El sexo acuático: piscinas y playas

El verano abre muchos abanicos, no solo para abatir el calor, sino también de posibilidades sexuales. Hace buen tiempo, las noches son cálidas y dan pie a tener aventuras más allá de las cuatro paredes del hogar. Una de las grandes fantasías estivales está relacionada con el agua, ya que durante los nueve meses restantes la única opción de disfrutar del placer en el líquido elemento es bajo el chorro de la ducha, en la bañera o el jacuzzi para los más pudientes.

Ya se ha abierto la temporada de piscinas y las playas están limpias y preparadas para albergar tu lascivia, pero recurrir a estos lugares públicos para cumplir este sueño erótico no es tan sencillo como puede parecer. El agua, por mucho que nos parezca un medio excitante, puede dificultar las relaciones sexuales, además de generar problemas en la salud genital o incluso propiciar infecciones indeseadas.

En lo relativo a la penetración, por contra de lo que puede parecer, el H2O no permite una mayor lubricación, sino que el cloro de la piscina o la sal de las aguas marinas no son buenos aliados para la vagina femenina, que puede sufrir. El consejo para evitar dolores es o bien realizar la penetración en tierra firme y luego entrar en el agua o bien emplear lubricantes o vaselina para que todo salga como tiene que salir.

La penetración, mejor fuera del agua. (Imagen: desexualidad.com)

Otra clave del sexo más líquido es el uso de anticonceptivos. Opciones como DIUs o píldoras no pierden eficacia, todo lo contrario que los preservativos. Los condones están hechos de un material tan poroso como el látex, así que este podría quedar dañado y propiciar sorpresas indeseadas. Por suerte, el mercado está en todo y en las tiendas especializadas puedes encontrar preservativos reforzados para que disfrutes de tus citas acuáticas sin tanto miedo.

La ya mencionada falta de lubricación puede provocar que el pene cause lesiones en el tejido interno de la vagina, que además de ser molesto para la vagina puede traducirse en alguna infección o dolencia. Como ya se sabe, las aguas dulces o saladas están plagadas de gérmenes y bacterias -muchas de las cuales son de origen humano- de modo que hay que tener un poco de cuidado. Por si fuera poco, que se meta cloro en esa zona tan sensible también puede pasar por agua esta aventura veraniega.

Si ya una infección genital puede ser una faena en vacaciones, imagina lo que sería contraer una peligrosa ETS. Lo cierto es que el sexo acuático no es ni positivo ni negativo para las enfermedades de transmisión sexual, dado que solo depende del método anticonceptivo que se emplee. Si finalmente has ido a la playa pero no te has decidido, no olvides llevar contigo una toalla y os podréis poner en cualquier parte de la arena, con cuidado de que no haya granitos en puntos especiales de vuestra anatomía, ya que soy muy molestos.

No olvides estas recomendaciones si quieres que este verano sea movidito y tu diario esté lleno de nuevos lugares para el placer, sin olvidarte de la crema, que la piel tiene memoria. ¡Acaba con la rutina!

Entradas relacionadas

Un comentario en «El sexo acuático: piscinas y playas»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *