Pues estoy de vacaciones en Odessa. Odessa es como Benidorm. Tal cual. Está llena de putas y narcos rusos. Lo mismito.

Total, que aquí ando.

Lo de tener un novio narcotraficante ruso que se parece al último zar da pa mucho. Pa empezar irse de vacaciones a Odessa y no tener que poner lavadoras, ni guisar, ni hacer la compra, ni la cama. Que ya es mucho.

En fin, que me puedo levantar a las 6, hacerme un café de esos de machine superpija y desayunar en un cocina de esas con isla y mucho mármol y mucho electrodoméstico alemán y fumarme un porro y bajarme a la playa privada a bañarme en bolas. Así da gusto.

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«Y bajarme a la playa privada a bañarme en bolas». | Fuente: Pixabay.com.

Total, que aquí ando rodeado de mi familia de narcos rusos. Que tengo la casa que parece el hospital de Chernóbil. Lleno de gente a cual más histerizada.

Entre mis primas rusas, que todas van al mismo cirujano y todas se parecen a Michelle Pfeiffer y a todas les da por ir enseñando muslamen más que una sueca en una peli de Alfredo Landa, y entre mis sobrinos rusos, que a todos les da por hacerse tatuajes y porque se les encasquille la recortada a la hora de comer, así no hay quién se relaje. Menudo estrés los putos niños. No les podía dar por jugar con consolas, no, a ellos les da por jugar con las pistolas de sus padres. Familia de narcos. Gensanta.

Menos mal que yo he hecho buenas amigas con el primo Vladimir. Vladimir es encantador y le gusta el vodka y los porros más que a mí. Era de esperar que nos hiciéramos amigos. El vodka nos cría y la maría nos junta. Pues eso, que el primo Vladimir y yo hemos hecho cuchipandi y estamos todos los días que si Mar Negro pa arriba, que si Mar Negro pa abajo. Con la excusa de ir a recoger unos kilos de lo que se encarte, ya sea farlopa, heroína o mefedrona, nos cogemos la lancha rápida y nos las piramos a que nos dé el aire. Lo de la lancha rápida es igual que cuando era pequeño y mi tío Toñito me llevaba en su zodiac en el pantano de Calahorra. Lo mismo pero así como de más glamour y como más de narco. Más a lo grande.

El primo Vladimir y yo nos entendemos muy bien, y a los dos nos gusta estar solos con nuestras cosas y nuestras mierdas. El mejor sitio para estar solo, y poder estar uno consigo mismo es el mar. En mitad de esa nada azul y líquida, uno se da cuenta de las cosas que, de verdad, merecen la pena.

Luego regresamos a Odessa, a la villa familiar. A todos los narcos les da por lo mismo, por las villas rollito Taormina. Animalicos del Señor.

«A todos los narcos les da por lo mismo, por las villas rollito Taormina». | Fuente: Wikipedia.org.

Pues eso, el primo Vladimir y yo regresamos después de haber arreglado el mundo y después de entender el misterio de la Santísima Trinidad, que es lo que tiene fumarse unos porros de maría afgana y apretarse una botella de vodka casero. Que lo entiendes todo, hasta lo de la Santísima Trinidad. Por poner un ejemplo.

Por la noche, casi siempre, toca cena familiar.  Y si no viene un clan de ucranianos, viene uno de chechenos o de italianos. Vamos, que todos los días son fiesta y tengo la casa llena de mafiosos. Yo ya no me complico, llamo a un catering y que se encarguen ellos de todo. Que bastante tengo yo ya con lograr hacerme entender en ucraniano.

Lo dicho, que cuando no hay cena familiar/de negocios con otro clan de narcos me vienen a casa con tres o cuatro muertos pa enterrar en el jardín. Yo ya no sé dónde enterrarlos porque tengo el jardín más lleno que el cementerio de La Almudena. Estoy sopesando la idea de poner un mini crematorio y así les voy dando salida rapidito y les mando pa arriba calentitos. Y las cenizas me sirven de abono para las glicinias y eso. Tengo que darle un par de vueltas a la idea y hablarlo con Nicky.

A todo esto, a Nicky le ha dado por pintar. Como no tenía yo bastante con un novio narco ruso, ahora le da por ser artista. Se me pasa las noches pintando y comiendo. Y es que eso del Arte es lo que tiene, que le da a uno por los trastornos alimentarios. Vamos ,que tengo la casa llena de cuadros a medio acabar, llena de platos sucios, de botellas de vodka, las recortadas por cualquier sitio, el jardín lleno de muertos y las habitaciones ocupadas por primos y primas. Un sindiós y eso.

«Tengo la casa llena de platos sucios». | Fuente: Flickr.com.

Resumiendo, yo a las 6 de la mañana me marcho con el primo Vladimir y regreso pa la noche. Y ya, si eso, me ponen al corriente del parte del día. Que si a la prima Olga le han matado al marido, que si la prima Tatiana se ha quedado embarazada de uno de otro clan, que si a la prima María le ha dejado el primo Sergei, que si al primo Josep le ha puesto los cuernos la prima Natalia, que si me han traído un par de muertos pa el jardín, que si mira, a ver, si nos quedan 15 kilos de farlopa. Lo normal. Mi vida con un narco y eso.

Y así, me estoy pasando el verano. Llegando a casa por las noches, corriendo a la ducha para ponerme una camisa, unos vaqueros y unos zapatos italianos y recibir al clan de mafiosos de turno y a sus mujeres operadas, mientras con una mano me enciendo un porro y voy poniendo en orden la casa, que si quito de en medio un par de muertos, que si llamo a mi suegra para que me dé la receta del ácido ese que es muy bueno para descomponer los muertos en la bañera y, ya de paso, que me dé la receta del pato con salsa de frambuesa y la del vodka de patata.

Que si quito los cuadros de mi novio de en medio del salón, que si le echo un ojo a la cocina, a ver cómo me va la nueva fórmula de las anfetas y la ketamina, que si reviso la lavadora porque no hay manera de que me salgan las manchas de sangre de las camisas, que si llamo a los de Estambul por lo del último envío de opio, que no me fío yo mucho con lo del autogolpe de Estado, que si tengo el parquet rayado por las culatas de lanzagranadas, que si tengo que llamar al pintor para que me arregle la pared después del último tiroteo. De verdad. Así no hay manera de llevar una vida y menos de llevar una casa. Gensanta.

En fin… Vacaciones.

En fin, que cada día me voy pareciendo más a Vittorio Gassman en “La familia” de Ettore Scola.

Por cierto, me llamo Joseba.

Autor: @JosebaKanal.

Imagen de portada: JosebaKanal.

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Un comentario en «La familia»

  1. Me encantas!!!!!!! Cualquier dia te pido que invites a mi clan a tu casa… a ver si con un pelin de farlopa mi prima la sosa se anima y mis sobrinos empiezan a saber disparar un arma… que tanto cazar pokemons les tiene amariconaos!!!!!! Jajajajajaajajajajajajajajaja

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