle en silla de ruedas. Total, las pollas se las iba a seguir comiendo igual. Sentado.
Me pidió que no fuera egoísta, que tenía que pensar en él, que tenía que empatizar con él, que si no estuviera con ese casado estaría con otro, que tenía que ser europeo, que yo le volvía loco pero que tenía que pensar en su futuro, que no podía dejar al casado, porque para el casado era su único amigo, su confesor, su psicólogo, su confidente y que si le dejaba, el casado se moriría. Y que, por favor, no me comportara como un niño malcriado, que nunca había estado con nadie más guapo, más alto y más todo que yo. No hay mayor soberbia que la falsa humildad. #Ganasdellorar.
A los pocos días recibí un mail suyo. Me decía que estaba muy enamorado del casado y que estaban adquiriendo compromisos muy fuertes, que lo mejor era no vernos porque terminaba mareado y tenía que pasar un tiempo pero, eso sí, siempre sería su “koalita”. Él no podía darme todo lo bueno que yo me merezco. Con dos cojones. La dirección de mail desde la cual me escribía ha sido bloqueada.
Hace dos días, mientras buscaba hashtags para mi columna, me encontré, maldita sea mi puta calavera, con uno que me gustaba y, cuál fue mi sorpresa al comprobar que lo estaba usando el señor casado, que ahora folla con el señor de Donostia. #Situacionesdemierda.
Y por una red social, me enteré de que el señor de Donostia celebró su boda con el casado, supe que mientras el señor de Donostia estaba conmigo en Madrid contándome su nueva situación sentimental , y que le quería a su lado, abrazándole. Y el casado, publicaba las capturas de pantalla en una red social. Y a mí, me ha tocado enterarme de una parte de mi vida de la cual soy juez y otra parte por una red social. Doy gracias por ser rubio e intelectualmente inquieto, que si no, ya me veía pidiendo hora para darme mechas californianas. #Cosasdemariconescasados.
Yo no soy nadie para juzgar la vida de los demás, y mucho menos, la vida de alguien que decía que me quería, (menos mal que me quería, porque hay amores que matan). Ni soy nadie para juzgar la vida de un padre de familia que se dedica a comer o que le coma la polla un tío, aunque ese tío haya sido mi ¿pareja? No soy quién para ello, ni ahora ni nunca. Pero creo que merezco un respeto. El mismo respeto que tengo yo al escribir estas líneas sin mencionar nombres, apellidos, mails, nicks o direcciones de domicilios. Aunque, ya veo que en esto, como en muchas otras cosas, estaba confundido. Anyway. A mis años ya tengo más puntos en el corazón que Frankenstein en el rabo. #Heridasdeguerra.
Por amor se han producido guerras, por amor se ha cambiado de religión y de país, por amor han sucumbido Imperios. Por amor ardió Troya. Y tú, maricón, lo único que has sabido es escribirme “no eres tú, soy yo” por mail y hablar de confusión y de tiempo. #Situacionesdelaterceraedad
Cuando un maricón te dice que está confuso y necesita tiempo te está diciendo que está confuso porque no sabe qué polla comerse, si otras o la tuya; cuando te está diciendo que necesita tiempo, te está diciendo que necesita tiempo para ver si es capaz de metérsela por el culo. Tal cual. #Cosasdemaricones.
Y ahora sé que no quiero que me quieran a tiempo parcial, que no quiero tener que esperar a que le des esquinazo a tu mujer y a tu hija cuando van al Eroski, para venir a que te lo coma la polla. Ahora sé que no quiero que me llames diez minutos cuando sacas a pasear al perro a escondidas, ahora sé que no quiero aprender a esperar. No quiero quererte a escondidas. No quiero que me felicites mi cumpleaños por Twitter, ni discutir contigo por WhatsApp, ni verte por Instagram.
Ahora sé que no quiero ir a verte para que me la chupes en el coche como si fuera un leproso. No quiero terminar odiándote porque eres un cobarde. Dar un paso para quererme más y gustarme menos. Ahora sé que no tengo que teñirme las patillas blancas con “Justformen”, ni dejarme perilla, ni engordar para que no se me caigan las arrugas del cuello, ni someterme a carísimos tratamiento de vitaminas inyectables para querer parecer lo que no soy. Resultar tan patético como un personaje de Visconti en “La Muerte en Venecia”. Ya no. Yo ahora lo sé, espero que tú también lo sepas, mi querido señor de Donostia. #Situacionesdemariconescasados
Sé que no necesito hacer como si fuera amor, y eso es algo, que también deberías aprender a saber tú, mi querido señor de Donostia. #Situacionesdelaterceraedad.
Que yo no me aburro de mí mismo y no importa que alguien me conozca. No necesito empezar cada dos años vendiendo mi mejor cara, para no tener que limpiar lo follado. No vaya a ser que en el fondo, alguien me conozca, porque yo no soy un fraude. Y a fecha de hoy, querido señor de Donostia, tú has demostrado ser un fraude.
Y te quería preguntar, a fecha de hoy, ¿cómo haces para fingir la vida y que nunca parezca amor? ¿Cómo lo haces para que siempre, simplemente, parezca un accidente?
Tu nombre, que tanto me gustaba en euskera, cada día me recuerda más al de esos parásitos que se aferran a las rocas más fuertes para ir alimentándose de ellas, poco a poco, hasta convertirlas en polvo. Por todo lo demás, ahora que te has ido, espero que estés aprendiendo, entre otras cosas, que en ésta casa ya no te quedan ni reproches ni rencor. #Learning.
Y que siempre, el único que te miró de frente y a los ojos, fui yo. Hasta cuando te follaba.
Por cierto, me llamo Joseba.