A veces nos sorprendemos intentando jugar a hurtadillas. En ese momento también asoman la culpa, la vergüenza y el arrepentimiento. Hemos desterrado al curioso/a interior y ya no estamos para esas tonterías ¿Qué hemos ganado con ello: sucumbir al mal humor o ceder a la presión del hombre gris que nos induce constantemente a ahorrar tiempo y perder la sonrisa? No, no, no.
Por ello vamos a divertirnos de nuevo. La misión: encontrar el antídoto (recuperar la capacidad de exploración) y añadirle una pizca de placer=diversión. Hoy el desafío es la percepción de sensaciones. Juegos y juguetes para el entretenimiento con matices añadidos.
Sí, es lo que imagináis, pensamos en autoplacer, será un momento yoyoyo a solas, mirad si os place. Divagaremos, como si de un tuppersex espontáneo y repentino se tratase, acerca de cómo determinados objetos nos estimulan y aumentan el repertorio sensorial. Tomad asiento en un lugar confortable y disponeos a fantasear y a preguntaros: ¿me apetecería probar esto o aquello? Echemos un vistazo a ver qué pasa.
1- ¿Cuándo? Curiosidades de su historia para fardar
Datados en el Paleolítico Superior (27000 a.C.) en lugares tan lejanos como Ulm (Alemania) y Dolní Vestonice (República Checa) aparecen los primeros dildos, posiblemente asociados tanto a la decoración como a fiestas de fertilidad y cosechas. En la China del siglo XV las mujeres utilizaban algunos de madera lacada y en el Renacimiento italiano se añade la aplicación del aceite de oliva como lubricante.
Sin embargo tal vez tenemos conocimiento y constancia de su popularización en la época victoriana, a finales del siglo XIX, como paliativo en el tratamiento de la histeria. En 1902 salen a la venta los primeros vibradores para uso doméstico, anunciados como máquinas de masaje antiestrés, publicitados en revistas y catálogos (Sears en 1918) de costura y moda. En este momento aún disfrutaban del beneplácito social público y privado, por poco tiempo más.
Mediados del siglo XX, la Asociación Americana de Psiquiatría desestima la validez de la histeria como enfermedad. Esto y el aumento de distribución de la pornografía debida a la popularización del cine hacen que su tratamiento con masturbación terapéutica y la demostración visual y exagerada que el porno hace de ello transformen lo común en degeneración. Los relajantes instrumentos victorianos convertidos en objetos perversos de depravación sexual. ¿Vaya vuelta, verdad? Queda mucho por hacer en adelante en el ámbito de la educación sexual.
2- Empieza el juego
¿Vibradores, balas o masajeadores? Depende de la sensación que queramos experimentar. Tienen en común la vibración automática, amplificadora de sensaciones. ¿Cuáles?
Imaginemos diferentes supuestos que acoplar a nuestro repertorio de fantasías:
- Soy candorosa, inocente e inexperta, pero la curiosidad me asalta y quiero probar algo, ¿por dónde empiezo?
Balas o masajeadores están entre los candidatos perfectos para empezar. La estación de inicio: deslizamiento por la piel para percibir y deleitarse con la caricia vibrátil ¿Qué sientes cuando deambula por el ombligo?, ¿qué al ascender?, ¿y en el descenso? presta atención a la piel, ella te dirá lo que le gusta. Haz una excursión, mental y táctil, por todas las partes de tu cuerpo que te generan sensaciones agradables, después prueba. Eso es parte del secreto.
¿Vergüenza, de qué? Son objetos pequeños, discretos y divertidos, con velocidad e intensidades de vibración diferentes, que nadie sabrá que tienes (a menos que quieras contarlo) y podrás utilizar en compañía o en solitario tantas veces como quieras, mmmm.
- Mi placer es casi infinito, la multiorgásmica me llaman, ¿qué hay para mí?
