En el BDSM siempre ha habido mucha confusión en relación a lo que es «Top from the bottom». Es un concepto anglosajón cuya traducción al español es “dominar desde abajo”. Es decir que, como explica Escorpio Dom en su blog: «la persona sumisa (bottom) trata de manipular a la persona dominante (Top) para conseguir algo en vez de pedirlo. Esto se debe, principalmente, a que en las relaciones BDSM (especialmente en las relaciones D/s) hay un desequilibrio de poder».
Este desequilibrio de poder, obviamente, es consensuado entre top y bottom. Es decir, una persona acaba sometiéndose, a cierto nivel, a otra por propia voluntad, deseo y ganas de hacerlo. Nadie impone nada ya que si lo hace no se habla de BDSM sino de maltrato. A veces incluso dentro de una misma relación hay un intercambio de roles y el poder cambia de manos, esto ocurre cuando los miembros de la pareja BDSM son personas switch (unas veces domina uno y otras veces lo hace el otro). El tuitero @B0n81 recoge en este hilo de Twitter información relevante y de interés sobre esta materia.
Por norma general la persona que se somete lo hace por cederle el control a la persona dominante, estableciendo claramente el sistema de consenso que va a regir su relación: que puede ir desde el SSC al metaconsenso o TPE (intercambio total de poder o total power exchange, por sus siglas en inglés), y del cual dependerán tanto el establecimiento de límites como el uso de una palabra de seguridad.
En cualquier caso, establecido uno u otro sistema de consenso, lo que esta claro es que, en relaciones D/s, siempre hay una relación de poder desigual y la persona dominante tiene poder sobre la persona sumisa, así que también decidirá que prácticas se realizan (dentro de sus límites establecidos), cómo y cuándo. Y es aquí donde viene el problema con el “Top from the bottom”.
Pero hay otras relaciones en las que el bottom intenta tomar el control, o bien no cederlo tan a la ligera. A este tipo de bottoms se les llama brats (son generalmente mujeres) y las dinámicas de juego que tienen son precisamente similares al “Top from the bottom”. Con la salvedad de que esta dinámica es consciente y consensuada entre la persona que domina y la que se somete.
Dinámica brat
Como afirma -Kore- en un texto de la web de BDSM FetLife (solo accesible para usuarios) «una brat es una sumisa alfa que no se deja someter de buenas a primeras». Es por ello que lo que realmente le gusta es «someterse a quién se lo ha ganado y se ha enfrentado a ella. Les gusta tener el control y les cuesta mucho cedérselo a cualquiera». Incluso dentro de una relación D/s les cuesta someterse y la lucha por controlar es constante y puede ser agotadora.
Al igual que pasa con los Tops y los bottoms, las personas que dominan a las brats son los llamados brat tamers. Las dinámicas brat son, en esencia, una lucha de egos entre el ego de la bottom/brat y del Top/brat tamer. En este tipo de dinámicas la brat lucha constantemente por salirse con la suya, lo cual podría ser un “top from the bottom” porque tiene bastantes similitudes. Sin embargo, la dinámica entre brat y brat tamer es conocida y consensuada por las dos partes.
Los brat tamer sí son conscientes de que la base del juego es el “Top fron the bottom” y el objetivo es el de que la brat no se salga con la suya o de que se salga con la suya a medias. Es decir: que quien algo quiere algo le cuesta. En definitiva, para -Kore- las dinámicas brats se basan en «luchar hasta las últimas consecuencias, hasta llegar a un punto en el que no puedes más y te ves derrotada, te rindes y entonces otra persona está ahí para recogerte, cuidarte y valorar tu esfuerzo. Pero siempre habiendo luchado por ello».
«Top from the botton» dentro de la comunidad BDSM
Es importante señalar que, según la relación D/s establecida, puede considerarse “Top fron the bottom” el simple hecho de pedir realizar determinando juego. Pero también depende de la mentalidad de quien domina y del tipo de relación D/s establecida. No es lo mismo alguien que siga los protocolos de la Old Guard (que son bastante estrictos) a que sea alguien de la New Guard, bastante más flexibles.
Hay quienes se lo toman como una guerra, sin embargo, no son más que formas distintas de ver el BDSM. Es por este motivo que a veces se choca en ciertos temas y todo el mundo parece que tenga la verdad absoluta del BDSM. Nada más lejos de la realidad: a algunos les sirven prácticas y consensos que a otros no. Y todos los puntos son igual de respetables.
Es por este motivo que muchas veces las personas sumisas deciden no pedir las cosas y manipular a la parte dominante hasta conseguir sus objetivos. Por ejemplo: si la persona sumisa quiere que la aten, pero no puede (o no quiere) pedirlo, se portará mal hasta que la otra persona decida atarla para que se esté quieta.
¿Una dinámica tóxica?
Escorpio Dom explica que «esto a la larga puede resultar frustrante porque realmente el bottom siente que tiene en control y que no es realmente eso lo que quiere». Recordemos que se trata de cederlo. Y por el lado de la persona dominante se cansa de estar siempre a disgusto con la persona que debería someterse. Es por eso que antes de que se llegue a esta situación (que podría considerarse una dinámica un poco tóxica) es importante que haya comunicación, que la persona sumisa pueda expresarse y que el consenso pueda modificarse.
Además, aunque la persona sumisa pueda pedir realizar alguna práctica, algo que haría que se tratase de “Top from the bottom”, podría no serlo siempre que el Top tenga la última palabra. Es decir, la parte sumisa puede proponer, pero está en la mano de quien domina si concedérselo, no hacerlo o concedérselo en otro momento.
Escorpio Dom, en el mismo escrito, nos recuerda que: «Al final, las relaciones o sesiones BDSM son lo que nosotros hacemos de ellas. Si eres un Dominante servicial o una sumisa brat, la relación funcionará perfectamente con la pareja adecuada».
Este texto se hizo con el objetivo de complementar contenidos de este hilo de Twitter de @B0n81, por eso hay aspectos que pueden asemejarse a su hilo. Nunca un plagio ya que es ilegal, lamentamos si ha inducido a equívoco porque jamás fue la voluntad de este escrito. La primera versión del artículo no incluía esta apreciación final.