No es nuevo que el hombre quiera tener más. Hasta el tipo bien dotado desearía tener más. En películas y series se hace una alegoría a esos instrumentos que ayudan a conseguir la longitud deseada. Normalmente, se presentan como americanos cuarentones, divorciados y aburridos, que con un par de copas de vino y la teletienda puesta, funden la tarjeta de crédito en cintas de correr, bicicletas estáticas BH y alargadores de pene. Alan Harper, en ‘Dos hombres y medio’ recibía un correo certificado que contenía el típico alargador de pene, ante la atenta mirada de su hermano ficticio Charlie Harper (Charlie Sheen) y de su hijo Jake. Eso está ya totalmente desactualizado. Pero, ¿qué es lo que se lleva ahora?

El método más virulento y con más ‘resultados’ son las inyecciones periódicas de silicona. El pene llega a tener medidas impensables y pesos también impensables. A Micha (el sujeto de la imagen) le gustó el sistema por bombeo, que, por otro lado, es el más habitual, pero quiso más y más, pasándose a las inyecciones de solución estéril isotónica de cloruro de sodio. La piel reabsorbe este compuesto, creando una hinchazón puntual, por lo que Micha decidió agrandar su pene de forma permanente con la silicona. Micha no atesora un arma normal, sino que atesora un arma letal. Micha tiene un megatón de tres kilos y medio entre las piernas. Sí, han leído bien, tres kilos y medio.

backside

Los pinchazos de silicona están prohibidos, pero no otros métodos. El sistema por bombeo es el más utilizado por los hombres acomplejados. No ocultaré que este sistema me llamó la atención. He sacado a relucir mi más avezada vena periodística, pinché Google e introduje: «Bombeo para alargar el pene». Y ahí estaba, un mercado web de lo bizarro que me pregunta si soy mayor de edad antes de entrar.

Un crisol de opciones se abre ante tus ojos: ‘Extreme toyz masturbador vagina super con succionador’ (pone que está nuevo, algo que, sin duda, tranquiliza), ‘Bomba erectora transparente con vibrador’ o ‘Desarrollador de pene automático y recargable’. Un mundo de elongadores, un vaivén de precios y explicaciones complejas para el hombre con complejo de cacahuete se descubre ante una búsqueda más premeditada que inocente. Si cacharrean en YouTube, una cincuentona de Barcelona les enseñará cómo proceder con el sistema de bombeo (verídico). ¡Disfruten!

Desde El Sexo Mandamiento les recomendamos, amigos de lo escabroso, que no utilicen inyecciones ni alargadores, legales o ilegales, caros o baratos, ya que, aunque el tamaño sí que importa, lo que de verdad importa es como se usa.

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