Hace poco llegó a mi poder un pequeño juguete sexual de la marca Lelo. Para ser más exactos, el nombre es LELO Sona Cruise 2. Lo cierto es que ya llevaba bastante tiempo esperando la oportunidad para probar uno de estos accesorios, ya que últimamente se habla tanto de ellos.
La masturbación femenina está de moda y productos como el Sona 2 son en parte responsables. En las redes sociales se habla mucho de los succionadores de clítoris, hay memes, reviews… El resultado es que las mujeres se animan a hablar públicamente de su experiencia personal con estos juguetes, ergo, de su masturbación y esto es maravilloso.
Aunque muchas ya sepamos de sobra que el placer sexual no viene solo de la mano de la penetración, ni de las relaciones con otra persona, es importante recalcarlo y hablar de ello, pues a muchos aún no les queda claro. Me parece importante que las mujeres compartamos nuestra opinión, tanto con amigas (el boca a boca es lo que ha logrado gran parte del éxito de estos juguetes), como con amigos.
La masturbación y los orgasmos tienen varios beneficios para nuestra salud tanto física como mental: ayudan a mejorar nuestra autoestima, a relajarnos, a conocernos a nosotras mismas y lo que más nos gusta en el sexo. Probar contigo misma, a sola y sin presión, te dará la clave para tu propio disfrute y de esa manera podrás informar y guiar a tu compañero/a por el camino correcto.
Pero volvamos a nuestro estimulador favorito. Cierto es que no hay una única forma de darse placer, cada mujer es un mundo con sus preferencias y sus secretos, pero creo que estaremos de acuerdo en que dirigirse al clítoris suele ser una victoria casi segura. Y esto es lo que hace Sona 2: tiene una abertura especialmente diseñada para tu botoncito y una cómoda empuñadura, el manejo no puede ser más sencillo.
Una vez cargada la batería (un sistema más útil que cables o pilas que se descargan) solo tienes que encenderlo y ya empieza a ronronear suavemente. La velocidad, intensidad y ritmo ya es cosa de cada usuaria, que puede controlarlas fácilmente. Tiene doce programas, regulables con cuatro botones. Tan solo tienes que ir probando hasta encontrar tu favorito o si lo prefieres, ir alternando a tu gusto.
Yo empecé con el modo más lento, vibraciones suaves y pausadas que al principio apenas se notan. Yo sentía tanto excitación como relajación, era como que podría pasar así la tarde. Pero según vas cambiando de modo, va subiendo en intensidad y velocidad y uff, la cosa mejora muchísimo. Hay uno en concreto, creo que el último, que puede hacerte explotar en pocos minutos, aunque yo prefería seguir variando y jugando.
Me alegro bastante de haber probado el succionador y tengo ganas de hablar de este tema con algunas amigas que sé que también tienen curiosidad. Definitivamente va a ser uno de los regalos estrella de las próximas navidades: aconsejo también a los chicos que le echen un vistazo si tienen dudas de qué comprarle a su pareja. Y sobre todo, chicas, si lo probáis, ¡comentadnos qué os ha parecido!