Por Marta Molas, de amantis.net (Publireportaje)
Quizás tu abuelo o abuela aún no se han apuntado a ningún taller sobre placer anal. O quizás sí y tú no lo sepas. Cada vez más, al menos en las grandes ciudades, es corriente pasar un domingo tarde indagando en el mundo del cunnilingus o yendo a una charla sobre el poliamor a la tienda erótica de la esquina después del trabajo, #afterwork, que dirían algunos 😀
Pero, ¿por qué puede ser interesante ir a un taller de sexualidad? No voy a ser yo quién te responda, que ni pincho ni corto y parecería que barro para casa. Pero sí puede dar una respuesta Mireia Manjón, sexóloga, y una de las integrantes de Sex Academy Barcelona, la única escuela especializada en sexo en España: “por el mismo motivo por el que una persona decide acudir, por ejemplo, a un taller de cocina: para aprender. Los talleres de sexualidad son la mejor opción para aquellos que están deseosos de profundizar en el conocimiento de su sexualidad, que tienen inquietudes, dudas y, por encima de todo, ganas de divertirse. Porque el sexo, al fin y al cabo, es eso: pura diversión”.
Pero no todo es jijiji y jajaja, la cosa es seria y merece la atención que se merece: “Hasta hace muy pocos años eran escasos los espacios que existían para hablar de sexo. Las opciones se reducían a la charla de bar con amigos (amigos que, en no pocas ocasiones, sabían tanto –o incluso menos- que tú) y a ir a la consulta del sexólogo suplicando ayuda. Pero los talleres de sexualidad son un concepto a medio camino entre la charla y la consulta, un lugar donde se habla de sexo sin tabúes en un clima ameno y distendido con la ayuda de una profesional de la sexología”.
Talleres de sexualidad los hay de todo tipo: teóricos, prácticos, vivenciales, cortos, largos, de todo un fin de semana, más basados en el físico, o centrados en las emociones… Y de temas infinitos: sexo anal, cunnilingus, felación, BDSM, fetichismo, tantra, bondage, shibari, squirtting… Pero vamos a dejarlo aquí que al final esto parecerá el nuevo diccionario de sexo aplicado. ¿Qué escoger entre tanta oferta?
Manjón nos da unas pistas: “cada profesional hace los talleres a su estilo y según entiende la sexualidad. A la hora de elegir, igual que para otras actividades, lo importante es informarse de la filosofía y formación de la persona que los imparte. En sexología hay mucho intrusismo y falta de información. Al margen de esto, a grandes rasgos, hay dos formas de impartir talleres. Uno sería con una visión teórica y/o práctica en la que no hay un contacto íntimo. Y aquellos en los que sí que hay una práctica real, ya sea entre los asistentes o con el/la formador/a. Ninguno es mejor que el otro, ya que hay personas que se sienten más cómodas en una manera de hacer u otra”.
Dicho esto, quizás penséis que en cuestión de sexo, ya sabéis lo que os gusta y os importa. Y que quizás, no os hace falta saber más. Aunque sería raro, dado que estáis leyendo el sexomandamiento.es. Pero siempre podéis dar un paso más allá (aunque solo sea mental). Como dice Mireia, “todos somos susceptibles de aprender nuevas técnicas, de explorar otros campos de la sexualidad y conocer prácticas distintas (por mucho que después, a la práctica, no las llevemos a cabo). Es una buena forma de abrir la mente, de promover la educación sexual y eliminar prejuicios sobre el sexo”.
Ahora bien, ¡ojo! Si después de leer estas líneas estás pensando lo bien que te iría un taller para pillar cacho… ¡Stop! Para el carro y piénsatelo mejor. Los participantes en un taller de sexo esperan un sitio cómodo y tranquilo donde poder tratar el sexo con naturalidad. No quieren ni lechuzas ni buitres que les amarguen la sesión.
Y existe otro caso en el que asistir a un taller, puede que no sea la mejor solución: “cuando hay alguna dificultad en la sexualidad. Por ejemplo, mujeres que tienen alguna disfunción sexual, anorgasmia, bajo deseo sexual; hombres también con dificultades; parejas que están pasando por una crisis…Obviamente, los talleres les servirán para tener información y no será tiempo y dinero perdido, pero al haber una dificultad previa no lo aprovecharán al 100%, siendo complicado poner en práctica lo aprendido en su vida sexual”, concluye Mireia.
“Es mejor acudir a la consulta de un profesional cuando hay alguna disfunción presente. Son casos que no se pueden abordar de una manera genérica, si no que es necesario analizar todos los factores que están afectando a la persona e ir haciendo un seguimiento, asesoramiento y tratamiento. En estos casos, hay factores internos y externos que están afectando al área sexual y/o de pareja que no se tratan durante los talleres. Ya que son mucho más personales e individuales, se tienen que valorar y tratar según los tiempos y necesidades de cada uno”, añade.
¿Qué, te animas?
Puedes apuntarte a los talleres de amantis y Sex Academy Barcelona, que imparten tanto en Madrid como en Barcelona.