No sé si soy la única persona a la que le pasa, pero durante el confinamiento me he mal acostumbrado a no llevar ropa interior. Es más, la mayor parte del tiempo en la que las temperaturas lo han permitido he sido más bien partidaria de no llevar ropa a secas. Y ahora en la vuelta a la normalidad lo estoy pasando fatal. No solamente tengo que cubrir mi cara con mascarilla, sino que además tengo que volver al yugo de bragas que se meten entre las nalgas, sujetadores asesinos que sostienen pero también dejan una buena marca, vaqueros que aprietan por delante y por detrás y, en general, ropa odiosa e incómoda. Qué cruz.
Por eso amigues, en caso de que yo no sea la única degenerada cuyo cuerpo haya sido poseído por los ancestros desnudos y primigenios de nuestra especie, quería compartir con vosotres todas las recomendaciones que se me ocurren para los que os animéis a probar las playas nudistas por primera vez.
El cuerpo y las miradas
Al principio puede ser un poco extraño llegar a una playa y quitarte el bañador, pero al poco rato seguro que te acostumbras. La filosofía nudista se basa en aceptar el cuerpo humano tal y como es y huir del estigma bíblico de la vergüenza de la desnudez. No te sientas mal por exhibir michelines, arrugas, vello o cualquier otro elemento del cuerpo humano que son absolutamente normales, y desde luego no juzgues a los demás por cómo sea su físico. Puedes encontrarte con gente de todas las edades y características, hazte a la idea. Por otro lado, la connotación sexual está totalmente descartada.
La crema y el sol
Quizás pueda ser un poco obvio de primeras, pero es importante recordar que toda la piel de nuestro cuerpo es susceptible de quemarse y achicharrarse. Incluidas las zonas que no suelen estar expuestas (véase nalgas, pubis y tetas) que de hecho tardarán mucho más en coger moreno pero se pueden quemar mucho más fácilmente, por eso mismo, esmérate protegiendo esas partes, no quieres saber lo que se siente cuando se queman, créeme. Usa bien de crema con un factor de protección alto para proteger bien todas tus zonas.
¡Ojo con las fotos!
Y no las tuyas propias, sino aquellas en las que puedan aparecer otras personas que pueden no querer ser fotografiadas. Si hay gente cerca que pueda aparecer en tu encuadre, avisa por si prefieren apartarse, y en caso de que haya salido alguien, tápalo si lo publicas en alguna red social.
La naturaleza manda, en todos los sentidos
Lo de recordar que tenemos que recoger nuestra basura es algo que a estas alturas de la vida debería estar de más, pero desafortunadamente no siempre es así. En los casos de las playas nudistas hay que tener cuidado adicional. Muchas de estas playas están alejadas del bullicio y son casi vírgenes. Es muy probable que no tengan muchas papeleras, pero por eso mismo es importante recordar llevarse una bolsa para recoger la basura cuando nos vayamos a ir.
Disfruta de las sensaciones
El nudismo tiene algo que engancha, y seguramente enseguida notarás por qué hay tanta gente aficionada a disfrutar de las playas nudistas. De primeras, nadar sin ropa es una sensación deliciosa que te enganchará. Por otro lado, lugares como estos nos recuerdan que todos tenemos defectos, y que no son para tanto. Es mucho más fácil alejarse de los complejos en ambientes como estos en los que prima la comodidad sin juicios y el contacto con los elementos que nos rodean. Ahora es tan buen momento como cualquier otro para probar este tipo de prácticas, acostumbrarnos a nuestro físico y olvidar la famosísima operación bikini de una vez por todas.
Hola, igual me pasa a mi, nada de ropa interior en casa y al salir, que incómodo ponérsela. También he probado el nudismo en playas, jacuzzi, es una sensación deliciosa. Da curiosidad y depende con quién nos acompaña, hay estimulación, pero igual, es placentero.