La Sala Equis es uno de esos lugares de Madrid con una magia propia. Allí puedes asistir a la presentación de un juguete erótico, deglutir palomitas mientras disfrutas de una película en blanco y negro o asistir a un burdel de poesía. El Prostíbulo poético ha llegado para abrir mentes al arte de la poesía en forma de poetas, que no poetisas, con ganas de alquilar sus versos a qioen quiera comprarlos.
Sònia Barba acoge a sus interlocutores con una melena rubia platino y una voz suave, íntima, que teletransporta el diálogo a su cabaret particular. Apenas quedan un par de horas para que se transforme en Miss Taxi, esgrima su bastón y corra el telón de su Prostíbulo poético, en el que es fácil entrar pero no tanto salir. Aún no agarra la copa de vino blanco que la acompañará toda la noche junto a su carisma y los dados con los que reparte suerte. O justicia.
¿Qué se encuentra el público que entra en el Prostíbulo poético?
Somos un grupo de poetas, podrán escuchar a las poetas que trabajan esa noche porque las presenta la madame. Después de escuchar a cada una de ellas puedes tener un vis a vis privado con quien tú elijas, a solas con ellas y que te reciten un poema en privado.
Después de la presentación, hemos invitado al azar y este, a través de unos dados, dice el precio de la cita que vas a tener. Todo depende de lo que el azar elija para ti.
¿Quiénes componen en elenco?
En Barcelona somos casi 30; en Madrid unas 13 ya. Ahora lo que estamos haciendo en Madrid, como estamos empezando, a las de Barcelona les apetecía venir y estamos trayendo alguna de allí y es una manera de que las nuevas aprendan los trucos de las veteranas. Es una forma de compartir la poesía.
¿Qué hay que ser para ser poeta de prostíbulo?
Lo que tienen que tener es poca vergüenza para querer compartir de una forma íntima sus poemas. No requerimos nada especial, ellas deben tener gamas de compartir su poesía de forma íntima sin miedo a crear un personaje y compartir la poesía desde el alter ego que creamos.
Se trata de un anonimato, sus nombres reales no aparecen en el evento. Cada año editamos el Libro rojo, allí sí aparecen sus nombres y biografías. Hay algunas que quieren seguir en el anonimato sin mencionar su nombre real y lo respetamos.
Hay de todo, tenemos algunas madres, otras ingenieras, hay de todo. Alguna actriz o del mundo de la creación, diseñadoras gráficas, gente que se busca la vida o estudia, técnicas de cine o sonido. El abanico es amplio, nadie se gana la vida vendiendo poesía, creo que no ha ocurrido ni hoy ni nunca. Los que venden son los poetas que están muertos, el reconocimiento del poeta llega cuando están criando malvas.
¿Por qué, habiendo mayoría de mujeres, os llamáis poetas y no poetisas?
Hay hombres también en el elenco, pero es que poetisa es un eufemismo. Poetas sirve para hombres y mujeres e ilustra lo que hablamos, pensamos que una mente extraña y probablemente masculina decidió crear el término «poetisa», que de alguna manera está en un segundo plano. No, señores, poetas somos todas y todos, no nos gusta la palabra poetisa.
Hay una película documental muy recomendable, de Sofía Castañón, titulada «Se dice poeta». Hicimos un pase en Barcelona con una manifestación y la gente alucinaba porque íbamos vestidas como en el burdel. Es un trabajo magnífico.
¿Se siguen métricas en un prostíbulo?
En el burdel hay barra libre, los versos se expresan libremente. En este momento tenemos todo de verso libre, sin métricas.
¿Qué se abre más fácilmente, unas piernas o un cerebro?
[Piensa y ríe] No pretendemos en ningún momento excitar sexualmente a nadie, pero sí hacerlo neurológicamente y que las neuronas se pongan en funcionamiento y que se dispare la cabeza.
¿Cuál es vuestro principal objetivo con la función?
Realmente, es como la experiencia que ha venido a vivir la gente. Si vas a un burdel solo a mirar y escuchar te vas a medias, te quedas con la mitad de las posibilidades maravillosas que te ofrece sin cumplir. El objetivo son los vis a vis, son experiencias que sabemos que son inolvidables.
Hay quien llora, otros que abren su corazón, que confían secretos personales… cuando una poeta se abre de esa manera y se comparte tan sinceramente, el otro no tiene escapatoria y se abre también. Dos personas se encuentran horizontalmente, nadie es más que nadie. Son dos almas que se encuentran.
Y todo a través de algo tan sencillo y a la vez tan complejo como la palabra.
