El pasado 8 de marzo España, y el mundo, volvió a salir a las calles para reivindicar la igualdad entre hombres y mujeres. El feminismo es un movimiento imparable que reclama el fin de los privilegios masculinos y que se equipare la situación entre ambos sexos. Las proclamas alcanzan lo laboral, lo social y, por supuesto, lo sexual.
En el sexo existen múltiples actitudes machistas arraigadas en ellos y en ellas. Ellos las practican como parte de los roles asimilados de superioridad; en cambio, las chicas son conscientes de ello pero lo asumen como un elemento más del machismo cotidiano de la cama. Para romper con estos hábitos y que chicos y chicas nos percatemos de estas costumbres contamos con Ana Lombardía, de Sexo en la Piel, que desde una perspectiva sexológica y feminista nos ilustra sobre cómo cambiar este panorama.
Además de la visión técnica y especializada, en la mesa contamos con mujeres jóvenes que en su recorrido sexual también conocen esta situación. Los ejemplos más habituales son el desequilibrio al realizar sexo oral, la diferencia en las ganas de sexo entre ambos o los mecanismos para ligar.
¿De dónde proviene la asimilación de estas acciones sexuales? Ana nos destaca conceptos como el empoderamiento a raíz del feminismo y la toma de conciencia sobre un sexo orientado al placer del varón en el que las mujeres están en un escalón inferior.
Nuevamente, como en tantas esferas de lo sexual, la educación es la clave para modificar esta situación. En este proceso tanto los hombres como las mujeres son indispensables: ellas, para saber qué reivindicar entre las sábanas; ellos, para que aprendan qué hábitos inapropiados llevan a cabo y cómo erradicarlos en busca del placer común.