Clara abrió el cuaderno y empezó a escribir en él. No dejó levantó la cabeza en ningún momento. Se concentró en el papel que tenía delante de ella.
“Creo que he terminado de entender por qué voy a morir sola. Sigue siendo un tema que no me afecta, no lo cuento a modo dramático. Es imposible decirte que ahora mismo no siento una mezcla entre vacío y dolor que lo único que hace es apretarme un nudo en el estómago que no deja de darme arcadas. Contra más pienso en él, más se mueve por mi interior, contra más cosquillas me hace, más se humedecen los ojos.
No estoy así por pensar que nunca voy a tener nada con nadie, que, quizás, ella se canse de mí o decida vivir amargada bajo todos mis monstruos un día tras otro. Me he dado cuenta de que hay cosas que nunca van a dejar de doler, no importa todas las veces que lo experimentes o cuántas veces lo repitas, hay latigazos que siempre van a estar ahí.
¿Sabes? No me pasa siendo puta. Creo relaciones en donde no hay dolor, me lo paso bien. Me siento única y especial desde que empieza hasta que acaba, ¿es difícil pensar que se puede tener eso con alguien? Creo que es lo único que quiero. Aprender a ponerme delante y saber que la gente siempre tiene que ponerme en un buen lugar. Creo que hay veces que las personas tienen la necesidad de poner otra cosa por delante, no sé si porque tienen miedo de perder el control o nos han enseñado que tenemos que dar esos pequeños toques de atención para hacernos valer.
Se critica constantemente una profesión que bien, siendo elegida de manera personal, me da una felicidad que no ha conseguido darme ninguna persona anteriormente. Una sensación de plena libertad. Por otro lado, en una relación personal. Íntima. Romántica. Como lo queramos llamar, me he visto completamente atada.
No culpo a las personas con las que he estado. No digo que el dolor ocasionado haya sido provocado con maldad. Pero creo que no está mal aceptar de donde vienen los problemas y las conclusiones que puedes ir sacando de ellos.
La sexualidad, las relaciones y la forma de dar y recibir afecto no tiene por qué ser de una única manera. Sin embargo, nos enseñan que sí, de manera constante, ¿qué sucede cuando no puedes encajarlas? Entran las dudas y las inseguridades se expanden cada vez más. Ya no sabes que es real y lo que no, y no tienes donde ampararte.”
Clara cerró el cuaderno de golpe al escuchar pasos. Su novia se había acercado por el pasillo a besar su mejilla para despedirse antes de salir de casa. Ella decidió levantarse del escritorio y prepararse también para ir a trabajar.