La poesía habla de sentimientos muy profundos, a todos el dolor nos duele de la misma manera. Todos tenemos nuestras razones pero todos conocemos el dolor, la alegría, la pérdida, la incomunicación, y cuando alguien te lo expresa tan cercanamente conectas de inmediato.
¿Con qué actitud recomiendas que acuda el espectador?
[Piensa]. Con actitud de recibir, divertirse y jugar. El juego parece frívolo pero luego te llevas algo mucho más profundo de lo esperado, es un evento vestido de frivolidad que luego tiene una parte intensa. Hay que relajarse y querer disfrutar.
¿Alguna vez se han confundido términos en el vis a vis?
Muy poicas veces. En Madrid no hemos tenido ningún episodio de estos… ¡Miento! En Madrid hace años, en un evento ocurrió que una mujer se intentó propasar con uno de nuestros poetas. En Barcelona recuerdo tres casos que no han entendido o no han querido entender la filosofía, o no han escuchado o venían omnubilados por algo que no era real.
¿Se distingue en algo el público de Madrid y de Barcelona?
El público es maravilloso siempre. Sí es verdad que Madrid, a la hora de los privados, no tiene fin. Por ellos no acabaría nunca, en Barcelona sí llega un momento donde sí que terminan. Podríamos estar en Madrid toda la noche, Madrid tiene una vida nocturna más agitada que Barcelona. Acabamos agotados, las chicas no pueden más pero nos encanta.
En Barcelona nos han abierto sus corazones y tenemos ya clientes fijos desde hace años, conocen a todas las poetas y están atentos. Hacemos festas privadas, fiestas en la casa de nuestros clientes. En Madrid también lo pretendemos y hacer eventos fuera.
¿Qué es lo mejor para las poetisas?
Están rodeadas de un grupo con sus mismas inquietudes, pueden compartir lo que escriben y apoyarse mutuamente. En Barcelona ha ocurrido que se juntan varias y fornan proyectos paralelos, con sus bolos y sus actuaciones. En Madrid es cuestión de tiempo que ocurra, eso está muy bien. Por la trayectoria que tenemos hay un nombre creado que las chicas deben aprovechar.
¿De dónde viene el Prostíbulo poético?
La idea original es de Nueva York, pero cada madame lo adapta a su medida en su ciudad. Hay algunos prostíbulos más basados en el espectáculo; otros, en la poesía; otros, más ceremoniosos. Cada madame le da su toque a su burdel, justo lo estaba pensando hoy. Hay días donde se desarrollan a la vez prostíbulos en Madrid, Londres y Nueva York, me gusta pensar que hay un hilo de poetas que trabajamos desde la poesía. Es una abstracción que me gusta pensar.
¿Cómo se monta un Prostíbulo poético?
Es una marca registrada, hay que pedir unos permisos. En Europa me piden permiso a mí, estamos todos conectados. El año pasado vinieron desde Nueva York, este año vamos a hacer una reunión en Barcelona. También hay varias delegaciones en Sudamérica.
A nivel de España, estamos en Madrid y Barcelona. Hemos estado, por ejemplo, en Burgos e iremos pronto a Valencia. Es difícil la movilidad porque somos un evento muy grande, como la Cultura está tan mal valorada es difícil que un proyecto independiente y sin subvención o ayuda financiera de la Administración pueda tener una movilidad.
¿De qué vive un Prostíbulo poético?
Hemos solicitado subvenciones, pero nos han dado nada. Pensamos que igual les echa atrás unir su nombre a algo que tiene que ver con prostíbulos. De todas formas, es algo que en su día decidimos no pedir más. Preferimos la aportación de personas individuales que tengan sensibilidad por lo que hacemos, sean personas físicas o empresas y no administraciones públicas. Necesitamos poder hacer lo que nos salga de la pluma.
¿Cuáles son los objetivos del burdel en el futuro?
Como es nuestro décimo aniversario, queremos hacer una exposición, una introspección al trabajo que hemos hecho. Queremos el décimo libro rojo, una edición muy cuidada con poetas que ya no están, regalos extra para los clientes también. En Madrid somos precavidas, así que queremos ver cómo funciona y empezar a hacer fiestas privadas y conocer nuevos espacios.
El reto más grande al que nos enfrentamos es seguir, continuar manteniendo vivo este proyecto. Estamos muy agradecidas a la Sala Equis, han creado un espacio donde la cultura es tratada con cariño, apertura, respeto y amor. Cada vez es más difícil, aunque siempre lo ha sido. Son oasis que debemos proteger y defender.