La semana pasada hablamos sobre la feromonas y el efecto que tienen sobre el cuerpo humano y sus sentidos. Estas hormonas no se quedan en poco. Cada feromona está al cargo de una acción en concreto, unas de la atracción sexual, otras con nuestra información… Hoy comentaremos qué tipos de estas amigas tenemos en nuestro cuerpo para saber diferenciarlas y conocer sus cargos.
Feromonas liberadoras
Estas feromonas probablemente son las que más nos interesen o conozcamos. Sí, esas que atraen sexualmente a las personas. Dicho de otra manera, son las que producen cambios sobre tu receptor. Provocan una reacción para que quien se encuentra a tu alrededor se aleje de ti o se acerque. Como dije en el otro artículo pueden actuar de manera positiva o negativamente hacia tu persona.
Para ponernos un poco más técnicos se podría decir que son capaces de mandar códigos químicos para producir un comportamiento específico en los receptores e inducir una respuesta inmediata. En resumen, producen cambios en el estado de ánimo de las personas. Por eso, y me gustaría decir como curiosidad, cada vez se usan más estas feromonas en las terapias para potenciar cambios de comportamiento.
Feromonas iniciadoras
Son las que producen una variación del equilibrio hormonal del receptor. Es decir, cambios fisiológicos en los individuos que la reciben. Como modificar la actividad endocrina, la que está relacionada con el crecimiento de cada persona, y la madurez sexual. Esta hormona también nos interesa mucho ya que se encarga de determinar si una persona se encuentra preparada o no para el coito. O si en un periodo a corto plazo va a estarlo. Por lo tanto, las personas del sexo opuesto que reciban esta información actuarán en consecuencia.
Feromonas señalizadoras
Por desgracia apenas hay datos disponibles sobre estas hormonas por la red y otras fuentes, pero comentaré lo que he llegado a encontrar. Estas feromonas también se les puede denominar informativas o informadoras. Las sustancias químicas llevan información sobre el emisor, como la edad, el sexo o su estado de ánimo.
Sumando más cargos a estas hormonas son las que nos permiten reconocer a una persona solamente por su olor o aroma gracias a las huellas genéticas que forman parte de ellas. La información de las feromonas suele ser clave para las relaciones sociales, y en especial las sexuales.
Feromonas cebadoras
También las podéis encontrar llamadas como feromonas de cebado. Estas son las hormonas que más tiempo toman para obtener la respuesta. Son las que pueden influir, por ejemplo, en el desarrollo de la psicología de reproducción, ya que alteran las hormonas que influencian los ciclos menstruales y el desarrollo sexual. Puede que se confunda como la hormona que sincroniza la menstruación de las mujeres, pero no exactamente es esta una de sus consecuencias
Feromonas moduladoras
También nombradas como feromonas detonadoras. Estas hormonas sí que resuelven la incógnita planteada anteriormente. Sí. Estas sincronizan la menstruación de las mujeres. Aunque diciéndolo de manera más completa alteran o sincronizan algunas de las funciones corporales, como hemos mencionado, el ciclo menstrual. Suelen ser buenas para reducir la ansiedad, ya que también están involucradas en los cambios de humor, en el ánimo y en las emociones.
Para expresarlo de manera más técnica son esencias secretadas por el organismo bajo una determinada situación emocional y en la que se involucran los cambios de humor. Como opinión he decir que también tienen papel protagonista la empatía. Cuando tú ves a una persona deprimida o llorando se te contagia un poco su malestar. En cambio, si estás con alguien alegre, siempre sonriendo, te hace más feliz y tus estados de ánimo cambian. Por algo dirán que haciendo venta telefónica has de mantener una sonrisa en la cara. Eso se contagia, ¿no?
Como habéis podido leer hay escasa información sobre los tipos de feromonas que hemos mencionado. Lo básico lo conocemos, lo importante es ir aprendiendo e ir sabiendo sobre nosotros poco a poco. Todo en el cuerpo humano tiene un por qué y no pasa porque sí. Incluso la gran incógnita sobre la sincronización de la regla tiene un sentido. Obviamente hay científicos que niegan esta teoría y otros que la aprueban. ¿Vosotros que pensáis?