Metidas en materia, pronto llegaremos a la conclusión de que nosotras tenemos la suerte de poder disfrutar de varios orgasmos. ¿Visualizáis un mar de olas interminables altas y bajas? Pues así más o menos. Se dice que hay dos tipos: vaginal y clitoriano, bien. ¿Qué artículo(s) nos ayudarían en el éxtasis infinito?, por ejemplo los vibradores dobles, ya que proporcionan diversión x2 al estimular a la vez clítoris y punto G, ese famoso lugar con categoría de leyenda. Estos juguetes se popularizaron en aquella serie neoyorquina de los 90 que nos enseñó cómo y qué pensaban algunas mujeres. Aun así, en esta ocasión nos ha gustado el nombre de este (ved pic), y, claro, una cosa lleva a la otra y…
- He experimentado ya bastante con la juguetería erótica, ¿existe algo con lo que pueda divertirme a dúo y en solitario?
Puestos a jugar, ¿por qué no hacer extensiva la diversión también a la compañía? Para ello existen piezas accionadas con mando a distancia, otras para ser usadas a la vez, durante la penetración, que estimulan a tres bandas. Sí, puede dar tanto juego como parece, solas o en compañía. Esos ojos brillantes y las sonrisitas traviesas no están de más ahora.
3- Ojo con los materiales
Estos objetos se fabrican con materiales variados cuya calidad y potencial toxicidad o no hacen que varíe su precio. Atención:
Luz verde
A los fabricados con silicona, elastomed y látex. Son los materiales más seguros para juguetes eróticos en contacto con el cuerpo, buenos transmisores de la vibración, de tacto suave, elásticos y flexibles, compatibles con lubricantes de base acuosa (incompatibles con aceites o vaselina) y de fácil limpieza con agua tibia y jabón neutro. Es recomendable impregnarlos con talco cuando se guarden.
Ámbar
Llegan los materiales sintéticos: a la cabeza TPE/TPR, caucho termoplástico proveniente del calentamiento del caucho natural o sintético, conocido como nature skin o cyberpiel. Es un material elástico y muy suave al tacto, misma limpieza y compatibilidad de lubricantes que los anteriores, al igual que el ABS, material sintético rígido, plástico duro que permite un recubrimiento de otros materiales: silicona o TPE.
Casi Rojo, precaución
Atención al material más controvertido, el PVC (cloruro de polivinilo), que se obtiene sometiéndolo a cambios de temperatura. Posibilidad de diferentes grados de dureza, de rígido a blando. Las versiones elásticas son suaves y flexibles, aparentemente similares a la silicona pero a precio y calidad más reducidos. Misma limpieza y lubricación que los otros. ¿Dónde está el problema entonces? Una palabra: ftalatos, suavizadores plásticos que pueden provocar alergias, cuidado con eso.
Cosas importantes, recordad:
Ojo con los materiales de fabricación de los juguetes antes de adquirirlos.
En función de la relación calidad/precio/frecuencia de uso nos podría interesar invertir en aquellos de máxima fiabilidad, duración y seguridad.
Plus: muchos son sumergibles y nada ostentosos ¡Bien! Los quiero todos.
4- ¿Quién lo tiene?
Queremos placer y seguridad, ¿por qué no invertir un poco en artículos de calidad? Veamos una breve selección de lo que algunas marcas nos ofrecen, no perdáis detalle.
- Conocéis a Siri ¿a que sí?, a lo mejor solo como asesora en algunos smartphones. Pues bien, empezad a suspirar y pensar en vuestra banda sonora o voz favoritas y en cómo pueden acoplarse al sonido del estremecimiento. Siri 2 de Lelo entra pisando fuerte y puede hacer subir el volumen de nuestros gemidos, más, más ¡mas-ajitos quiero! ¿quién se atreve a probar?
- Si somos fans de la animación y la fantasía. ¿Quién dijo que los dragones no existen?
- Si alguna vez hemos soñado con algo similar a un asiento blando y suave con alguna otra funcionalidad para tener en casa ¡premio! se hizo realidad. Prometedor parece, desde luego.
A la hora de experimentar, con un poco de humor y mucha diversión, los objetos de los que hemos hablado pueden ser interesantes. Ya tenemos pistas nuevas y cálidas para (auto)regalos de cumpleaños, en vez de esa camiseta o los pantalones de turno. ¿Podremos esperar a la fecha destacada o…? Mejor: los quiero todos y los quiero ya.