El gran error que se comete tanto dentro como fuera (especialmente fuera) de la escena BDSM es asociar las dinámicas de sadomasoquismo con las dinámicas D/s. Fuera de la comunidad, en general, se piensa que todas las prácticas son prácticas sadomasoquistas. Sin embargo, en muchos casos, ya dentro del propio colectivo, la situación no es muy diferente y se tiende a asociar las dinámicas de poder (D/s) con las prácticas sadomasoquistas (SM).
Es perfectamente comprensible que fuera de la comunidad BDSM no se conozcan a ciencia cierta las prácticas que se llevan a cabo. Lo que sorprende es que dentro de la comunidad tampoco se entienda muy bien lo que implica cada cosa y a veces se asocie a un sumiso con alguien masoquista y a un dominante con alguien sádico. Ya no hablemos si además se añaden prácticas como el medical, el shibari o el fetichismo o el travestismo.
Por este motivo a veces en vez de hablar de BDSM se habla de prácticas “kinks” (o de BDSMK), porque mucha gente que está dentro de la comunidad o bien no se siente identificada con esas siglas o bien ni siquiera pertenece a ninguna de ellas. Así que hoy vamos a entrar un poco más en esto.
Bondage y disciplina (BD)
En el bondage se incluyen prácticas de inmovilización (cadenas, pañuelos, esposas…), inclusive las cuerdas (shibari y kinbaku) o juegos de rol como realizar las tareas de la casa. Mientras que en la disciplina se trata de condicionar a alguien para que se comporte de determinada manera reforzando su actitud con premios y castigos. Si bien es cierto que los castigos pueden estar relacionados con el masoquismo (azotes) también es igual de cierto que puede tratarse simplemente de la ausencia de premios.
Dominación y sumisión (D/s)
Se trata de dinámicas de cesión del poder parcial o totalmente que se fijan entre dos personas: aquí hablamos de dominantes, sumisos y switches. Los dominantes son los que toman el control de la situación, los sumisos los que ceden el control a los dominantes y los switches son los que cambian de rol de dominante a sumiso y de sumiso a dominante.
Las prácticas relacionadas con estas dinámicas van centradas en el control de la actitud de la persona (asfixia, edging…) o el establecimiento de roles que incluyan dinámicas de poder como el petplay, cuckold o las dinámicas DD/lg.
Sadomasoquismo (SM)
Se trata de dinámicas centradas en el dolor: tanto en ejercerlo como en recibirlo. En estas dinámicas, al igual que en las dinámicas D/s, también hay tres roles: los sádicos serán los responsables de ejercer dolor, los masoquistas lo recibirán y los sadomasoquistas ejercerán ambos roles. Lo sadomasoquistas además son personas que pueden autoinfligirse dolor sin necesidad de otra persona.
Kink (K)
Debido a que se trata de prácticas y gente muy variadas, algunas personas han buscado refugio dentro del colectivo BDSM: personas exhibicionistas y voyeristas (que pueden o no pertenecer a un ambiente más liberal o swinger), fetichistas y personas a las que les guste travestirse. En definitiva, prácticas que no encajan dentro de las siglas BD, DS y SM. Es por ello que algunas personas admiten que se hable de BDSMK.
La problemática viene principalmente porque a veces se mezclan prácticas de estos cuatro grupos. Por ejemplo, si en una dinámica D/s un dominante castiga a su sumiso porque no se comporta bien ya se está metiendo tanto en el terreno de las dinámicas de disciplina (si le quita un premio), como en una dinámica sadomasoquista (si se trata de infligir un castigo físico como pueda ser el spank). También surge esta problemática cuando, dentro de una D/s se realizan prácticas de bondage (si un dominante es atador y su sumiso es un rope bunny) o sadomasoquistas (especialmente si la persona sumisa es masoquista y su premio es que se le inflija dolor).
Pero esto es todavía más polémico dentro del colectivo BDSM, cuando hay personas dominantes que además son masoquistas o fetichistas de los zapatos. O personas sumisas que son sádicas o que atan a sus parejas. Son minoría pero existen. Existe cualquier combinación posible a parte de las habituales “dominante-sádico/sumiso-masoquista”.
Nunca deberían mezclarse los roles de cada participante con sus fetiches y es algo que a veces no se entiende ni fuera ni dentro del BDSM. Pero esto ocurre porque a veces se tiene como referencia la Old Guard en la que los protocolos eran muy estrictos y se asociaba el rol de dominante con el de sádico y el de sumiso con el de masoquista.